Los mismos que, desde hace cuatro años, conspiran bajo el velo del patriotismo, hoy, que los amenaza la justicia, van repitiendo la frase de Vergniaud: ‘La revolución es como Saturno; devorará a todos sus hijos’. Lo repitió, en su proceso, Hébert, como la recitan y repiten los que tiemblan al ser desenmascarados. La Revolución no devorará a sus hijos, sino tan sólo a sus enemigos, sea cual fuere la máscara bajo la que busquen ocultarse. […] La Revolución devorará hasta el último amigo y partidario de la tiranía. No perecerá patriota alguno. […] Los que nos reprochan por severos, ¿preferirían que fuéramos injustos? […] ¡Odiad a los enemigos de la República y estad en paz con vosotros mismos!
L.-A.-L. de Saint-Just
Informe sobre la conjura, 31-3-1794
En el marco institucional […] la burguesía, dada su insuficiente potencia económica, no pudiendo imponer en consecuencia relaciones sociales coherentes que garanticen su dominio como clase, elige la solución que le resulta más fácil, a saber, el partido único. […] Así, no crea un Estado que asegure y ampare al ciudadano, sino uno que lo persigue, que lo inquieta.
Ese Estado que, en su discreción, debía desarmar y dar confianza, se impone espectacularmente, se exhibe, arrolla, brutaliza, haciendo saber al ciudadano que se encuentra en peligro permanente. El partido único es la forma moderna de la dictadura burguesa sin máscara, sin escrúpulos y sin disfraz. […] En algunas regiones, el partido se organiza como un gang, donde el tipo más duro pasa a asumir la dirección. […] Para ocultar ese marasmo y enmascarar esa regresión, para asegurarse y ofrecer un pretexto del que enorgullecerse, la burguesía no tiene otro recurso que levantar en la capital unas cuantas grandiosas construcciones y realizar gastos de prestigio. Así, la burguesía nacional vuelve crecientemente las espaldas a la realidad del interior, a las realidades del país, y se inclina hacia la metrópoli, a los capitalistas extranjeros que se aseguran sus servicios. Como no comparte sus beneficios con el pueblo y no le deja disfrutar de las prebendas que entonces le otorgan las grandes compañías extranjeras, pronto descubre la necesidad de contar con un líder popular al que le toca hacer el doble esfuerzo de estabilizar el nuevo régimen y perpetuar a la burguesía en su dominio. La dictadura burguesa de los países subdesarrollados funda toda su fuerza y solidez en la existencia de un líder, […] uno a cuyo abrigo y protección la burguesía de la joven nación de inmediato procede a enriquecerse. […] Así los circuitos económicos de ese joven Estado se deslizan de modo irreversible en la estructura neocolonialista La economía nacional, que antes se encontraba protegida, ahora es literalmente dirigida, y el presupuesto es alimentado por donaciones y préstamos continuos
F. Fanon
Les Damnés de la terre
Los hombres hacen lo que es su propia historia, pero no a su completa voluntad, en circunstancias elegidas libremente; bien al contrario, éstas se las encuentran hechas, terminadas, dadas como herencia del pasado. La tradición de las generaciones muertas carga como una pesadilla sobre el cerebro de los vivos. Y cuando parecen ocupados en transformarse y cambiar la realidad creando algo totalmente nuevo, a saber, justamente en el momento de una crisis revolucionaria, comienzan a evocar ansiosamente y a llamar al rescate a los manes de sus antepasados, para ir tomando entonces de ellos nombres, atavíos y consignas, representando la nueva pieza histórica con lenguaje prestado y venerablemente travestidos. Así cubrió Lutero sus facciones con la máscara del apóstol Pablo, mientras la Revolución de 1789-1814 se disfrazó de modo alternativo como República romana y como Imperio, y la revolución del 1848 no supo encontrar nada mejor que parodiar en unas ocasiones el 1789, y en otras en cambio la tradición revolucionaria del 1793-1795
K. Marx
El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte
Ciertamente pueden distinguirse una violencia muerta y una viva, pero no por ello la primera viene a ser menor que la segunda; puede incluso ser mucho más temible, dado que se camufla tras la máscara de las costumbres y las instituciones. De modo que los que nos recomiendan o la retirada o la abstención no hacen otra cosa que inclinarse realmente ante ella
E. Terray
Combats avec Méduse