día
Cuando los dioses hacían de hombres
hacían su tarea, trabajaban:
considerable era su labor,
su trabajo pesado, interminable.
[...]
Tras ponerse de acuerdo unos con otros
los grandes dioses sortearon sus destinos:
Subió Anu al cielo,
Enlil tomó la tierra por dominio,
y el cerrojo que pone dique al mar
le fue entregado a Enki.
[...]
Y los dioses celestes, Anunnaku,
impusieron a los Igigu su tarea.
Y los dioses Igigu excavaban
para abrir los canales que dan vida a la tierra.
Así abrieron los cursos de los ríos.
[...]
Trabajaron así más de cien años,
trabajaron así más de quinientos,
novecientos años trabajaron,
más de mil debieron trabajar.
Tras haber levantado las montañas
calcularon los años de trabajo.
Calcularon los años de trabajo
tras disponer las ciénagas del sur.
Calcularon los años de trabajo
que superaban los dos mil quinientos,
siempre así trabajando, noche y día,
hasta que, agotados del trabajo,
comenzaron unidos a gritar:
“Vamos a por el jefe –se dijeron–,
liberémonos de tan pesada carga.
Al que es soberano de los dioses,
de su casa lo vamos a expulsar.
Arriba, vamos, declarad la guerra,
vamos a la batalla, a combatir”.
Atendieron los dioses la llamada
y quemaron toda la herramienta,
arrojaron al fuego las azadas
lanzaron a la hoguera los capachos,
[...]
y luego por sorpresa, a media noche,
rodearon el palacio del gran dios
Poema de Atrahasis, texto paleobabilónico, vv. 1-72
Tú, el más sabio y hermoso de los Ángeles todos,
Dios carente de suerte, privado de alabanzas,
[...]
Príncipe del exilio, golpeado injustamente
y que, vencido, siempre más fuerte te levantas,
[...]
tú que todo lo sabes, rey de lo subterráneo,
tú que eres quien cura las angustias humanas,
[...]
bastón del desterrado, fanal del inventor,
confesor del ahorcado y del conspirador,
[...]
Satán, padre adoptivo de aquellos que en su ira
del Paraíso terrestre arrojó Dios un día.
[...]
¡Gloria a ti en las alturas de los Cielos, Satán,
donde antaño reinaste, y en la profundidad
del Infierno en que sueñas, silencioso y vencido!
¡Que el Árbol de la Ciencia acoja un día mi espíritu!
Les Fleurs du mal, �??Révolte �?? Les Litanies de Satan�?�, vv. 1-2, 4-5, 7-8, 40-41, 43-44, 46-50
Eva y Adán
La serpiente […] dijo a la mujer: ‘¿Por qué Dios os ha dicho que no comáis de los árboles del jardín?’ Respondió la mujer a la serpiente: ‘Podemos comer el fruto de sus árboles, mas del fruto del árbol que se encuentra en mitad del jardín nos dijo Dios: ‘No comáis de él, ni lo toquéis, pues moriríais’’. Replicó la serpiente a la mujer: ‘De ninguna manera moriréis. Mas Dios sabe sin duda que el día que comáis de dicho fruto se os abrirán los ojos, conocedores ya del bien y el mal, y seréis como dioses’. Y al ver la mujer que el fruto era bueno de comer, de apetecible aspecto y excelente para lograr la sabiduría, tomó de su fruto y lo comió, y lo dio luego al hombre, a que comiera. Y se abrieron sus ojos ciertamente, y se dieron cuenta de que estaban desnudos
Génesis, 3, 1-7
“Nuestros señores y nuestros príncipes se hallan en el origen de cualquier tipo de usura y de robo, pues se apoderan de todo lo que existe como si fuera de su propiedad. […] Reducen a todos a la más vil miseria, desnudan y cercenan a los labriegos, los artesanos y todo lo que vive, y si alguno comete el más pequeño error de inmediato lo llevan a colgar en la horca. […] ¿Es que acaso han disminuido sus impuestos y su explotación? […] Ellos hacen que el pobre no sepa leer: “Un muro de hierro ha sido establecido contra los reyes y los príncipes […], y llegará milagrosa la victoria sobre los poderosos y sobre los tiranos” [Jeremías 1, 18-19]. “No he venido a traer la paz, sino la espada” [Mateo 10, 34]. “Todo árbol que no dé frutos convenientes ha de ser extirpado y echado en el fuego” [Mateo 7, 19]. ”Dios ha entregado a los señores y príncipes del mundo y, en su furor, quiere desposeerlos por completo” [Oseas 13, 11]. “Él ha derribado a los poderosos del trono” [Lucas 1, 52]. ¿Cuándo finalmente aprenderá a leer la Escritura el miserable? […] Por todo ello proclamo que hay que ser rebelde. […] ¿Por qué tendría que estar forzado el mundo a realizar un trabajo duro para servir a un saco de polvo? […] Como un diminuto centelleo […] para llegar a ser piedra de chispa […], los ángeles afilan ya sus hoces para esta tarea. […] Llegó el tiempo para la cosecha, he afilado mi hoz. […] Hay que matar a todos los gobernantes impíos […], el pueblo entero tiene el poder de la espada”. “Alemania, Francia, Italia ya han despertado. El Maestro quiere divertirse […]. Los campesinos de la Selva Negra disponen ya de más de tres mil hombres, y el grupo día a día va creciendo […[. ¡Combatid la batalla del Señor! […] ¡Excitad a pueblos y ciudades a la rebelión y, sobre todo, a los compañeros de las minas juntamente con todos los restantes compañeros que pueden ayudaros! […] ¡Ánimo, ánimo, ahora es vuestro turno! […] Pasad esta carta a los mineros. […] ¡Ánimo, ánimo, hasta que arda el fuego! ¡No dejéis que se enfríe vuestra espada! […] ¡Pank, pink, pank, golpead, dad sobre el yunque! ¡Destruid sus defensas! ¡No podréis libraros de temor mientras que vivan, mientras sean aún vuestros señores y ejerzan impunes su dominio! ¡Ánimo mientras la luz os acompaña! ¡Dios va al frente! […] ¡La historia ya está escrita! Mühlhausen, 1525. Thomas Müntzer, siervo de Dios contra los impíos”.
Tratados y sermones
Por más que esto no cese y continue con todo su horror y su bajeza, y cada día que pasa supere todo límite y medida, me mantendré bien firme como si me enfrentara a un elemento, a un eclipse, a un diluvio, a un huracán, no a la medida de lo ético sino como algo dado, como objeto de indagación y comprensión. […] Tales son los caminos, objetivos, reales, de la Historia, y es preciso seguirlos sin dejarse perder la dirección. E incluso me asalta el sentimiento de que esta ciénaga moral en la cual aún flotamos malamente, esta casa de locos gigantesca dentro de la cual sobrevivimos, de repente, de hoy para mañana, bajo el poder de una varita mágica, se podría mudar en lo contrario, algo de verdad heroico y grande; si la guerra sigue un par de años creo que todo tiene que cambiar
Prisión de Wronke, noviembre de 1917
Luis Felipe almorzaba cada día toda una infinidad de platos, pero a su mesa no podían faltar las chuletas a la Luis Felipe, de ternera como de carnero, que le preparaban de este modo: golpeadas y sazonadas las chuletas, sazonadas en crudo, se atan tres de ellas superpuestas, bien atadas con un bramantillo, tan como si fuesen una sola y de mucho grosor, para asarlas después a la parrilla, bastante pasadas. Luis Felipe comía la del medio del grupo de tres, tirando las otras
El practicón. Tratado completo de cocina al alcance de todos
El Estado de Francia en esa época consistía en un conglomerado de privilegios contradiciendo toda idea, y hasta la razón en general, una más que absurda situación de una corrupción descomunal, un auténtico reino de injusticia. La opresión terriblemente dura que ejercía su peso sobre el pueblo, las dificultades del gobierno para garantizar a aquella corte los medios que le eran necesarios a su lujo y prodigalidad daban ocasión al descontento. El nuevo espíritu empezó a actuar: la opresión dio paso al libre examen. Y se hizo evidente que las enormes sumas arrancadas cada día al sudor del pueblo no eran realmente dedicadas a los fines propios del Estado, sino derrochadas locamente. Así, todo el sistema del Estado fue visto como injusta iniquidad
Todos los gobiernos que subsisten hoy día, al igual que aquellos de los cuales la Historia nos guarda algún recuerdo, se fundan en la usurpación o en la conquista o en una y otra al mismo tiempo, sin que sea posible pretextar por parte del pueblo ningún tipo de libre aceptación ni sujeción que sea voluntaria
Escritos políticos
La Ciudad se encuentra dividida formando siete círculos enormes que, a través de cuatro grandes vías, se comunican sucesivamente. […] Son un pueblo oriundo de la India entre el cual había muchos hombres dedicados a filosofar. Huyendo de las tropelías de los tártaros y el abuso de toda clase de tiranos, fueron a parar a aquella ; […] Resolviendo organizar allí su vida la planificaron en común, tal como enseña la filosofía. […] Una de las costumbres principales es la comunidad de las mujeres, como también ocurre con las cosas. Todo es allí de propiedad común […] de manera que todos participan del alimento en forma equitativa, tal como lo hacen con las ciencias, los honores y las diversiones, sin que nadie pueda en ningún caso apropiarse de nada en exclusiva. En su opinión, toda propiedad ha surgido de que cada individuo quiere para él solo una mujer y una familia y una casa, de lo que viene todo el egoísmo […], con lo cual viene cada uno a robarle a la comunidad. […] Les parece de lo más extraño que consideremos como innoble al que practica un arte manual, mientras que creemos que son nobles los que, sin tener ningún oficio y rodeados de enjambres de sirvientes, se abandonan al ocio y la lascivia, con un daño evidente para el bienestar de la república. […] Ahora bien, al que sabe más oficios es al que consideran el más noble […], y además los trabajos fatigosos de entre los trabajos productivos son también los más considerados, por lo que ninguno los rechaza. […] Todos tratan sin duda de quedar primero en el trabajo […], pues a todo aquel que sobresale en la actividad que realiza le conceden el título de rey (uno que se reserva a los mejores, no a los que no saben hacer nada). […] La superioridad, cada seis meses, determina quién ha de dormir habitando en uno u otro círculo y ocupando tal o cual estancia, después de lo cual vuelve a cambiar […], y cada actividad u ocupación – manual o especulativa– es común a los ciudadanos, sin que importe ser de uno u otro sexo. […] Cada círculo tiene sus cocinas y sus grandes despensas colectivas […], comen en grandes mesas, reunidos, […]se afanan todos por servir […] porque nadie cree rebajarse al prestar los servicios necesarios en los comedores y cocinas, o en los almacenes y talleres, […] y cada uno tiene su porción. […]Todos visten de blanco, con un traje determinado por las estaciones. […] La planta baja de los edificios se dedica a graneros y talleres, guardarropas, despensas, comedores y lavanderías comunales; […] allí adentro se ejercen los oficios, mientras que los espacios superiores –todos adornados con pinturas– se reservan a la actividad de carácter especulativo, sobre cuya materia se realizan, en los atrios, los cursos y lecciones. [….] Y así, como todas las tareas, las artísticas como las manuales, se reparten y se hacen entre todos, cada ciudadano no trabaja sino cada día cuatro horas, dedicándose luego todo el resto a perfeccionarse en cuanto hace a los aspectos físico y moral. […] No hay allí esclavitud ni servidumbre […], ni hay avidez alguna de riquezas ni por poseer plata ni oro –que tan sólo se encuentran destinados a fabricar algunos utensilios que también emplean en común– […], porque nadie carece de cuanto le sea necesario –y aun lo que su capricho le sugiera–. […] La posesión de bienes, en efecto, no les despierta la menor codicia, puesto que realmente todo el mundo tiene allí cuanto necesita, más aquello que pueda recibir en calidad de premio o galardón, dado que la república acostumbra hacer ciertos regalos a sus héroes. […] De este modo, la vida colectiva hace a cada uno, al tiempo, rico y pobre: rico porque lo posee todo, pobre porque nada es sólo suyo; pero nadie se afana o se preocupa de servir a las cosas, sino, al contrario, de servirse de ellas. […] Cierto que no ignoran el dinero, acuñando moneda destinada a las actividades exteriores de sus embajadores y emisarios. Pero, al contrario, de los mercaderes que, procedentes de los demás países, han llegado hasta allí, interesados por el exceso de su producción, nunca les piden que les den dinero, sino las diferentes mercancías de las cuales carezca la Ciudad. […] Deliberan, reunidos en Consejo, sobre lo que el pueblo necesita, e invisten a los magistrados designados para cada cargo en la Asamblea General, relevándolos luego, en su momento, por acuerdo del pueblo en su conjunto. […] Tratan muy bien a los extranjeros […], enseñándoles todo aquel Estado para que vean el orden que allí reina (porque están firmemente convencidos de que al final el mundo entero no tendrá otro destino y solución que adoptar aquel modo de vida), y permiten que vayan al Consejo y a sentarse en la mesa colectiva. Y, si quieren unirse a aquel Estado, los someten a prueba y luego adoptan la resolución correspondiente. […] En lo que hace a la procreación, todo el mundo se encuentra sometido a lo que ordenan las autoridades, pues la progenie es considerada como bien público, no particular
La Ciudad del Sol
Los trabajos caseros, en su forma individual, han empezado a desaparecer, siendo sustituidos día a día por el trabajo casero colectivo. Llegará un día […] en que la mujer trabajadora no tendrá que ocuparse de su hogar […]. En el seno de una Sociedad Comunista, la mujer trabajadora no tendrá que pasar en la cocina sus escasas horas de descanso, porque habrá restaurantes públicos y cocinas centrales a los que podrá ir todo el mundo […]. Y lo mismo se puede decir al respecto del lavado de ropa, con la organización de lavaderos centrales, o de otros talleres específicos para los restantes trabajos caseros
Juntos vamos a desear, concebir y crear la nueva estructura del futuro, que enlazará arquitectura, escultura y pintura en unidad que un día se alce al cielo de las manos de un millón de trabajadores, como el símbolo cristalino de la nueva fe
�??Programa de la Staatliche Bauhaus�?�, Weimar
Hay una revuelta cada día. Los estudiantes, hijos de burgueses, confraternizan con los trabajadores, y los obreros creen por su parte que ha llegado el momento. Hasta creen contar con el apoyo de los alumnos de la Politécnica
Quand j???étais photographe
¡Nuevos Josués, al pie de cada torre,
por detener el curso de la hora
iban tirando contra los relojes.
[Los autores añaden esta nota]: «Es un rasgo único, creemos, en la historia de una insurrección; es el único acto de vandalismo ejercido por el pueblo contra los monumentos ciudadanos, pero, ¡qué vandalismo!, uno que expresa el estado de ánimo reinante el día 28 por la tarde. ¡Con qué rabia veían, en efecto, el aproximarse de la sombra y, junto a ello, la impasible aguja que se deslizaba hacia la noche como en los días ordinarios! Y lo más singular del episodio es que se dio a la misma hora en distintos lugares de la villa. No fue por tanto una idea aislada ni tampoco un capricho excepcional, sino, bien al contrario, un sentimiento en cierto modo generalizado»
"L’insurrection. Poème dédié aux Parisiens"
I
Ocurrió en nuestro tiempo.
[…]
Sobre las calles, la manifestación
va allanando todos los obstáculos.
Va afluyendo
la cola, rumorosa.
Ya está cerca del parque.
Llega al puente
Troitski.
Desde el Neva, ocho descargas.
La novena, cansada.
Gente al trote.
A lo lejos:
“¡Venganza!”
Corren por las aceras.
Cae la noche
que la aurora ya no levantará.
Al tronar de descargas,
desde las barricadas otro trueno.
[…]
Obstinada y desnuda, sin sonrojo,
la ciudad se mostraba toda entera.
II
Esos días son como un periódico,
pueden leerse al azar,
por cualquier lado.
Tengo catorce años,
quince dentro de un mes.
[...]
La ciudad sueña.
[…]
La bencina prolongó el ocaso,
y, detrás, se retuerce
aún el rojo gayo de las llamas.
III
En la calle, cuajada,
saludando despacio a las banderas.
Se apagaban los coros a lo lejos
y se despeinó la oscuridad.
Mira el sol, a través de sus gemelos.
Cañoneo y ocaso, todo el día.
[…]
Los crujientes montones de la nieve,
los cadáveres, puestos sobre el suelo
como si se lanzaran a volar.
Ocurrió en nuestro tiempo.
[…]
Esos primeros días de febrero
me enamoré de la tormenta.
El año 1905
En octubre de 1918, apenas un año después de la llegada de los bolcheviques al poder, el Comité Ejecutivo Central del Soviet, máximo órgano legislativo, ratificó un completo Código sobre Matrimonio, Tutela y Familia. El Código reflejaba legalmente una visión revolucionaria de las relaciones sociales basadas en la igualdad de las mujeres y la ‘evaporación’ de la familia. Según Alexander Goikhbarg, joven […] autor del nuevo Código de Familia, éste preparaba el camino para un tiempo en que ‘los grilletes de marido y mujer’ iban a quedarse ‘obsoletos’. En consecuencia, el Código se redactó con su propia obsolescencia en mente. Goikhbarg escribió: ‘El poder proletario construye sus códigos y sus leyes dialécticamente, con lo que cada día de existencia va minando su necesidad’. En resumen, el objetivo del derecho era ‘hacer que la ley fuera superflua’
Women, the State and Revolution: Soviet Family Policy and Social Life, 1917-1936
Es en vano que la mujer trabajadora se pase el día entero limpiando su casa y lavando y planchando, consumiendo así sus energías en conservar sus ropas desgastadas, y matándose para preparar con sus pocos recursos la mejor comida que consiga. Cuando el día termine no quedará, pese a sus esfuerzos, ningún resultado material del trabajo diario; […] no habrá hecho nada en todo el día que después venga a ser considerado como en calidad de mercancía […]. El trabajo del ama de casa […] es cada vez más improductivo
Conmemorando el día de la mujer, las mujeres organizadas se manifiestan en contra de su falta de derechos. Pero dicen algunos: ¿por qué ha de haber tal separación?; ¿por qué ha de haber un día de la mujer, panfletos especiales para trabajadoras, conferencias y mítines?; ¿no es una concesión a las feministas y sufragistas burguesas? Solamente aquellos que no entiendan la radical diferencia que se da entre el movimiento de mujeres socialistas y las sufragistas burguesas pueden argumentar de esa manera. En efecto, ¿cuál es el objetivo de las feministas burguesas? Conseguir las mismas ventajas, el mismo poder y los mismos derechos en la sociedad capitalista que ahora poseen sus maridos, y sus padres y hermanos. Pero, ¿cuál es en cambio el objetivo para las obreras socialistas? Abolir todo tipo de privilegios que deriven del nacimiento o la riqueza. A la mujer obrera nada importa si su patrón es hombre o es mujer. […] El día de la mujer es un eslabón en la larga y sólida cadena de la mujer en el movimiento obrero
Día de la mujer
Pues ahora esa masa anónima, la de toda esa América de color, esa masa sombría, taciturna, que con igual tristeza e inquietud canta a través de todo el continente, esa masa va ahora a penetrar definitivamente ya en su historia; pues ahora comienza a reescribirla con letras de sangre, sí, ahora que empieza a sufrir y morir; porque ahora en efecto en las montañas y los campos de América, en los flancos de sus cordilleras, en sus bosques como en sus llanuras, en la soledad o animación de sus tantas villas y ciudades, al borde de sus océanos enormes y en las orillas de sus grandes ríos vibra todo ese mundo lleno de corazones que palpitan, con los ardientes puños que se encienden del ardiente deseo de morir por aquello que es suyo, conquistar sus derechos pisoteados por unos y otros a lo largo ya de cinco siglos. La historia ha de contar en adelante con los pobres de América, los explotados y los despreciados que han decidido escribir ya por sí mismos, para siempre, su historia. Ya se han puesto en camino, ya los vemos cómo van avanzando, día tras día, realizando una marcha interminable, una marcha de cientos de kilómetros que los lleva al olimpo del gobierno para obtener con ello sus derechos. ¡Ahí los vemos ahora! Van armados de piedras y de palos, de machetes, y avanzan día a día, surgen de todas partes para ocupar las tierras, adherirse a las tierras que son suyas, a esas tierras que les pertenecen y defienden al precio de sus vidas; ahí los vemos alzando sus pancartas, levantando banderas y consignas para hacerlas que floten en el viento. Esa ola de rabia y de coraje, de justicia exigida y de derechos que le han sido negados y robados, que hoy comienza por fin a levantarse en las tierras de América Latina, esa ola ya no se detendrá. […]. Porque toda esa masa, porque toda esa enorme humanidad que de pronto ha gritado “¡basta ya!” ha iniciado una marcha de gigante
�??Discurso en las Naciones Unidas�?�, diciembre de 1964
Nuestro único adversario el día de la crisis y al siguiente serán las fuerzas de la reacción unida en torno a una democracia pura
�??Carta a Bebel�?�, 1889
Los que luchan un día, ya son buenos.
Otros luchan un año y son mejores.
Hay también quienes luchan durante años y años;
son muy buenos.
Pero aquellos que luchan
todo a lo largo de la vida,
esos son los imprescindibles
«Cantata de aniversario de la muerte de Lenin»
Profecía
En el mundo había un hijo
que fue un día a Calabria:
era verano, estaban
las bellotas vacías
–como en los cuentos de hadas–,
con el color del hambre.
Cual pocilgas sin cerdos
en el centro de huertos esquilmados,
y de campos sin tierra,
y arenosas riberas desecadas.
Las campiñas,
cultivo de la luna,
las espigas crecidas por boca de esqueletos.
El viento del mar jónico
sacudía la paja, renegrida,
como en sueños proféticos. /Y la luna fecal, que cultivaba
las tierras que el estío nunca amó.
[…]
¡Pero allí no hay quien viva!
¡Ah!, decidme, ¿aún por cuánto tiempo
y con tanta grandeza luchará
el obrero, en Milán, por su salario?
Sí, que del hijo los quemados ojos,
de la luna, en las trágicas hectáreas,
ven lo que su lejano
hermano del norte desconoce.
[…]
¡Ah!, obrero de Milán, ¿por cuánto tiempo
sólo lucharás por el salario?
¿No lo ves? Como a un santo
te veneran.
Allá arriba en verdad te llevarían,
desde sus viejas tierras,
animales y frutos, cual fetiches oscuros,
para depositarlos, poseídos del orgullo del rito,
en tus pobres cuartuchos siglo veinte,
entre nevera y televisión,
atraídos por tu divinidad.
Tú, de las Comisiones,
del Sindicato, divinidad aliada
con el maravilloso sol del Norte.
En su tierra de tan diversas razas
la luna labra un campo
que tú le has cedido inútilmente.
[…]
Alí el de Ojos Azules,
uno de tantos hijos de los hijos,
viajará desde Argel, sobre las naves,
a vela y remo y, con él, miles de hombres
con sus cuerpos pequeños
y ojos de perros pobres de sus padres,
sobre barcas varadas en los Reinos del Hambre.
Se traerán con ellos a sus niños,
y se traerán envuelto el pan y el queso
dentro de los papeles amarillos del Lunes de Pascua.
Traerán las abuelas y los asnos
en trirremes robadas
de los viejos puertos coloniales.
Desembarcarán en Palmi o en Crotona,
por millones, vistiendo asiáticos andrajos
y camisas a la americana.
Como pillos que hablan a otros pillos,
de repente dirán los calabreses:
‘Miradlos, son los viejos hermanos,
con el pan y el queso y con los hijos’.
Y subirán de Crotona o Palmi
hasta Nápoles, hasta Barcelona,
y hasta Tesalónica y Marsella,
a las Ciudades de la Mala Vida.
Almas y ángeles, piojos y ratones
que, con el germen de la Historia Antigua, /volarán frente a las wilaye
�??Profezia�?�, en Poesia in forma di rosa, 1961-1964
Siempre creí falso el nombre que nos dan: emigrantes.
Es decir, expatriados. Mas nosotros
no hemos abandonado nuestra tierra a partir de una libre decisión
escogiéndonos otra. Ni salimos
de un país con deseo de quedarnos
para siempre en él, si nos dejaran.
Sino que hemos huido. Somos expulsados, desterrados,
y la tierra donde nos acojan
no una patria ha de ser, sino un exilio.
Nos sentamos inquietos [...]
a la espera del día del regreso, [...] oteando más allá de las fronteras. [...]
Escuchamos los gritos
que llegan hasta aquí desde sus campos,
y hasta nosotros mismos
somos como los ecos de los crímenes
que llegan desbordando las fronteras.
Cada uno de los que entre nosotros
entre la muchedumbre
lleva los zapatos destrozados
testimonia con ello la vergüenza
que está ahora manchando nuestra tierra.
No nos quedaremos para siempre
aquí, no. No está dicha
todavía la última palabra
�??Acerca del nombre de �??emigrantes�??�?�
La verdad, que pretenden mantener enterrada y oculta, bajo tierra se viene condensando, y así cobra tal fuerza de explosión que, el día que estalla, hace saltar por fin todo con ella.
Yo acuso.
Sí, acuso y no ignoro que con ello me expongo a un proceso por delito de difamación. Pero a ello me expongo de buen grado.
El acto que realizo de este modo no es sino un medio revolucionario de acelerar y provocar la explosión de la verdad y la justicia.
Yo acuso y espero.
La verdad está en marcha y nada la detendrá
�??J�??accuse�?�!�?�