Luis Felipe almorzaba cada día toda una infinidad de platos, pero a su mesa no podían faltar las chuletas a la Luis Felipe, de ternera como de carnero, que le preparaban de este modo: golpeadas y sazonadas las chuletas, sazonadas en crudo, se atan tres de ellas superpuestas, bien atadas con un bramantillo, tan como si fuesen una sola y de mucho grosor, para asarlas después a la parrilla, bastante pasadas.
Luis Felipe comía la del medio del grupo de tres, tirando las otras
A. Muro
El practicón. Tratado completo de cocina al alcance de todos