Sube a nacer conmigo, hermano.
Dame la mano desde la profunda
zona de tu dolor diseminado.
No volverás del fondo de las rocas.
No volverás del tiempo subterráneo.
No volverá tu voz endurecida.
No volverán tus ojos taladrados.
[…]
Yo vengo a hablar por vuestra boca muerta.
A través de la tierra, juntad todos
los silenciosos labios derramados
y, desde el fondo, habladme toda esta larga noche
como si yo estuviera con vosotros.
Contad, contadme todo,
contádmelo cadena por cadena,
eslabón a eslabón y paso a paso.
Afilad los cuchillos que guardasteis,
ponedlos en mi pecho y en mi mano
como un río de rayos amarillos,
como un río de tigres enterrados,
y dejadme llorar, horas, días, años,
edades ciegas, siglos estelares.
Dadme el silencio, el agua, la esperanza.
Dadme la lucha, el hierro, los volcanes.
Apegadme los cuerpos como imanes.
Acudid a mis venas y a mi boca.
Hablad por mis palabras y mi sangre
P. Neruda
Canto General, �??Alturas de Macchu Picchu�?�
Guillotina
I. Pie de imagen
- Armazón del cadalso 1a) tablas 1b) postes 1c) ranura 1d) guarniciones de cobre 1d) travesaño
- La cuchilla
- La montura
- Banco
- Yugo móvil
- Rodamientos
- Pilón
- Cesto
- Arrastre
- Cable de tracción
- Muelle
- Freno
- Gatillo
II. […] Disertación de un filántropo: Cómo prevenir los efectos de la rabia.
Presentación –mediocre– del
proyecto (es pesado y locuaz como orador):
Señores, con mi
máquina lo que
yo pretendo conseguir –sólo con un
giro de muñeca– es que se deje el
mundo sin experimentar
dolor alguno. Abiertas risas de la concurrencia, luego un
silencio general; y finalmente acuerdos, presupuestos, peritajes, informes…
[…]
IV. Primeras pruebas en el patio de un taller de la rue Sain André-des-Arts, realizadas con un cordero
vivo.
El
verdugo es un tradicionalista, terco y difícil de ilustrar.
Luego, en el gran anfiteatro del
hospital de Bicêtre, se emplean cinco
cadáveres recientes. Un completo
triunfo: el mecanismo cae como un rayo, salta la
sangre, el
hombre ya no está…
El filántropo
muere: pío, rico, lívido, en la cama, muchos años más tarde, con
todos los sacramentos necesarios.
H.-M. Enzensberger
�??Guillotin�?�, en Mausoleum
Voy marchando hacia los de mi silencio,
lentamente, hacia aquéllos junto a quienes me puedo callar;
de lejos vendré, a entrar, luego a sentarme.
Vengo a buscar lo que necesito para ponerme en marcha una vez más
L. Braquier
Eau douce pour navires
Ya que el escritor no tiene modo alguno de evadirse, que se abrace estrechamente con su época; es su única oportunidad; su época está hecha para él como él está hecho para ella. Suele lamentarse la indiferencia de Balzac ante las jornadas del 48 y la temerosa incomprensión de Flaubert ante la Comuna: la lamentación es por ellos; ahí hay algo que perdieron para siempre. No queremos perder nada de nuestro tiempo; tal vez los hubo mejores, pero éste es el nuestro. No tenemos más que esta vida por vivir, en medio de esta guerra, tal vez de esta revolución. Que nadie deduzca de esto que predicamos una especie de populismo; es todo lo contrario. El populismo es hijo de viejos, el lamentable vástago de los últimos realistas; otro modo más de lavarse las manos. Por el contrario, estamos convencidos de que no es posible lavarse las manos. Aunque nos mantuviésemos mudos y quietos igual que una piedra, nuestra pasividad sería una acción. Quien consagre su vida a hacer novelas sobre los hititas toma posición con esa abstención. El escritor tiene una situación en su época; cada palabra suya repercute. También cada silencio.
J.-P. Sartre
¿Qué es la literatura?