H. Arendt
La naturaleza del inicio ya implica y comporta […] la arbitrariedad de lo absoluto. No sólo no se encuentra comprendido en la evidente concatenación entre causas y efectos, en la cual cada efecto de inmediato queda transformado en nueva causa de unos nuevos hechos; todo pasa como si el inicio no tuviese nada a que ligarse, como si no trajera procedencia de ninguna parte ni lugar, ni en el espacio ni en el tiempo. Un instante, el instante del inicio, como si aquello mismo que se inicia dejase abolida realmente la secuencia de lo temporal
De la Revolución
La explosión de las revoluciones casi siempre ha tomado por sorpresa a los grupos y partidos revolucionarios, como también a todos los restantes; no hay una realmente que pueda imputarse a las actividades de esos grupos […]. Es así como Lenin, en el 1905, pudo exaltar la ‘creatividad revolucionaria del pueblo’ con casi total sinceridad
De la Revolución