Y, al salir del vientre de su madre, se los tragaba el poderoso Crono, para que ningún otro que él [...] fuera a reinar entre los Inmortales. Pues sabía por Gea y por Urano que estaba destinado a sucumbir al fin a manos de su propio hijo. Y así no descuidó su vigilancia sino que, observando atentamente, devoraba a sus hijos
Hesíodo
Teogonía, vv. 459-469