enemigo
¡Tú eres aquel que, en alianza mutua,
unidos por un plan, por ideales,
por idéntico azar y una esperanza,
a la gloriosa empresa te sumaste
junto a mí aquella vez! Ahora nos une
en hado similar el infortunio:
ya ves desde qué altura y en qué sima
tan profunda nos hemos sumergido.
[...]
Pero no ha de importar; pese a los males
que me pueda infligir quien me ha vencido,
yo nunca he de cambiar ni arrepentirme,
[...]
sensible a las ofensas y a la injuria
que a plantar cara a Dios me condujeron,
llevando tras de mí al atroz combate
un batallón de Espíritus enorme
que el reino celestial menospreciaron,
prefiriéndome a él y combatiendo
con adverso poder el poder sumo
en indecisa lid por las llanuras
del Cielo, hasta mover su regio trono.
¿Qué importa fracasar en la batalla?
No todo se perdió si mantenemos
esta sed de venganza y este empuje,
este odio sin fin y esta entereza
que no se ha de rendir ni someterse.
¿Quién puede proclamar que me ha vencido?
[...]
La experiencia adquirida, igual armados,
con mayor precisión y fundamento
podemos combatir, en guerra eterna,
a ese gran enemigo, que ahora triunfa
[...]
como eterno tirano de los Cielos
Paradise Lost, I, vv. 84-124
Y tras alcanzar a su enemigo<br>
lo envolvió, como hace la ola,<br>
[...]<br>
lo derribó, lo lanzó a lo alto,<br>
agitado y disuelto como agua,<br>
[...]<br>
y así lo tenía,<br>
como un resto arrastrado por las olas
Ninurta, el héroe, texto sumerio vv. 286-304
Los mismos que, desde hace cuatro años, conspiran bajo el velo del patriotismo, hoy, que los amenaza la justicia, van repitiendo la frase de Vergniaud: ‘La revolución es como Saturno; devorará a todos sus hijos’. Lo repitió, en su proceso, Hébert, como la recitan y repiten los que tiemblan al ser desenmascarados. La Revolución no devorará a sus hijos, sino tan sólo a sus enemigos, sea cual fuere la máscara bajo la que busquen ocultarse. […] La Revolución devorará hasta el último amigo y partidario de la tiranía. No perecerá patriota alguno. […] Los que nos reprochan por severos, ¿preferirían que fuéramos injustos? […] ¡Odiad a los enemigos de la República y estad en paz con vosotros mismos!
Informe sobre la conjura, 31-3-1794
Nuevos enemigos se alzan
a atar nuestras almas con cadenas de siglos:
ayúdanos a salvar la libre Conciencia de las garras
de esos lobos a sueldo cuyo Evangelio es su vientre
To the Lord General Cromwell, soneto, mayo de 1652
En los espacios de público recreo siempre guardan las puertas los soldados. En los lugares públicos de venta siempre guardan las puertas los soldados. En salas de exposiciones y de muestras siempre guardan las puertas los soldados…. Allí en donde el pueblo se reúne siempre hay soldados para vigilarlo, y si fuera nocturna la reunión de noche seguirá habiendo soldados. […] Los soldados empiezan a reconocer en exclusiva la voz de sus jefes, a fundar sobre ellos la totalidad de su esperanza, […] ya no son los soldados del estado, sólo son los del príncipe. Y después, en seguida, los que están puestos a la cabeza de las tropas han dejado de ser defensores del pueblo, sino sus peores enemigos. De ese modo se viene conformando un partido entregado a quien le guía, siempre en pie contra la nación, que no espera otra cosa que el momento de actuar contra su pueblo
Les Chaînes de l???esclavage
El rey ha de ser juzgado tal como se juzga a un enemigo. Hemos de combatirlo, no juzgarlo
Discursos a la Convención sobre el juicio al rey, 13-11-1792 y 27-12-1793
Oprimió a una nación libre. Abusó de sus leyes. Se declaró como su enemigo. ¿No le pasó revista a las tropas antes del combate? ¿No huyó, en lugar de impedirles tirar? ¿Qué hizo con objeto de evitar el furor criminal de sus soldados? Debe morir para asegurar el reposo del pueblo
Discursos a la Convención sobre el juicio al rey, 13-11-1792 y 27-12-1793
No existían leyes para juzgar a Numa o a Tarquino. Tampoco las había en Inglaterra cuando se juzgó a Carlos I. Pero fueron juzgados aplicando el derecho de gentes. Se rechazó la fuerza, justamente por medio de la fuerza. Se rechazó a un enemigo, un extranjero. Eso legitimó su ejecución
Discursos a la Convención sobre el juicio al rey, 13-11-1792 y 27-12-1793
Luis debe por tanto ser juzgado en tanto enemigo y extranjero. Pero además no es necesario que su condena a muerte cuente con la sanción de todo el pueblo. […] Al no poder el pueblo borrar el crimen de la tiranía, el derecho que al hombre corresponde contra la tiranía es personal. No existe un acto de soberanía que pueda obligar, estrictamente, a perdonarlo a un solo ciudadano
Discursos a la Convención sobre el juicio al rey, 13-11-1792 y 27-12-1793
En cuanto el pueblo manifiesta su libertad cuanto se le oponga queda fuera, cuanto queda fuera es enemigo. [….] Entre el pueblo y sus enemigos nada hay en común sino la espada
Informe sobre la necesidad de declarar el Gobierno Revolucionario hasta la paz, 10-10-1793
La República francesa no recibe a sus enemigos y no les envía más que plomo
En el ejército del Rhin, respuesta al ejército enemigo, 1-11-1793
La piedad por el crimen es un claro signo de traición […]. No poseo indulgencia hacia los enemigos de mi patria; no conozco sino la justicia
Informe sobre los encarcelados, 26-2-1794
El pobre es quien empuja la carreta y defiende la revolución. La opulencia, en cambio, está en las manos de los que pretenden destruirla. […] La mayor parte de nuestros empleos son acaparados por bribones que se enriquecieron justamente con el pretexto de la libertad; son contables que hacen guerra permanente a la justicia […]. La necesidad sujeta al pueblo, a los trabajadores, entre manos de aquellos que son sus enemigos
Informe sobre los encarcelados, 26-2-1794
La revolución ha de hacerse en favor de los que la nutren y sostienen, sobre la ruina de quienes la combaten
Informe en relación con el decreto contra los enemigos de la revolución, 3-3-1794
Remediad a los desgraciados con los bienes de los enemigos e impugnadores de la revolución
Informe en relación con el decreto contra los enemigos de la revolución, 3-3-1794
¡Vengad al pueblo de mil años de crímenes!
Informe en relación con el decreto contra los enemigos de la revolución, 3-3-1794
Informe en relación con el decreto contra los enemigos de la revolución, 3-3-1794
La aristocracia, fiel a sus consignas, ha acusado al gobierno de establecer una dictadura. ¿Desde cuándo nuestros enemigos, partidarios de la tiranía, se interesan por la libertad?
Actuad con la audacia y con el genio propios de la verdad y la justicia. […] Justicia favorable para el pueblo, y terrible con sus enemigos
La práctica de la lucha callejera o guerra urbana tiene ya su técnica, tal como se estudia y se describe, tras la toma de Múnich por las armas, en una obra curiosa y de reducidas dimensiones muy secretamente elaborada a instancias del gobierno berlinés. Ahora no se avanza por las calles, se las deja vacías; y se avanza por dentro de las casas, atravesando muros y paredes. Tras ocupar una nueva calle se procede a reorganizarla; se despliega el teléfono, perforando murallas y tabiques, mientras, para evitar un nuevo avance de los enemigos, de inmediato se mina el territorio conquistado [...]. Unos de los progresos más notables es que ya no se evitan daños en las casas y en las vidas. Junto a las guerras civiles del futuro, esto quizá ha de ser un episodio [...] realmente arcaico e inocente
Histoire de Paris
Para la autoridad, el miedo al pueblo es la más terrible enfermedad; para el poder, el pueblo es, directamente, el enemigo
Confessions d???un révolutionnaire
Sostenemos sin duda que las armas no pueden ser meras mercancías; han de ser entregadas –en las cantidades necesarias– gratuitamente a aquellos pueblos que las piden para utilizarlas contra el enemigo, que es común
�??Discurso de Argel�?�, febrero de 1965
El colonialismo y sus derivados ya no constituyen realmente los enemigos del África actual. En un plazo muy breve el continente estará totalmente liberado. Por mi parte, cuanto más conozco las culturas y círculos políticos más se me va imponiendo la certeza de que el peligro que amenaza a África hoy es la ausencia de ideología. […] Los países que en África actualmente van accediendo a la independencia son en realidad tan inestables como lo son sus nuevas burguesías o sus actuales nuevos príncipes. Tras algunos pasos inseguros en la arena internacional, al no sentir las burguesías nacionales ya actualmente la amenaza de la vieja potencia colonial, desarrollan grandes apetitos. Y, no teniendo aún práctica política, quieren impulsar todo ese ámbito tal como si fuera su negocio. Todo son prebendas y amenazas hasta el despojamiento de la víctima. El problema es aún más de lamentar porque muchos Estados no poseen más recurso que el de suplicar a la vieja metrópoli que se mantenga un poco aún entre ellos. Pero además, en éstos pseudo-Estados de tendencias neoimperialistas, una política militarista exacerbada acarrea la disminución de la inversión de carácter público en países que hoy aún parcialmente tienen una estructura medieval. Los obreros que muestran descontento sufren entonces una represión tan cruel y salvaje como en los períodos coloniales. Partidos de oposición y sindicatos se ven en seguida confinados a una casi-clandestinidad. Y ese pueblo que había dado todo en las horas difíciles de la lucha por la liberación, con las manos y el vientre vacíos, debe interrogarse sobre el grado de realidad de su victoria. […] Los Estados colonizados que han accedido a la independencia por la vía política no parecen tener más preocupación que encontrarse un campo de batalla, con sus heridas y sus destrucciones. […] Las burguesías ahora triunfantes son sin duda las más impetuosas, emprendedoras y anexionistas que actualmente se puedan concebir
�??Cette Afrique à venir�?�, fragmentos de notas de su diario privado durante el verano del 1960, no destinadas a la publicación
Cuando triunfa la revolución puede ahorcarse a sus enemigos, pero no se debe pronunciar contra ellos sentencia judicial. En efecto, se puede destruir a los enemigos vencidos, pero no es necesario condenarlos como criminales. Tras una revolución, o tras una contrarrevolución, no hay que aplicar las leyes destruidas contra los defensores de esas leyes. Eso es la vil hipocresía de lo que llaman la legalidad
El capital
El revolucionario es enemigo irreconciliable de toda mentira. […] Dice la verdad para que instruya, no para que ofenda ni que ultraje. […] El revolucionario es inflexible
Comisionado de la Guardia Nacional.- “Vea que la sala es muy pequeña y que el enemigo nos espía.” El anciano.- “Que nos espíe el pueblo es lo importante. Dejen la puerta abierta.” Langevin.-“Publiquemos todos los discursos, comuniquemos nuestra insuficiencia, demos publicidad a cuanto hagamos, porque nada tenemos que temer si no es a nosotros mismos.” Langevin.- “¿También se garantiza la libertad de mentir?”
Los días de la Comuna
¡A las armas! ¡La patria está en peligro! […] Ciudadanas de París, descendientes de las mujeres de la gran Revolución que, en nombre del pueblo y la justicia, marcharon sobre Versalles y trajeron cautivo a Luis XVI, nosotras, madres, mujeres y hermanas del pueblo francés, ¿continuaremos soportando que la ignorancia y la miseria hagan a nuestros hijos enemigos? ¿Que se mate el padre contra el hijo y los hermanos se maten entre sí por capricho de nuestros opresores que buscan la destrucción de la ciudad tras haberla entregado al extranjero? ¡Ciudadanas, llegó la hora decisiva! ¡Queremos ser libres! ¡Hay que acabar con el viejo mundo!
Appel aux citoyennes de Paris firmado por �??Un grupo de ciudadanas�??, en el Diario Oficial de la República Francesa bajo la Comuna, 11 de abril de 1871
Cuando digo utopía pienso en la revolución. La Comuna de París, los primeros años de la Revolución Rusa, eso es la utopía. Ser realista es pedir lo imposible. Baudelaire y Marx tenían los mismos enemigos. ¿O vamos a entender ahora la política como la renovación parcial de las cámaras legislativas o los vaivenes de la interna peronista? En este país hay que hacer la revolución. Sobre esa base se puede empezar a hablar de política. De lo contrario, prefiero conversar sobre la variante de Kaspárov en la formación Schveningen de la defensa siciliana o sobre el empleo del subjuntivo en la prosa de Musil. Me parecen temas mucho más interesantes y provechosos. […] Algunos han perdido las ilusiones, se han vuelto sensatos y conformistas. Corren el riesgo de convertirse en funcionarios del sentido común. Para pensar bien, quiero decir para ser lo contrario de un bien pensante, hay que creer que el mundo se puede cambiar. Hay que estar en un lugar excéntrico, opuesto al orden establecido, fuera de todo. No tengo confianza en nada ni soy un hombre optimista, pero justamente por eso creo que hay que aspirar a la utopía y a la revolución. Un amigo de Brecht solía decir: sólo por amor a los desesperados conservamos todavía la esperanza.
Crítica y ficción