“En una revolución (si es verdadera) o se vence o se muere”.
“Por la presente renuncio formalmente a todos mis cargos en la dirección del partido, así como a mi puesto de ministro, a mi grado de comandante y a mi condición de cubano. Ya nada legal me liga a Cuba, sino sólo otros lazos que nunca podrán ser destruidos como los papeles oficiales. […] Dejo un pueblo que me acogió como a su hijo, y que seguirá constituyendo una buena parte de mi espíritu. Llevaré a los nuevos campos de batalla […] el espíriturevolucionario de mi pueblo junto al sentimiento de cumplir el más sagrado de todos los deberes: luchar contra el imperialismo en todas partes. Eso me reconforta y dulcifica cien veces cualquier tipo de desgarro”.
Nuestra misión histórica, la de quienes nos hemos decidido a vencer al colonialismo, es ordenar todas las revueltas, todos los actos de desesperación, todas las tentativas abortadas o ahogadas en sangre