En 1945, los muertos de Sétif aún pasaron desapercibidos; en 1947, los muertos de Madagascar aún podían ser el simple objeto de una noticia breve en el periódico; en 1952, las víctimas causadas por la violentarepresión en Kenia todavía podían encontrar una indiferencia relativa […]. Las guerras de Corea e Indochina inauguraron una nueva fase