P. Neruda
Sube a nacer conmigo, hermano.
Dame la mano desde la profunda
zona de tu dolor diseminado.
No volverás del fondo de las rocas.
No volverás del tiempo subterráneo.
No volverá tu voz endurecida.
No volverán tus ojos taladrados.
[…]
Yo vengo a hablar por vuestra boca muerta.
A través de la tierra, juntad todos
los silenciosos labios derramados
y, desde el fondo, habladme toda esta larga noche
como si yo estuviera con vosotros.
Contad, contadme todo,
contádmelo cadena por cadena,
eslabón a eslabón y paso a paso.
Afilad los cuchillos que guardasteis,
ponedlos en mi pecho y en mi mano
como un río de rayos amarillos,
como un río de tigres enterrados,
y dejadme llorar, horas, días, años,
edades ciegas, siglos estelares.
Dadme el silencio, el agua, la esperanza.
Dadme la lucha, el hierro, los volcanes.
Apegadme los cuerpos como imanes.
Acudid a mis venas y a mi boca.
Hablad por mis palabras y mi sangre
Canto General, �??Alturas de Macchu Picchu�?�