política
“[Hasta 1788] el Estado francés –como todos los demás Estados– era un ‘Estado de naturaleza’, un cuerpo político cuya organización originaria se basaba en la fuerza, no en las leyes
Cartas sobre la educación estética del hombre
Cualquiera que se ponga a analizar las constituciones políticas presentes o las que la Historia nos menciona verá que nunca han sido obra de algún acuerdo o reflexión, sino fruto tan sólo del azar o bien de una opresión violenta. Todas se fundan en el derecho del más fuerte
Consideraciones sobre la Revolución francesa
En materia política, nunca se llama a las cosas por su nombre. […] A lo que es fidelidad a las leyes, los príncipes lo llaman rebelión; revuelta a la resistencia a la opresión; discurso sedicioso a la reclamación de los derechos del hombre; facción al cuerpo de ciudadanos reunidos para defender sus derechos, y a la oposición a la tiranía la llaman crimen de lesa majestad, mientras que llaman cargas del estado a las dilapidaciones de la corte, contribuciones públicas a lo que no son sino exacciones, guerra de conquista al bandidaje realizado por medio del ejército, arte de negociar a la perfidia, las hipocresías y traiciones, golpe de estado a los asesinatos, oficiales del rey a sus satélites, observadores a sus confidentes, su cuerpo de delatores y de espías, medidas de seguridad a los abusos y actuaciones inquisitoriales, súbditos fieles a los partidarios y secuaces que tiene el despotismo, y castigo de los sediciosos a la cruel y bárbara masacre de los que luchan por la libertad
Les Chaînes de l???esclavage
No se trata de hacer ningún proceso, dado que ni Luis es acusado ni vosotros tampoco sois jueces, sino hombres políticos, representantes, sí, de la nación. No debéis pronunciar una sentencia a favor o en contra de hombre alguno, sino adoptar una medida necesaria a la salud pública, ejecutando un acto de entera providencia nacional […]. No, Luis no puede ser juzgado; está ya condenado o, de otro modo, no estaría fundada la república. Realizar el proceso de Luis significa volver al despotismo, sea monárquico o constitucional; es una idea contrarevolucionaria, dado que cuestiona y pone en duda la revolución en cuanto tal […]. Pues los pueblos no juzgan a la manera de los tribunales, no promulgan sentencias; realmente fulminan, no condenan al rey, a saber, lo hunden en la nada, y esta justicia es superior a la del tribunal
Discurso a la Convención
Las revoluciones marchan siempre desde el crimen hacia la virtud, de la debilidad hacia la audacia. […] Quien hace a medias la revolución no hace más que cavar su propia tumba […]. ¡Sólo con la espada se podrá crear por fin la libertad del pueblo! […] ¡Que la nación se levante en armas! […] ¡Atreveos! Toda la política de la que brota la revolución vive al interior de esa palabra
Informe sobre los encarcelados, 26-2-1794
Frente a la extrañeza del proyecto –como de otros proyectos semejantes pertenecientes a la Ville naissante, como la “Casa de la Educación” o la “Casa de Juegos” (“he aquí lo que puede un Arquitecto cuando saca partido a las pasiones”; “la pureza es la base de su Código”)–, Ledoux va a hacer explícito, patente, el proyecto político implicado. Pues, “¿por qué no progresan las ideas? Porque la timidez las encadena […]. Pero aquellos que sueñan con el bien y duermen en estado de vigilia, entregados en todo a la mejora del pacto social, frente a un aceptar lo legislado siguen, antes bien, una política. […] Eso a lo que un gobierno no se atreve, he aquí que lo afronta el Arquitecto
L’Architecture considerée sous le rapport de l’art, des moeurs et de la législation (sobre la “Casa de Juegos” y la Oikema)
“¡El derecho a la propiedad! Pero, decid, ¿cuál es ese derecho? ¿Es la facultad ilimitada de que, como tal, el propietario pueda disponer a gusto de ella? Entenderla así es admitir la ley del más fuerte, defraudar el objeto declarado de la asociación, devolver a los hombres al ejercicio de los derechos naturales y provocar finalmente la disolución inevitable del cuerpo político
Manifeste des plébeiens
Donde el derecho, bajo la denominación de derecho privado, viene a separarse de la política adquiere relevancia política mayor que la importancia misma de la política, porque se convierte en elemento de la sociedad en cuanto tal
System der erworbenen Rechte
Sólo consideramos esencial y efectivamente derecho el llamado derecho civil o económico. Tras la primacía de dicho derecho, en el derecho constitucional se incluye el ordenamiento del Estado, es decir, el derecho público correspondiente a la economía. Viene a continuación el derecho penal, instrumento auxiliar para la conservación del orden político y social establecido, y las instituciones y las normas que con él están relacionadas
La función revolucionaria del Derecho y el Estado
Cuando, de manera excepcional, se deja ver la conexión interna propia de las formas de existencia sociales y políticas de una época, suele suceder cuando esas formas están ya, parcialmente, como sobreviviéndose a sí mismas mientras caminan hacia su ruina
Anti-Dühring
Entre 1900 y 1914, prácticamente toda la sociedad europea desarrolló fisuras a través de las cuales podía brotar la lava fundida del desafío feminista. A medida que avanzaba el siglo XX, esas fisuras se multiplicarían y expandirían de manera en verdad espectacular, y la lava se convertiría en un río con muchos afluentes. La agitación feminista captaría la atención pública hasta un nivel antes nunca visto; la cuestión femenina había emergido ya como algo central para debatir un amplio espectro de temas políticos y socioeconómicos que iban del matrimonio y la reproducción a la paz y la guerra
Feminism in Russia, 1900-1917
En cuanto los regímenes o los hombres empiezan a leer sus acciones políticas en las sinuosidades del terreno, de lo que se trata realmente ya es de fascismo y de nazismo
�??Les tentatives désespérées de M. Debré�?�
El colonial es un régimen instaurado mediante la violencia. Siempre se ha implantado por la fuerza. Contra la voluntad de algunos pueblos, otros más avanzados en las técnicas de destrucción o más poderosos por su número han logrado imponerse. Un sistema así, establecido mediante la violencia, no puede ya sino ser fiel a sí mismo: su duración en el tiempo está en función del mantenimiento de la violencia. Pero esa violencia nunca es una forma de violencia abstracta, no es solamente una violencia intelectualmente percibida, sino que es también una violencia del comportamiento cotidiano ejercido por el colonizador con respecto al colonizado: apartheid en África del Sur, trabajos forzados en Angola, racismo en Argelia… Desprecio y política del odio, manifestación de una violencia dolorosa y concreta
“Pourquoi nous employons la violence”, discurso de Accra, abril de 1960
El 8 de mayo del 1945, pronto hará quince años, el pueblo argelino desfiló por las principales ciudades de Argelia reclamando la liberación de los presos políticos y la aplicación ejecutiva de los derechos humanos en el territorio nacional. Al llegar la noche, se contaban muertos argelinos
�??Pourquoi nous employons la violence�?�, discurso de Accra, abril de 1960
Es rigurosamente cierto que se efectúa la descolonización, pero es falso creer y pretender que ese proceso es fruto de una dialéctica objetiva. […] La situación en África es producto de la acción revolucionaria, sea ésta política o armada –o de ambas de modo simultáneo–, que hoy impulsan las masas africanas
�??Unité et solidarité effective sont les conditions de la libération africaine�?�
El colonialismo y sus derivados ya no constituyen realmente los enemigos del África actual. En un plazo muy breve el continente estará totalmente liberado. Por mi parte, cuanto más conozco las culturas y círculos políticos más se me va imponiendo la certeza de que el peligro que amenaza a África hoy es la ausencia de ideología. […] Los países que en África actualmente van accediendo a la independencia son en realidad tan inestables como lo son sus nuevas burguesías o sus actuales nuevos príncipes. Tras algunos pasos inseguros en la arena internacional, al no sentir las burguesías nacionales ya actualmente la amenaza de la vieja potencia colonial, desarrollan grandes apetitos. Y, no teniendo aún práctica política, quieren impulsar todo ese ámbito tal como si fuera su negocio. Todo son prebendas y amenazas hasta el despojamiento de la víctima. El problema es aún más de lamentar porque muchos Estados no poseen más recurso que el de suplicar a la vieja metrópoli que se mantenga un poco aún entre ellos. Pero además, en éstos pseudo-Estados de tendencias neoimperialistas, una política militarista exacerbada acarrea la disminución de la inversión de carácter público en países que hoy aún parcialmente tienen una estructura medieval. Los obreros que muestran descontento sufren entonces una represión tan cruel y salvaje como en los períodos coloniales. Partidos de oposición y sindicatos se ven en seguida confinados a una casi-clandestinidad. Y ese pueblo que había dado todo en las horas difíciles de la lucha por la liberación, con las manos y el vientre vacíos, debe interrogarse sobre el grado de realidad de su victoria. […] Los Estados colonizados que han accedido a la independencia por la vía política no parecen tener más preocupación que encontrarse un campo de batalla, con sus heridas y sus destrucciones. […] Las burguesías ahora triunfantes son sin duda las más impetuosas, emprendedoras y anexionistas que actualmente se puedan concebir
�??Cette Afrique à venir�?�, fragmentos de notas de su diario privado durante el verano del 1960, no destinadas a la publicación
A finales del siglo XVI […] sobre todo se trata de fermentos e impulsos revolucionarios que surgen de matrices diferentes, y que ningún programa logra realmente unificar. Aun cuando el bandolerismo pueda conservar en cierta forma la impronta de un origen parcialmente revolucionario, no posee ni puede establecer consolidación ideológica ni salida política concreta. Acarrea la huella de su origen, pero no expresa o desarrolla los fermentos de la rebelión. Al contrario, es señal de su fracaso, pues es la salida negativa del intento real de rebelarse
Ribelli e riformatori dal XVI al XVIII secolo
Uno de los motivos que aparecen con mayor insistencia en los movimientos revolucionarios europeos a lo largo del siglo XVII, aunque sea a través de remitirse a las tradiciones e instituciones del pasado, es la petición de paridad de representantes del pueblo y la nobleza a nivel nacional y ciudadano. Un motivo que tiene como origen un análisis crítico de las jerarquías existentes. Una revisión de las funciones de los estratos sociales y la relación de gobierno y sociedad cuya elaboración conceptual hunde firmemente sus raíces en la revolución dada en la ciencia y el debate teórico-político que acompaña las luchas religiosas a mediados del siglo XVI
Ribelli e riformatori dal XVI al XVIII secolo
En el período que analizamos, las exigencias de cambio normalmente se inscriben en fórmulas de retorno al pasado y de defensa de la tradición. En el lenguaje político del XVII palabras como ‘novedad’ o ‘innovación’ suelen tener significado negativo, y el cambio de estado solamente resulta invocable en tanto que forma de retorno al origen. […] Aun así, no siempre es de excluir que en el marco de la invocación ejercida respecto del pasado no se den contenidos reformistas o innovadores. […] La referencia al pasado, en muchos casos, sea consciente o inconscientemente, cumple al mismo tiempo la función de añadir fuerza y efectividad a lo que, de hecho, son ideas nuevas
Ribelli e riformatori dal XVI al XVIII secolo
Poco importa sin duda si la revolución de un pueblo animoso que hemos visto darse en nuestros días triunfa o fracasa, tal como importa poco si acumula atrocidad y miserias –hasta el punto de que un hombre sensato, que la corregiría en la esperanza de llevarla en la buena dirección, nunca en cambio estaría decidido a intentar la experiencia a dicho precio–; esa revolución, tal como digo, ciertamente encuentra en todo caso en los espíritus de los espectadores (que no hayan entrado en ese juego) una simpatía hacia el intento que casi raya con el entusiasmo, y cuya simple manifestación ya comporta un peligro; dicha simpatía, en consecuencia, no posee otra causa que una disposición moral que es propia del género humano. Causa moral que es […], en primer término, el derecho de un pueblo a no verse impedido por otros poderes a darse una constitución política a su gusto
El conflicto de las facultades
La publicidad de la vida política, con la inmediata y total publicación de las decisiones de la Comuna y sus proclamas hecha casi siempre en forma de affiches, fueron creando una temporalidad ‘espontánea’ gracias a la cual los ciudadanos no estaban ya informados de su historia a partir del hecho, sino que habitaban el momento de su efectiva realización. La reapropiación de la ciudad y sus calles […] implicó a su vez la reinvención de los ritmos urbanos; así, las noches blancas y los ‘días revolucionarios’ eran mucho más que meros días marcados en rojo sobre un calendario: señalaban la introducción de un nuevo movimiento temporal.
The Emergence of Social Space: Rimbaud and the Paris Commune
El significado de la Comuna se evidencia en lo que Marx llamó ‘la auténtica medida socialmente efectiva de su ser’: su desplazamiento de lo político hacia aspectos aparentemente periféricos de la vida cotidiana—la organización del espacio y el tiempo, los cambios en los ritmos de vida y los ambientes sociales. El breve dominio de su propia historia por parte de los insurgentes se percibe, no tanto en el nivel del gobierno político sino en la vida cotidiana: en problemas del mundo del trabajo, del tiempo libre y de la vivienda, de la sexualidad y las relaciones familiares y vecinales.
The Emergence of Social Space: Rimbaud and the Paris Commune
La libertad cívica y política sigue siendo y será, eternamente, sin duda el más sagrado de los bienes, el fin más digno de cualquier esfuerzo y, de toda cultura, ciertamente el centro principal.
carta al duque de Augustenburg, 13 de julio de 1793
La campaña abolicionista supuso para las mujeres un refugio donde podían verse valoradas por trabajos concretos. La intensidad, el apasionamiento y el carácter incondicional de su compromiso en la batalla contra la esclavitud quizá se deban a que experimentaban una alternativa emocionante a sus vidas domésticas, y al oponerse a una opresión que guardaba semejanza con la suya. (…) Al cursar peticiones manifestando su oposición a la esclavitud, las mujeres se vieron conminadas a defender simultáneamente su derecho a implicarse al interior del trabajo político. ¿De qué otro modo podían –privadas como estaban todavía del derecho a votar– convencer al gobierno de que aceptara sus firmas si no era impugnando de modo violento la validez de su exilio de la actividad política?
Cualquiera que intente derrocar unas instituciones opresivas, ya se haya o no comprometido en un acto […] ilegal, se convierte a priori en criminal [...]. El delito de ese prisionero es su audacia política, su obstinada denuncia—hecha en forma legal o extralegal– de los errores sociales que fomenta el Estado.
�??Political Prisoners, Prisons and Black Liberation�?�
Cuando digo utopía pienso en la revolución. La Comuna de París, los primeros años de la Revolución Rusa, eso es la utopía. Ser realista es pedir lo imposible. Baudelaire y Marx tenían los mismos enemigos. ¿O vamos a entender ahora la política como la renovación parcial de las cámaras legislativas o los vaivenes de la interna peronista? En este país hay que hacer la revolución. Sobre esa base se puede empezar a hablar de política. De lo contrario, prefiero conversar sobre la variante de Kaspárov en la formación Schveningen de la defensa siciliana o sobre el empleo del subjuntivo en la prosa de Musil. Me parecen temas mucho más interesantes y provechosos. […] Algunos han perdido las ilusiones, se han vuelto sensatos y conformistas. Corren el riesgo de convertirse en funcionarios del sentido común. Para pensar bien, quiero decir para ser lo contrario de un bien pensante, hay que creer que el mundo se puede cambiar. Hay que estar en un lugar excéntrico, opuesto al orden establecido, fuera de todo. No tengo confianza en nada ni soy un hombre optimista, pero justamente por eso creo que hay que aspirar a la utopía y a la revolución. Un amigo de Brecht solía decir: sólo por amor a los desesperados conservamos todavía la esperanza.
Crítica y ficción