J -P. Marat
El mal está en la cosa y el remedio es violento. Hay que dar con el hacha en la raíz. Hacer que el pueblo conozca sus derechos, comprometerlo así a reivindicarlos. Hay que ponerle las armas en la mano, proceder a apresar, en todo el reino, a los tiranuelos que lo oprimen, derribar el monstruoso edificio de nuestro gobierno y fundar uno nuevo sobre una base equitativa […]. Los que creen que el resto del género humano está hecho para servir su bienestar no aprobarán ese remedio, pero a ellos no hay que consultarlos: se trata de liberar a todo un pueblo de la injusticia de sus opresores
Les Aventures du Comte Potowsky
Reyes y príncipes fueron, en su origen, no otra cosa que jefes de bandidos
Les Chaînes de l???esclavage
El legislativo, en su prudencia cuando se ejerce en calma y libremente, se asemeja a un gran río majestuoso que va haciendo avanzar, siempre pacífico, el caudal de sus aguas a través de los valles que fecunda. Mientras que el poder ejecutivo, abandonado en manos de uno solo, se asemeja a un torrente aterrador que, tras haber partido de su fuente, se oculta debajo de la tierra para mostrarse luego desbordando fieramente su lecho y amontonar sus olas con estruendo y derribar así cuanto se oponga a su curso brutal e impetuoso. De ahí vienen los males espantosos que provoca esa forma de gobierno desde hace tanto a la humanidad
Les Chaînes de l???esclavage
Es una constante observación que en todos los países y naciones los degenerados y viciosos, las mujeres que ‘viven del comercio’, los criados, los pillos, los truhanes, los arbitristas y los jugadores y los espías y los ganapanes siguen siempre el bando de los príncipes, pues de la corte esperan su fortuna, de los dilapidadores de lo público, concusionarios y disipadores, siempre bien dispuestos a formar en el pelotón del despotismo. […] De ese modo, esa vida licenciosa que el pueblo denomina ‘libertad’ es una de las fuentes principales de su lamentable servidumbre
Les Chaînes de l???esclavage
Y se cargan de hierros con objeto de encadenar a otros con ellos […]. Hasta los de más baja condición, no se esfuerzan nunca en liberarse sino en imponernos su dominio
Les Chaînes de l???esclavage
Por atentar contra la libertad, ciertas veces el príncipe esperará el momento de una crisis que él mismo ha venido preparando: así, bajo pretexto de proveer a la salud del Estado, propone soluciones desastrosas que encubre con el velo de la necesidad, la urgencia de las circunstancias y lo desdichado de los tiempos, mientras presume, en cambio, de la pureza de sus intenciones, habla del bien general y público y finge obrar con paternal cuidado. Cuando se rechazan sus propuestas dice sorprendido: “¿Oh!, ¿no queréis? ¿pensáis que saldréis solos del abismo?”. Nadie posee fuerzas suficientes como para hacerle resistencia y se dejan forzar por más que saben que, bajo sus bellas perspectivas, tales propuestas llevan, escondidas, hasta las intenciones más siniestras. Luego, cuando la trampa se descubre ya no hay lugar para evitarla
Les Chaînes de l???esclavage
Con la creación de comisiones, destruye el príncipe la autoridad de los magistrados mientras que va atrayendo hacia su esfera el poder judicial en su conjunto, empleándolo entonces como arma ofensiva o defensiva. Así evita que puedan reclamarle tras denunciar sus malversaciones o resistirse a sus atentados
Les Chaînes de l???esclavage
El poder, encubierto por un velo, […] es como esos ríos que de pronto, tras ocultar sus aguas bajo tierra, reaparecen de nuevo, henchidos por corrientes subterráneas, y en su crecida arrastran con furor todo cuanto se opone y se resiste a su nuevo curso impetuoso
Les Chaînes de l???esclavage
Por mantener al pueblo sometido el gobierno le extirpa, juntamente con la libertad, todo lo mejor de sus derechos, y le obliga a que pague por sí mismo las manos que lo apresan y encadenan
Les Chaînes de l???esclavage
Pero el pueblo carece de proyecto. Lo llevan las impresiones del momento, lo arrastra la fuerza de los vientos, el curso arrebatado del torrente
Les Chaînes de l???esclavage
En materia política, nunca se llama a las cosas por su nombre. […] A lo que es fidelidad a las leyes, los príncipes lo llaman rebelión; revuelta a la resistencia a la opresión; discurso sedicioso a la reclamación de los derechos del hombre; facción al cuerpo de ciudadanos reunidos para defender sus derechos, y a la oposición a la tiranía la llaman crimen de lesa majestad, mientras que llaman cargas del estado a las dilapidaciones de la corte, contribuciones públicas a lo que no son sino exacciones, guerra de conquista al bandidaje realizado por medio del ejército, arte de negociar a la perfidia, las hipocresías y traiciones, golpe de estado a los asesinatos, oficiales del rey a sus satélites, observadores a sus confidentes, su cuerpo de delatores y de espías, medidas de seguridad a los abusos y actuaciones inquisitoriales, súbditos fieles a los partidarios y secuaces que tiene el despotismo, y castigo de los sediciosos a la cruel y bárbara masacre de los que luchan por la libertad
Les Chaînes de l???esclavage
La única diferencia que se da entre conquistadores y bandidos son las dimensiones de su crimen: respetamos a aquellos que van a la cabeza de un ejército, mientras despreciamos al que roba encabezando una simple banda; despreciamos a los pequeños delincuentes y admiramos a los grandes monstruos; tal es la falsedad de nuestras ideas que no existe regla más segura para distinguir entre héroe y criminal
Les Chaînes de l???esclavage
Decidida al fin la insurrección, no servirá de nada en absoluto si no es de carácter general
Les Chaînes de l???esclavage
Aun siendo general el descontento, es raro que todo el pueblo se halle unido. El estado suele estar dividido, una división que constituye el gran recurso de la tiranía
Les Chaînes de l???esclavage
En los espacios de público recreo siempre guardan las puertas los soldados. En los lugares públicos de venta siempre guardan las puertas los soldados. En salas de exposiciones y de muestras siempre guardan las puertas los soldados…. Allí en donde el pueblo se reúne siempre hay soldados para vigilarlo, y si fuera nocturna la reunión de noche seguirá habiendo soldados. […] Los soldados empiezan a reconocer en exclusiva la voz de sus jefes, a fundar sobre ellos la totalidad de su esperanza, […] ya no son los soldados del estado, sólo son los del príncipe. Y después, en seguida, los que están puestos a la cabeza de las tropas han dejado de ser defensores del pueblo, sino sus peores enemigos. De ese modo se viene conformando un partido entregado a quien le guía, siempre en pie contra la nación, que no espera otra cosa que el momento de actuar contra su pueblo
Les Chaînes de l???esclavage
Destinados a actuar contra la patria en cuanto les llegue la ocasión, se separa y aleja a los soldados del contacto con los ciudadanos, se les obliga a vivir entre ellos solos o se les acuartela, simplemente. Luego se les inspira un gran desprecio por cualquier estado o profesión que no sea el estado militar y, para hacerles sentir su preeminencia, se les otorgan ciertas distinciones. Habituados a vivir lejos del pueblo, muy pronto vienen a perder su espíritu; acostumbrados a despreciar al ciudadano, no desean ya sino oprimirlo; sometido así el pueblo a sus violencias, siempre están bien dispuestos a cargar sobre aquella parte del estado que pretendería sublevarse
Les Chaînes de l???esclavage
Que una nación grande y numerosa venga padeciendo bajo el yugo, nadie encuentra ahí mucho que objetar. Pero que una nación en su conjunto ose castigar a algún tirano, todos lo encontrarán escandaloso como si fuera algo criminal
Les Chaînes de l???esclavage
Tal como un río mina poco a poco los diques que le oponen para luego romperlos de repente, así mismo el poder ejecutivo va procediendo oculta y sordamente hasta que al fin derriba sus barreras
Les Chaînes de l???esclavage
No se limita el pueblo a encadenarse, él le presenta al yugo la cabeza. Si un bribón se gana su confianza, lo maneja a su antojo: lo impulsa, lo arrastra, le inspira las pasiones que desea
Les Chaînes de l???esclavage
No contento con ser pasto de bribones, el pueblo casi siempre se anticipa en establecer su servidumbre, forja sus propios hierros y cadenas
Les Chaînes de l???esclavage
Para lograr mantenerse libre, nunca debe el pueblo consentir el que alguien pueda eludir la ley: pero muy a menudo es el primero en violarla a favor del que venera
Les Chaînes de l???esclavage
¡Cuántas veces con el objetivo de asegurar su libertad ponen los pueblos en manos del príncipe el poder violento de oprimirlos!
Les Chaînes de l???esclavage
La fortuna no es un buen garante […]. Basta con que abramos los anales del senado británico para poder juzgar del patriotismo de sus muchos miembros opulentos. Esos que dejaron en las manos de Enrique VII, de Enrique VIII y de María los sagrados derechos de sus conciudadanos, ¿no eran todos ricos propietarios? Y aquellos que se prostituyeron a la voluntad y a los caprichos de Jaime I, de Carlos I, de Carlos II y de Jaime II, ¿no eran, todos, ricos propietarios? Los que tan vilmente se vendieron a Guillermo III y a Jorge III, ¿no eran todos ricos propietarios? Escoger nuestros diputados entre hombres de mérito y fortuna se podría ver como prudente, pero realmente cuando el lujo, el desorden, la venalidad, la lujuria y la disipación son las únicas marcas características de la clase rica, ¿por qué no elegir sólo a los hombres que parecen ser más virtuosos, más prudentes, más sabios, los que brillan en otras clases de la sociedad?
Les Chaînes de l’esclavage
Tras haber reducido al indigente a vivir sumido en la miseria aún pretenden forzarle a defender, hasta pagando el precio de su sangre, las posesiones de los herederos de los que fueron sus expoliadores, el reposo de sus opresores, la autoridad de sus tiranos
Les Chaînes de l???esclavage
La nación es quien ha de sancionar leyes hechas por sus representantes, y no quieren dejarle otro papel que el de obedecer, estrictamente
Les Chaînes de l???esclavage
El corazón de nuestros senadores, tan cerrado a la voz del deber o del remordimiento, no se abre sino ante el interés. Es que no conocen más que el oro, y no piensan en nada que no sea el ir siempre aumentando su fortuna aunque lo hagan a costa de su honor y, por supuesto, a expensas de la patria. Siempre están bien dispuestos a apoyar las medidas desastrosas de los que, al timón de los negocios, de esas leyes obtienen su ventaja: no esperemos pues del parlamento otro fruto que su corrupción
Les Chaînes de l???esclavage