M. Blanchot
Mayo 68 fue una fiesta. Sin conjura o proyecto, como en un encuentro afortunado, no se trataba sólo de tomar el poder para después reemplazarlo por otro […], sino dejar que se manifestara, sin ningún interés utilitario, una posibilidad de estar reunidos en la fraternidad de cada uno compartiendo la libertad de palabra
«Mayo del 68»
Los que se hallan ligados por la fuerza propia del rechazo saben que todavía no están juntos, pues el tiempo de su común afirmación es lo que les han arrebatado. Lo que les queda es rechazo irreductible, la amistad de ese No inquebrantable que los hace unidos, solidarios […]. Mantener un rechazo afirmativo, mantener una afirmación que no se adapta, sino desordena, ella misma incluida como tal
�??Le Refus�?�