El colonial es un régimen instaurado mediante la violencia. Siempre se ha implantado por la fuerza. Contra la voluntad de algunos pueblos, otros más avanzados en las técnicas de destrucción o más poderosos por su número han logrado imponerse.
Un sistema así, establecido mediante la violencia, no puede ya sino ser fiel a sí mismo: su duración en el tiempo está en función del mantenimiento de la violencia.
Pero esa violencia nunca es una forma de violencia abstracta, no es solamente una violencia intelectualmente percibida, sino que es también una violencia del comportamiento cotidiano ejercido por el colonizador con respecto al colonizado: apartheid en África del Sur, trabajos forzados en Angola, racismo en Argelia… Desprecio y política del odio, manifestación de una violencia dolorosa y concreta
F. Fanon
“Pourquoi nous employons la violence”, discurso de Accra, abril de 1960
Aún recuerdo esta horrible escena. Era en Orán, en el 1944. Desde el campo donde esperábamos el embarque, los militares lanzaban pedazos de pan hacia los chiquillos argelinos, que se los disputaban entre sí, llenos de rabia y odio. Probablemente los veterinarios podrían explicar ese fenómeno evocando el peck-order constatado en general en todos los corrales. El maíz ahí distribuido es objeto, en efecto, de una implacable competencia. Ciertas aves, más fuertes, devoran la mayor parte de los granos, mientras otras, menos agresivas, van adelgazando a ojos vistas. Toda colonia tiende a convertirse rápidamente en un corral inmenso, en un gran campo de concentración donde la única ley es el cuchillo
F. Fanon
Les Damnés de la terre