oposición
El poder, encubierto por un velo, […] es como esos ríos que de pronto, tras ocultar sus aguas bajo tierra, reaparecen de nuevo, henchidos por corrientes subterráneas, y en su crecida arrastran con furor todo cuanto se opone y se resiste a su nuevo curso impetuoso
Les Chaînes de l???esclavage
En materia política, nunca se llama a las cosas por su nombre. […] A lo que es fidelidad a las leyes, los príncipes lo llaman rebelión; revuelta a la resistencia a la opresión; discurso sedicioso a la reclamación de los derechos del hombre; facción al cuerpo de ciudadanos reunidos para defender sus derechos, y a la oposición a la tiranía la llaman crimen de lesa majestad, mientras que llaman cargas del estado a las dilapidaciones de la corte, contribuciones públicas a lo que no son sino exacciones, guerra de conquista al bandidaje realizado por medio del ejército, arte de negociar a la perfidia, las hipocresías y traiciones, golpe de estado a los asesinatos, oficiales del rey a sus satélites, observadores a sus confidentes, su cuerpo de delatores y de espías, medidas de seguridad a los abusos y actuaciones inquisitoriales, súbditos fieles a los partidarios y secuaces que tiene el despotismo, y castigo de los sediciosos a la cruel y bárbara masacre de los que luchan por la libertad
Les Chaînes de l???esclavage
Las facciones eran necesarias para aislar el despotismo y debilitar la tiranía. Hoy, por el contrario, son un crimen al debilitar la libertad y reducir el poder del pueblo. Su soberanía necesita que el pueblo esté unido; se opone por tanto, a las facciones. Toda facción es, en consecuencia, un atentado a la soberanía
Informe sobre las facciones en el extranjero, 13-3-1794
El proceso de liberación del hombre […] engloba y concierne al conjunto de la humanidad. […] En el curso de las guerras de liberación nacional que en los últimos veinte años se han venido librando y sucediendo, no ha sido raro constatar un cierto matiz de hostilidad, e incluso de odio, del obrero del país colonialista con respecto al colonizado. Pues sucede, en efecto, que el retroceso del imperialismo y la reconversión de las estructuras subdesarrolladas específicas del Estado colonial de manera inmediata se acompañan de las distintas crisis económicas que los obreros de los países colonialistas siempre son los primeros en sentir. Los capitalistas ‘metropolitanos’ se dejan entonces arrancar ventajas sociales y algún aumento de salarios para contentar a sus obreros en la exacta medida en que el Estado colonialista les permite saquear y explotar los territorios ocupados. En el momento crítico en el que los pueblos colonizados finalmente se lanzan a la lucha y exigen su plena independencia comienza un período difícil en el curso del cual, paradójicamente, el interés real de los obreros y campesinos ‘metropolitanos’ parece hallarse en oposición al de los pueblos que están colonizados. Los problemas y daños que produce esa ‘inesperada’ alienación deben ser conocidos y enérgicamente combatidos
�??La guerre d�??Algérie et la libération des hommes�?�
El colonialismo y sus derivados ya no constituyen realmente los enemigos del África actual. En un plazo muy breve el continente estará totalmente liberado. Por mi parte, cuanto más conozco las culturas y círculos políticos más se me va imponiendo la certeza de que el peligro que amenaza a África hoy es la ausencia de ideología. […] Los países que en África actualmente van accediendo a la independencia son en realidad tan inestables como lo son sus nuevas burguesías o sus actuales nuevos príncipes. Tras algunos pasos inseguros en la arena internacional, al no sentir las burguesías nacionales ya actualmente la amenaza de la vieja potencia colonial, desarrollan grandes apetitos. Y, no teniendo aún práctica política, quieren impulsar todo ese ámbito tal como si fuera su negocio. Todo son prebendas y amenazas hasta el despojamiento de la víctima. El problema es aún más de lamentar porque muchos Estados no poseen más recurso que el de suplicar a la vieja metrópoli que se mantenga un poco aún entre ellos. Pero además, en éstos pseudo-Estados de tendencias neoimperialistas, una política militarista exacerbada acarrea la disminución de la inversión de carácter público en países que hoy aún parcialmente tienen una estructura medieval. Los obreros que muestran descontento sufren entonces una represión tan cruel y salvaje como en los períodos coloniales. Partidos de oposición y sindicatos se ven en seguida confinados a una casi-clandestinidad. Y ese pueblo que había dado todo en las horas difíciles de la lucha por la liberación, con las manos y el vientre vacíos, debe interrogarse sobre el grado de realidad de su victoria. […] Los Estados colonizados que han accedido a la independencia por la vía política no parecen tener más preocupación que encontrarse un campo de batalla, con sus heridas y sus destrucciones. […] Las burguesías ahora triunfantes son sin duda las más impetuosas, emprendedoras y anexionistas que actualmente se puedan concebir
�??Cette Afrique à venir�?�, fragmentos de notas de su diario privado durante el verano del 1960, no destinadas a la publicación
Por debajo de las clases populares y conservadoras se encuentra el substrato de los parias y outsiders, de las otras razas y los otros colores, las clases explotadas y perseguidas, los que están en el paro y los no susceptibles de emplearse. Situados pues al exterior del proceso democrático, […] su oposición es revolucionaria, aunque su conciencia no lo sea. Su oposición golpea el sistema desde fuera, por lo cual el sistema no puede integrarlos; constituye una fuerza elemental que viola realmente las reglas de juego, mostrando, al hacerlo, que es juego trucado. Cuando avanzan reunidos por las calles, carentes de armas y de protección, para reclamar de esa manera lo que son los más básicos derechos civiles, saben que se exponen a los perros, a las piedras, las bombas, las prisiones, los campos de internamiento e incluso la muerte
Eros y civilización
La campaña abolicionista supuso para las mujeres un refugio donde podían verse valoradas por trabajos concretos. La intensidad, el apasionamiento y el carácter incondicional de su compromiso en la batalla contra la esclavitud quizá se deban a que experimentaban una alternativa emocionante a sus vidas domésticas, y al oponerse a una opresión que guardaba semejanza con la suya. (…) Al cursar peticiones manifestando su oposición a la esclavitud, las mujeres se vieron conminadas a defender simultáneamente su derecho a implicarse al interior del trabajo político. ¿De qué otro modo podían –privadas como estaban todavía del derecho a votar– convencer al gobierno de que aceptara sus firmas si no era impugnando de modo violento la validez de su exilio de la actividad política?