barricada
En Fourier, como ejemplo de trabajo apasionado y no pagado, el de la construcción de barricadas
Obra de los pasajes
Los primeros momentos de un motín, nada hay que sea más extraordinario. Todo estalla a la vez en todas partes. ¿Previsto? Sí. ¿Preparado? No. ¿De dónde ha surgido? De las calles. ¿De dónde ha caído? De las nubes. […] Desde todos los puntos de la villa, todo se dio de modo simultáneo, en un vasto tumulto, como un ramo de rayos reunidos en un sólo trueno. […] Quien atraviesa una barricada cree haber atravesado un sueño
Los miserables
Descripción de una barricada: «A la entrada de una calle estrecha, puede verse un ómnibus volcado con las cuatro ruedas en el aire. Un montón de cestos que antes se usaron para llevar naranjas se han apilado de derecha a izquierda; luego, por detrás, entre las llantas de las ruedas y otros huecos, leve brillar de fuegos, mientras que las pequeñas nubes de humo azulean ahí a cada segundo»
Études physiologiques sur les grandes métropoles de l’Europe occidentale. Paris
Se utilizaban ómnibus en la construcción de barricadas. Se desenganchaban los caballos, se obligaba a bajar a todo el mundo, se volcaba el vehículo y la bandera se colgaba de la pértiga
Obra de los pasajes
Las barricadas de las “Tres Gloriosas” tenían [...] adoquines en conjunto
Le Romantisme, catálogo de la exposición de la Biblioteca Nacional, 22 de enero �?? 10 de marzo de 1930, noticia aclaratoria sobre el nº 635 de A. de Grandsagne y M. Plant, �??Revolución de 1830, plano de los combates de París�?�
Las barricadas del 1848: “Se contaron más de cuatrocientas. Muchas, protegidas a su vez por trincheras y zanjas, cuyas alambradas se elevaban hasta alcanzar la altura de un primero”
XIXème siècle
Lo más que puede lograr la insurrección en el terreno propio de la táctica es el construir y defender solamente una barricada. […] Ya en la época clásica de las luchas urbanas [...] la barricada tuvo en todo caso más efecto moral que material. Se trataba tan sólo de quebrar la firmeza de los militares. Si resistían hasta conseguirlo, se había alcanzado la victoria; de lo contrario, estaban derrotados
introducción a K. Marx, La lucha de clases en Francia
Las calles Saint-Denis y Saint-Martin son las grandes arterias de ese barrio, la bendición de los revoltosos. Pues la guerra de calles era allí lamentable en su facilidad: bastaba sólo con desadoquinar e ir amontonando el mobiliario de las casas vecinas más los cajones del ultramarinos y, en caso de necesidad, detener un ómnibus cualquiera [...], ofreciendo además galantemente la mano a las damas: hubiera habido que tirar las casas para conquistar esas Termópilas. La infantería avanzaba al descubierto, pesadamente cargada y equipada. Sólo con un puñado de insurgentes puestos detrás de una barricada se mantenía en jaque a un regimiento
Histoire de Paris
La Insurrección de junio; un episodio: “Hubo incluso mujeres que vertían aceite o agua hirviendo a los soldados […]. En muchas de las tiendas que cerraron, los rebeldes escriben: ‘¡Atención, […] muerte a los rateros y ladrones!’. En las banderas de las barricadas ‘Pan y trabajo’ fue un lema frecuente [...]. Muchos optarían por llevar […], junto con ellos a las barricadas también a sus mujeres y sus hijos, mientras decían: ‘¡Ya que no podremos alimentarlos, moriremos juntos!’. Así, mientras los hombres combatían, muchas mujeres fabricaban pólvora y los chicos fundían nuevas balas empleando cualquier trozo de plomo o estaño que cayera entre sus manos. Algunos se sirvieron de dedales para fabricar sus proyectiles, y a su vez por la noche las muchachas, mientras se detenían los combates para dormir, reunían adoquines para arrastrarlos a las barricadas” Ya en la misma insurrección de junio «forzaron aberturas en los muros, para moverse de una casa a otra»
Geschichte der französischen Arbeiter-Associationen
La razón estratégica del aligeramiento perspectivo de la ciudad: una explicación contemporánea de la apertura de grandes avenidas bajo el imperio de Napoleón III habla de que estas calles no se prestan «a la táctica habitual que se practica en las insurrecciones locales». Marcel Poëte, Une vie de cité, París, 1925, p. 469. «Perforar este barrio, que siempre se une a los levantamientos», dice el barón Haussmann en un informe donde propone la prolongación del bulevar Strassbourg hasta Châtelet. Émile de Labédolière, Le nouveau Paris, cit. en la p. 52. Pero ya anteriormente: «Pavimentan París hoy con madera para quitarle a la revolución el material de sus construcciones. Con bloques de madera no es posible levantar barricadas». Karl Gutzkow, W, I, pp. 60-61. La relevancia de esas precauciones se comprende cuando se comprueba que en el año 1830 hubo barricadas, más o menos
Obra de los pasajes
I
Ocurrió en nuestro tiempo.
[…]
Sobre las calles, la manifestación
va allanando todos los obstáculos.
Va afluyendo
la cola, rumorosa.
Ya está cerca del parque.
Llega al puente
Troitski.
Desde el Neva, ocho descargas.
La novena, cansada.
Gente al trote.
A lo lejos:
“¡Venganza!”
Corren por las aceras.
Cae la noche
que la aurora ya no levantará.
Al tronar de descargas,
desde las barricadas otro trueno.
[…]
Obstinada y desnuda, sin sonrojo,
la ciudad se mostraba toda entera.
II
Esos días son como un periódico,
pueden leerse al azar,
por cualquier lado.
Tengo catorce años,
quince dentro de un mes.
[...]
La ciudad sueña.
[…]
La bencina prolongó el ocaso,
y, detrás, se retuerce
aún el rojo gayo de las llamas.
III
En la calle, cuajada,
saludando despacio a las banderas.
Se apagaban los coros a lo lejos
y se despeinó la oscuridad.
Mira el sol, a través de sus gemelos.
Cañoneo y ocaso, todo el día.
[…]
Los crujientes montones de la nieve,
los cadáveres, puestos sobre el suelo
como si se lanzaran a volar.
Ocurrió en nuestro tiempo.
[…]
Esos primeros días de febrero
me enamoré de la tormenta.
El año 1905