Para nosotros […], que estamos de paso, invencibles no son los que suben a ocupar lo más alto del podio, […] sino los que abatidos, derrotados, sin embargo no cejan en su empeño de volver de nuevo a levantarse y batirse de nuevo, una vez más. Quijote, que se alza tras los golpes para continuar con su combate –para ayudar a los necesitados y liberar a los oprimidos– no podría nunca ser vencido; no, literalmente es invencible
E. de Luca
Quijote y los invencibles