libertad
Y haréis santo un año con el año cincuenta,
clamaréis, para todos, en la tierra, iòvel,
clamaréis en la tierra
libertad.
Levítico, 25, 10
Arriba y abajo, dentro y fuera, gira en círculo sin paz y sin descanso, ya en libertad o prisionera de la fuerza de aquello que la mueve
El libro del agua
Y, ¿qué es un rebelde?
Uno que dice no, pero aunque rehúsa no renuncia.
Es también el que dice sí desde el primero de sus movimientos.
La rebeldía fractura al ser y lo ayuda a desbordarse.
Libera chorros que, estancados, se vuelven furiosos.
Con la revuelta surge la conciencia.
Me rebelo, luego somos.
La historia del hombre es suma de sus rebeliones sucesivas
L???Homme révolté
La libertad es de los más preciosos dones que a los hombres les dieron los cielos […]. Por la libertad, como por la honra, se puede y debe aventurar la vida
Para nosotros […], que estamos de paso, invencibles no son los que suben a ocupar lo más alto del podio, […] sino los que abatidos, derrotados, sin embargo no cejan en su empeño de volver de nuevo a levantarse y batirse de nuevo, una vez más. Quijote, que se alza tras los golpes para continuar con su combate –para ayudar a los necesitados y liberar a los oprimidos– no podría nunca ser vencido; no, literalmente es invencible
Quijote y los invencibles
“Ya que, según parece, el corazón que late por la libertad no tiene derecho sino a algo de plomo, ¡exijo mi parte!”
Alegato ante el tribunal, París, 16 de diciembre de 1871
Un gran escarabajo pelotero yacía puesto de espaldas sobre el suelo y buscaba, impotente, intentar defenderse con las patas mientras un gran montón de agresivas, minúsculas, hormigas lo acosaban feroces, devorando en vida su cuerpo. Me estremecí, saqué el pañuelo y empecé a dispersar a aquellas bestias […]. Tras pelear un buen rato en liberar a aquella pobre víctima y dejarla derecha entre la hierba, vi que le habían comido ya dos patas… Y me acongojaba el sentimiento de si mi intento de ayuda, para él, finalmente no era algo peor
Prisión de Wronke, 2-5-17
En el patio donde hago mis paseos entran a veces carros del ejército bien cargados de sacos o de viejas ropas militares –muchas veces aún ensangrentadas–, para ser descargados dentro de él […]. Hace poco llegó uno de esos carros que arrastraba no un tiro de caballos, sino un par de búfalos […] rumanos, capturados allí como botín […]. Acostumbrados a la libertad, dicen que es muy difícil capturarlos y después someterlos al trabajo. Así que los azotan cruelmente. Ya se sabe, ¡ay de los vencidos! Debe haber en Breslau un centenar robados a sus fértiles praderas y ahora obligados a comer sólo un pienso pesado y miserable, mientras se les somete sin piedad a un desmedido esfuerzo. Suelen venirse abajo a toda prisa… Hace unos días llegó uno de esos carros tan repleto de sacos que la carga subía hasta lo alto, y los animales no lograban rebasar el portón. El soldado que los dirigía, que era un tipo brutal, comenzó entonces a darles con las puntas de su látigo, tanto que, indignado, el vigilante le llegó a preguntar si no sentía compasión por aquellas pobres bestias. “¡Tampoco la sentimos por los hombres!”, le contestó riendo el carretero, y comenzó a arrearles aún más fuerte… Al tirar los búfalos entonces consiguieron pasar por el umbral, que es muy empinado, pero ¡cómo sangraba uno de ellos! Sonia, la piel de búfalo es famosa por su espesor y delicadeza, pero el bruto lo había desollado. Los animales estaban agotados; mientras que los hombres descargaban, el herido miraba fijamente y la expresión de su negro rostro y los ojos dulcísimos y negros eran como los de un niño que llora. Exactamente la expresión de un niño que ha sido castigado duramente y no sabe porqué ni para qué le aplican esa bárbara violencia […]. Y yo estaba ante él, y me miraba […]. ¡Pobre búfalo, pobre, amado hermano! Aquí estamos los dos, tan impotentes, unidos en el dolor y la nostalgia. Continuaron los presos descargando […] y el soldado se puso a pasear, tranquilo, con la mano en el bolsillo. Y la guerra, entera y verdadera, iba pasando, altiva, frente a mí
Prisión de Wronke, mediados de diciembre de 1917
“No podemos hacernos ilusiones, […] no habrá libertad sin combatir”. “Pongamos al servicio de la lucha eso poco que podemos dar, nuestro sacrificio, nuestras vidas. Entregar uno de estos días el que será nuestro último suspiro, no importa en qué tierra, pues ya es nuestra, regada como está por nuestra sangre. […] ¡Qué importa dónde la muerte nos encuentre! Bienvenida sea si lo que era nuestro grito de guerra ha sido oído, si otra mano se tiende a seguir empuñando nuestras armas y otros hombres se alzan para entonar aún el canto fúnebre, entre el temblor de la ametralladora y nuevos gritos de guerra y de victoria”.
�??Crear dos, tres�?� muchos Vietnams�?�, mayo de 1967
Siento de nuevo bajo los talones las costillas de mi Rocinante. Tomo escudo y camino una vez más. […] Creo en la lucha armada como única solución para los pueblos que combaten para liberarse, y he de mantenerme coherente con mis convicciones y creencias. Muchos me tratarán de aventurero, tal como efectivamente soy; cierto que de un tipo diferente: de los que se la juegan y se arriesgan por defender la verdad en la que creen. […] Y, de vez en cuando, recordad a este pequeño condottiero siglo XX. […] Vuestro hijo pródigo, Ernesto.
Carta a sus padres, sin fecha
Lo que es obra de unas fuerzas ciegas no posee en sí una autoridad ante la cual la libertad deba inclinarse, sino que todo debe someterse a la superior finalidad que la razón indaga y determina. Así nace y así se justifica el intento de un pueblo que, alcanzando a ser mayor de edad, se ha decidido a transformar en Estado moral lo que era Estado de naturaleza
Cartas sobre la educación estética del hombre
El mal está en la cosa y el remedio es violento. Hay que dar con el hacha en la raíz. Hacer que el pueblo conozca sus derechos, comprometerlo así a reivindicarlos. Hay que ponerle las armas en la mano, proceder a apresar, en todo el reino, a los tiranuelos que lo oprimen, derribar el monstruoso edificio de nuestro gobierno y fundar uno nuevo sobre una base equitativa […]. Los que creen que el resto del género humano está hecho para servir su bienestar no aprobarán ese remedio, pero a ellos no hay que consultarlos: se trata de liberar a todo un pueblo de la injusticia de sus opresores
Les Aventures du Comte Potowsky
Es una constante observación que en todos los países y naciones los degenerados y viciosos, las mujeres que ‘viven del comercio’, los criados, los pillos, los truhanes, los arbitristas y los jugadores y los espías y los ganapanes siguen siempre el bando de los príncipes, pues de la corte esperan su fortuna, de los dilapidadores de lo público, concusionarios y disipadores, siempre bien dispuestos a formar en el pelotón del despotismo. […] De ese modo, esa vida licenciosa que el pueblo denomina ‘libertad’ es una de las fuentes principales de su lamentable servidumbre
Les Chaînes de l???esclavage
Y se cargan de hierros con objeto de encadenar a otros con ellos […]. Hasta los de más baja condición, no se esfuerzan nunca en liberarse sino en imponernos su dominio
Les Chaînes de l???esclavage
Por atentar contra la libertad, ciertas veces el príncipe esperará el momento de una crisis que él mismo ha venido preparando: así, bajo pretexto de proveer a la salud del Estado, propone soluciones desastrosas que encubre con el velo de la necesidad, la urgencia de las circunstancias y lo desdichado de los tiempos, mientras presume, en cambio, de la pureza de sus intenciones, habla del bien general y público y finge obrar con paternal cuidado. Cuando se rechazan sus propuestas dice sorprendido: “¿Oh!, ¿no queréis? ¿pensáis que saldréis solos del abismo?”. Nadie posee fuerzas suficientes como para hacerle resistencia y se dejan forzar por más que saben que, bajo sus bellas perspectivas, tales propuestas llevan, escondidas, hasta las intenciones más siniestras. Luego, cuando la trampa se descubre ya no hay lugar para evitarla
Les Chaînes de l???esclavage
Por mantener al pueblo sometido el gobierno le extirpa, juntamente con la libertad, todo lo mejor de sus derechos, y le obliga a que pague por sí mismo las manos que lo apresan y encadenan
Les Chaînes de l???esclavage
En materia política, nunca se llama a las cosas por su nombre. […] A lo que es fidelidad a las leyes, los príncipes lo llaman rebelión; revuelta a la resistencia a la opresión; discurso sedicioso a la reclamación de los derechos del hombre; facción al cuerpo de ciudadanos reunidos para defender sus derechos, y a la oposición a la tiranía la llaman crimen de lesa majestad, mientras que llaman cargas del estado a las dilapidaciones de la corte, contribuciones públicas a lo que no son sino exacciones, guerra de conquista al bandidaje realizado por medio del ejército, arte de negociar a la perfidia, las hipocresías y traiciones, golpe de estado a los asesinatos, oficiales del rey a sus satélites, observadores a sus confidentes, su cuerpo de delatores y de espías, medidas de seguridad a los abusos y actuaciones inquisitoriales, súbditos fieles a los partidarios y secuaces que tiene el despotismo, y castigo de los sediciosos a la cruel y bárbara masacre de los que luchan por la libertad
Les Chaînes de l???esclavage
¡Cuántas veces con el objetivo de asegurar su libertad ponen los pueblos en manos del príncipe el poder violento de oprimirlos!
Les Chaînes de l???esclavage
Las fiestas de la libertad han de ser fiestas libres, como ella
Deliberaciones del Cuerpo Municipal, París, 11 de abril de 1792
El juramento de la fiesta revolucionaria es el teatro sagrado del contrato social. […] La Libertad, la Victoria, la Razón, la República: tales son las figuras tutelares
La Fête révolutionnaire
No se cambia la naturaleza de las fiestas sin cambiar la estructura de la sociedad
La invención de la libertad
Libertad compartida, sentirse cada uno igual del otro, reciprocidad de las conciencias: es la sustancia misma de la fiesta [...]. Presencia colectiva, acontecimiento global [...]. Despertar de un sujeto colectivo [...]. Culto de la presencia pura [...]. Advenimiento de una transparencia [...]. Imagen en sí misma indivisible de un encuentro humano multiplicado de forma indefinida [...]. Un pensar en común
La invención de la libertad
Decapitando al rey, la guillotina destruye, espectacularmente, una gran imagen. Las ceremonias nacionales a cielo abierto intentarán desplegar los movimientos de masas en que el pueblo pueda hallarse a sí mismo y percibirse
La invención de la libertad
No monumentos. […] Mazmorras. Un interior de piedra que carece de afuera. Muros impenetrables, mas ni rejas ni fosos. Y el mundo, una jaula, una Bastilla. Y aunque hay luz en esos calabozos –y es difícil decir de dónde viene–, parece que surgiera de la tierra, quizá de unas almenas muy lejanas. Hay guardianes, pequeños como insectos, para vigilar a los cautivos. […] Pero quiénes son éstos y por qué los han encarcelado, eso no lo sabemos […]. El siglo piensa la liberación mientras fantasea las prisiones
�??Gian Battista Piranesi�?�, en Mausoleum
Este siglo, en que se va a exaltar la idea de la libertad, debía comenzar por tomar conciencia del horror de los calabozos de una forma que raya en la obsesión; ya se trate de los torreones del marqués de Sade –donde impera el capricho sanguinario de una secta secreta–, de relatos auténticos o ficticios o de las propias obras de teatro en que se denuncia lo arbitrario de la inquisición y el absolutismo, el tema carcelario reaparece como escenografía o desgracia vivida. Si el primer acto de la Revolución francesa –la toma de la Bastilla– es la destrucción de una prisión, el hecho corresponde claramente a una imagen grabada como a fuego sobre la conciencia colectiva
La invención de la libertad
A finales del siglo XVIII, las afirmaciones de una voluntad innovadora se disimulan bajo las apariencias del antiguo orden [...]; es el momento en que la ideología revolucionaria aún recurre a las formas anticuadas de la tragedia clásica, y en que la retórica de los jacobinos se envuelve con las fórmulas de Plutarco y de Tácito [...]. En vez de producir una realidad enteramente nueva, se tomó por modelo un teatro de sombras
La invención de la libertad
Algunos audaces no vacilan en afirmar que el hombre es autor de su historia, y acaso creador de sus valores, de manera que cuanto le rodea puede cambiar por un acto decidido por él. Ya este descubrimiento, por sí mismo, hace que cambie todo
La invención de la libertad
La gran Revolución francesa comenzó con la triunfal proclamación de la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano; pero ese derecho, –proclamado para toda la humanidad– no era realmente sino sólo un derecho de clase para aquello que era el ciudadano como código de la burguesía (a saber, el Código Civil). Ese Código de Napoleón, formulación en abreviatura de la naturaleza, real e histórica, de la gran Revolución francesa, revolución burguesa como tal. Proclamado derecho natural como el del ciudadano –el propietario–, como derecho innato estrictamente”. “La burguesía se representa la revolución burguesa, más o menos, como ‘un señor de traje oscuro’ que, bajo el nombre de ‘revolución’, realiza un ‘milagro’ al poner en práctica los principios del derecho natural y al derribar, al mismo tiempo, a los odiados señores feudales, instaurando así la libertad y la garantía de la libertad de la propiedad privada. Si además se producen algunas tensiones, es decir, los calificados como “males de la revolución”, “el terror” y las ejecuciones –unas que ni siquiera se detienen ante la sagrada persona del rey–, constituyen casos desgraciados que habrá que olvidar a toda prisa o, incluso, negarlos, borrarlos del todo de los libros de historia–
La función revolucionaria del Derecho y el Estado
En su lucha con los teatros populares, la Comédie Française obtuvo del gobierno que se impusiera en los restantes escenarios la absurda obligación de separar con un velo de tul a los actores de los espectadores. El 14 de julio de 1789, la noticia de la toma de la Bastilla le llegó a Plancher-Valcour, director de un teatrito parisino, en plena función, quien, en un patético arrebato, desgarrando el velo con sus manos, gritó: “¡Viva la libertad!” El 13 de enero de 1791 el gobierno revolucionario decretó la libertad de los teatros
La Comédie Italienne en France et le Théâtre de la Foire et du Boulevard, 1570-1791, París, 1902
La violencia no es fruto de la libertad de pensamiento, sino que es la directa consecuencia de la larga esclavitud espiritual que la ha precedido
Zurückforderung der Denkfreiheit
La anarquía es la última esperanza de un pueblo oprimido; éste tiene derecho a preferirla antes que aceptar la esclavitud; antes se cansa de amos que de libertad, ¡estad seguros!
Discurso a la Convención, contra la protección militar de la Asamblea, 22-10-1792
¡Buscamos la libertad y nos volvemos esclavos unos de otros! ¡Buscamos la naturaleza y vivimos armados!
Discursos a la Convención sobre el juicio al rey, 13-11-1792 y 27-12-1793
Esa humanidad de la que os hablan no es más que crueldad hacia el pueblo. El perdón que intentan sugeriros es la muerte de la libertad
Discursos a la Convención sobre el juicio al rey, 13-11-1792 y 27-12-1793
Comparad el ejemplo que debéis a la tierra, el impulso que debéis a la libertad, la justicia que debéis al pueblo con la piedad criminal que ahora reclama el que nunca la tuvo. Decid a Europa: sirve tú a tus reyes contra nosotros, que somos rebeldes. Pronunciad la verdad, sí, sed sinceros
Discursos a la Convención sobre el juicio al rey, 13-11-1792 y 27-12-1793
Solamente ligados a los principios de la libertad, ¿por qué descuidamos el gobierno?
Discurso a la Convención sobre el abastecimiento, 29-11-1792
Las revoluciones verdaderas no se hacen a medias. Ya que parecéis predestinados a hacer cambiar de rostro los gobiernos de Europa, no descanséis hasta que sea libre. Su libertad es garante de la vuestra
Discurso a la Convención sobre el ejército, 12-2-1793
Los que hoy hacen la guerra para destruir la libertad, ¿no creen feroz nuestro valor al haber destruido su reinado?
Discurso a la Convención sobre el proyecto constitucional, 24-4-1793
Las piedras para alzar el edificio de la libertad ya están talladas. Podéis construir con ellas, por igual, el espacio de un templo o de una tumba
Discurso a la Convención sobre el proyecto constitucional, 24-4-1793
El pueblo francés es el amigo de todos los pueblos, […] y a todos los hombres dará asilo. […] Los extranjeros, como sus costumbres, han de ser igualmente respetados. […] La República protege a quienes hayan sido desterrados de su patria por la causa […] de la libertad […] La República francesa en ningún caso procederá a tomar las armas para sojuzgar a ningún pueblo con el objetivo de oprimirlo. No se firmará ningún tratado cuyo objeto no sea la paz y felicidad de las naciones
Proyecto para la Constitución
El pueblo francés alza su voto por la total libertad del mundo
Proyecto para la Constitución
¡Haga el destino que hayamos visto las últimas tempestades de la libertad! […] Ya es hora de que el pueblo espere días felices y que la libertad sea algo más que el furor de un partido
Discurso sobre los girondinos detenidos, 8-7-1793
En cuanto el pueblo manifiesta su libertad cuanto se le oponga queda fuera, cuanto queda fuera es enemigo. [….] Entre el pueblo y sus enemigos nada hay en común sino la espada
Informe sobre la necesidad de declarar el Gobierno Revolucionario hasta la paz, 10-10-1793
El pan que dan los ricos es amargo; compromete nuestra libertad. El pan pertenece al pueblo por derecho en un Estado reglamentado con prudencia
Informe sobre la necesidad de declarar el Gobierno Revolucionario hasta la paz, 10-10-1793
También la libertad tiene su infancia
Informe sobre la necesidad de declarar el Gobierno Revolucionario hasta la paz, 10-10-1793
La idea de libertad de cada uno, según su interés particular, viene a causar la esclavitud de todos
Informe sobre los encarcelados, 26-2-1794
Las revoluciones marchan siempre desde el crimen hacia la virtud, de la debilidad hacia la audacia. […] Quien hace a medias la revolución no hace más que cavar su propia tumba […]. ¡Sólo con la espada se podrá crear por fin la libertad del pueblo! […] ¡Que la nación se levante en armas! […] ¡Atreveos! Toda la política de la que brota la revolución vive al interior de esa palabra
Informe sobre los encarcelados, 26-2-1794
El pobre es quien empuja la carreta y defiende la revolución. La opulencia, en cambio, está en las manos de los que pretenden destruirla. […] La mayor parte de nuestros empleos son acaparados por bribones que se enriquecieron justamente con el pretexto de la libertad; son contables que hacen guerra permanente a la justicia […]. La necesidad sujeta al pueblo, a los trabajadores, entre manos de aquellos que son sus enemigos
Informe sobre los encarcelados, 26-2-1794
No traicionaremos nunca al pueblo […], vuestra causa es común, y sin él no es posible ser felices. No podríais jamás sobrevivir a la pérdida de la libertad. Vosotros y la causa popular habéis de tener el mismo carro triunfal o la misma tumba
Informe sobre las facciones en el extranjero, 13-3-1794
Las facciones eran necesarias para aislar el despotismo y debilitar la tiranía. Hoy, por el contrario, son un crimen al debilitar la libertad y reducir el poder del pueblo. Su soberanía necesita que el pueblo esté unido; se opone por tanto, a las facciones. Toda facción es, en consecuencia, un atentado a la soberanía
Informe sobre las facciones en el extranjero, 13-3-1794
La aristocracia, fiel a sus consignas, ha acusado al gobierno de establecer una dictadura. ¿Desde cuándo nuestros enemigos, partidarios de la tiranía, se interesan por la libertad?
La libertad nació entre tempestades. Ha surgido del caos, como el mundo. Llorando, como el hombre cuando nace. […] Combatimos la espada con la espada y fundamos así la libertad
Todo cuanto no sea amor al pueblo y a la libertad tendrá mi odio
Discurso para la defensa de Robespierre, 27-7-1794
Las instituciones son la garantía del gobierno de un pueblo libre […], asientan el reino de la justicia […], son garantía de la libertad
Fragmentos póstumos
En la nueva era no ha de haber arquitectos […] privados. La arquitectura gozará de una valoración demasiado alta como para abandonarla al despotismo de lo individual y al terror de la propiedad privada. Fuera de la nueva soberanía investida en la arquitectura la libertad de lo individual crecerá como parte del follaje de un árbol de muchas ramas
Cartas de la Gläserne Kette, febrero de 1920
El 18 de marzo quizá debimos golpear mejor. La cuestión fue: elecciones o marchar sobre Versalles. La respuesta debió ser: ambas cosas. […] No esperen más de la Comuna que lo que esperen de sí mismos. Publiquemos todos los discursos, comuniquemos nuestra insuficiencia, demos publicidad a cuanto hagamos, porque nada tenemos que temer si no es a nosotros ; La liberación de la Comuna de París es la de todas las de la República. […] La república de la gran revolución del 92 era un soldado, pero la república de la Comuna ha de ser un trabajador; “El Estado es el pueblo que se rige a sí mismo”. “La estatura de un pueblo corresponde a la del último de sus ciudadanos”. “Considerando que la meta de la vida reside en el completo desarrollo de nuestro ser físico, espiritual y moral, la propiedad no ha de ser sino el derecho a que cada uno participe, en la medida de su colaboración, en el producto común y colectivo del trabajo de todos. En talleres y fábricas, se organizará el trabajo colectivo”. [Estos últimos textos de Beslay, entrecomillados, corresponden a su proclama de apertura de la sesión inaugural de la Comuna, el 29 de marzo de 1871]
Los días de la Comuna
En la onda negra y mansa de dormidas estrellas
flota la blanca Ofelia cual si fuera un gran lirio,
flota muy lentamente envuelta en largos velos…
Se oyen trompas de caza en los bosques lejanos.
Hace más de mil años ya que la triste Ofelia
surca, blanco fantasma, el largo y negro río,
y su dulce locura su romanza murmura
a la brisa nocturna hace más de mil años.
Besa el viento sus senos y en corola despliega
su gran velo que acunan suavemente las aguas;
temblorosos, los sauces lloran sobre sus hombros,
y acarician los juncos su amplia frente que sueña.
[…]
¡Libertad, amor, cielo! ¡Pobre loca, qué ensueño!
Dentro de él te fundías como al fuego la nieve.
En tus grandes visiones se cegó tu palabra
y el terrible infinito apagó tu ojo azul
�??Ophélia�?�, 15 de mayo de 1870
El negro, históricamente, hundido en la inesencialidad de la servidumbre, ha sido liberado por el amo. Él no ha sostenido una lucha por la libertad. […] El negro ignora el precio de la libertad, porque él realmente no ha luchado por ella. Cierto que también, de cuando en cuando, pelea por la Libertad y la Justicia, pero siempre se trata de libertad y justicia blancas, es decir, de valores que han sido secretados por los amos
Peau noire, masques blancs
Las revoluciones no se exportan, estamos firmemente convencidos. Nacen en el seno de los pueblos. Son engendradas por la explotación que los gobiernos ejercen sobre el pueblo. Sólo entonces se puede dar apoyo a un movimiento de liberación
�??Discurso en las Naciones Unidas�?�, diciembre de 1964
Soy cubano y también argentino […], tan patriota de América Latina, no importa de cuál de sus países, como lo pueda ser el más patriota. Cuando llegue el momento, estoy dispuesto a dar mi vida por la liberación de un país de América Latina, sin pedir nada a nadie ni explotar a ninguno, y sin exigir nada de nada
???Discurso en las Naciones Unidas???, diciembre de 1964
Cada pueblo que logra liberarse es etapa ganada en la batalla por la liberación de otro pueblo
�??Crear dos, tres�?� muchos Vietnams�?�, mayo de 1967
El 8 de mayo del 1945, pronto hará quince años, el pueblo argelino desfiló por las principales ciudades de Argelia reclamando la liberación de los presos políticos y la aplicación ejecutiva de los derechos humanos en el territorio nacional. Al llegar la noche, se contaban muertos argelinos
�??Pourquoi nous employons la violence�?�, discurso de Accra, abril de 1960
Ese al que siempre se le dijo que no entendía sino el lenguaje de la fuerza ha decidido expresarse por la fuerza. En realidad, y desde el principio, el colono le había señalado el camino que iba a ser el suyo si es que quería liberarse. El argumento del colonizado es el que siempre le marcó el colono y, en un irónico giro de las cosas, el colonizado ahora afirma que el colonialista no comprende ninguna otra cosa que la fuerza. El régimen colonial no extrae sino de la fuerza su legitimidad, cosa que no ha buscado ocultar nunca
Les Damnés de la terre
Hay que combatir no solamente por la libertad de nuestro pueblo. Ya, mientras que dura ese combate, hay que lograr que el pueblo reaprenda –y primero hacer que uno a su vez reaprenda por sí mismo– eso que es la dimensión del hombre. Remontar los caminos de la historia, de la historia del hombre que fue condenado por los hombres, para provocar, hacer posible, el encuentro de nuestro propio pueblo con todos los demás hombres del mundo
Les Damnés de la terre
La liberación del individuo no sigue por sí misma a la liberación nacional. En efecto, una auténtica liberación nacional no existe sino en la medida de que el propio individuo haya iniciado su liberación irreversible. No es posible tomar distancias respecto al colonialismo sin tomarlas al tiempo respecto a la idea que el colonizado se hace de sí mismo a través del filtro de la propia cultura colonialista
�??Décolonisation et indépendance�?�
Los hombres dejen de tener razón. Las mujeres, de ser silenciosas […]. La libertad del pueblo argelino se identifica con la liberación de la mujer, con su entrada en la historia
L???An V de la révolution algeriénne
En los países coloniales, se decía, entre el pueblo colonizado y la clase obrera del concreto país colonialista se da una efectiva comunidad de intereses. La historia de las guerras de liberación declaradas por los pueblos colonizados es la historia de la no-verificación de esa tesis
�??Les intellectuels et les démocrates français devant la révolution algérienne�?�
El proceso de liberación del hombre […] engloba y concierne al conjunto de la humanidad. […] En el curso de las guerras de liberación nacional que en los últimos veinte años se han venido librando y sucediendo, no ha sido raro constatar un cierto matiz de hostilidad, e incluso de odio, del obrero del país colonialista con respecto al colonizado. Pues sucede, en efecto, que el retroceso del imperialismo y la reconversión de las estructuras subdesarrolladas específicas del Estado colonial de manera inmediata se acompañan de las distintas crisis económicas que los obreros de los países colonialistas siempre son los primeros en sentir. Los capitalistas ‘metropolitanos’ se dejan entonces arrancar ventajas sociales y algún aumento de salarios para contentar a sus obreros en la exacta medida en que el Estado colonialista les permite saquear y explotar los territorios ocupados. En el momento crítico en el que los pueblos colonizados finalmente se lanzan a la lucha y exigen su plena independencia comienza un período difícil en el curso del cual, paradójicamente, el interés real de los obreros y campesinos ‘metropolitanos’ parece hallarse en oposición al de los pueblos que están colonizados. Los problemas y daños que produce esa ‘inesperada’ alienación deben ser conocidos y enérgicamente combatidos
�??La guerre d�??Algérie et la libération des hommes�?�
La independencia de los países coloniales plantea al mundo un problema capital: la liberación nacional de los países colonizados desvela y hace más insoportable su estado real. La confrontación fundamental, que parecía ser estrictamente colonialismo / anticolonialismo, o capitalismo y socialismo, pierde ahora toda su importancia. El problema que hoy cierra el horizonte es la redistribución de la riqueza. La humanidad, so pena de hundimiento, ha de responder a esta cuestión
Les Damnés de la terre
El colonialismo y sus derivados ya no constituyen realmente los enemigos del África actual. En un plazo muy breve el continente estará totalmente liberado. Por mi parte, cuanto más conozco las culturas y círculos políticos más se me va imponiendo la certeza de que el peligro que amenaza a África hoy es la ausencia de ideología. […] Los países que en África actualmente van accediendo a la independencia son en realidad tan inestables como lo son sus nuevas burguesías o sus actuales nuevos príncipes. Tras algunos pasos inseguros en la arena internacional, al no sentir las burguesías nacionales ya actualmente la amenaza de la vieja potencia colonial, desarrollan grandes apetitos. Y, no teniendo aún práctica política, quieren impulsar todo ese ámbito tal como si fuera su negocio. Todo son prebendas y amenazas hasta el despojamiento de la víctima. El problema es aún más de lamentar porque muchos Estados no poseen más recurso que el de suplicar a la vieja metrópoli que se mantenga un poco aún entre ellos. Pero además, en éstos pseudo-Estados de tendencias neoimperialistas, una política militarista exacerbada acarrea la disminución de la inversión de carácter público en países que hoy aún parcialmente tienen una estructura medieval. Los obreros que muestran descontento sufren entonces una represión tan cruel y salvaje como en los períodos coloniales. Partidos de oposición y sindicatos se ven en seguida confinados a una casi-clandestinidad. Y ese pueblo que había dado todo en las horas difíciles de la lucha por la liberación, con las manos y el vientre vacíos, debe interrogarse sobre el grado de realidad de su victoria. […] Los Estados colonizados que han accedido a la independencia por la vía política no parecen tener más preocupación que encontrarse un campo de batalla, con sus heridas y sus destrucciones. […] Las burguesías ahora triunfantes son sin duda las más impetuosas, emprendedoras y anexionistas que actualmente se puedan concebir
�??Cette Afrique à venir�?�, fragmentos de notas de su diario privado durante el verano del 1960, no destinadas a la publicación
La masa penetrada de inteligencia puede revolucionarse por sí misma […] desplegando su espontaneidad, analizando […] su origen y destino. […] La revolución a iniciativa de las masas la crea la concertación de ciudadanos, la experiencia de los trabajadores, el progreso impulsado por las Luces, revolución por la libertad
Confessions d???un révolutionnaire
Mayo 68 fue una fiesta. Sin conjura o proyecto, como en un encuentro afortunado, no se trataba sólo de tomar el poder para después reemplazarlo por otro […], sino dejar que se manifestara, sin ningún interés utilitario, una posibilidad de estar reunidos en la fraternidad de cada uno compartiendo la libertad de palabra
«Mayo del 68»
No es posible madurar para la libertad si uno no está ya antes liberado (es preciso ser libre para poder servirse con provecho, en libertad, de las propias fuerzas)
La Religión en los límites de la mera razón
Nadie puede realmente liberarse por la fuerza de otro que no sea él mismo, mas también, sin los otros, nadie se puede realmente liberar
Violence et Civilité
Deserción y éxodo son dos potentes formas de luchas de clase contra la actual modernidad imperial […]. Movilidad y nomadismo obrero de masa expresan siempre una forma de rechazo y la búsqueda de la libertad
Comisionado de la Guardia Nacional.- “Vea que la sala es muy pequeña y que el enemigo nos espía.” El anciano.- “Que nos espíe el pueblo es lo importante. Dejen la puerta abierta.” Langevin.-“Publiquemos todos los discursos, comuniquemos nuestra insuficiencia, demos publicidad a cuanto hagamos, porque nada tenemos que temer si no es a nosotros mismos.” Langevin.- “¿También se garantiza la libertad de mentir?”
Los días de la Comuna
¿Sabe, general […], cómo se hizo la revolución del 18 de marzo? La han realizado las mujeres. […] ¿Creen poder hacer la revolución sin las mujeres? Hace ochenta años que se intenta y no se consigue. La primera revolución les concedió el título de ciudadanas, pero no los derechos. Las dejó excluidas de la libertad y la igualdad
“La révolution sans la femme,” La Sociale, 8 de mayo de 1871
Osan los hombres pensar por sí mismos;
en la balanza pesan a los reyes
y hablan de libertad, el prohibido fruto
Manfred
Al derrocarme sólo habéis cortado el tronco del árbol de la libertad. ¡Volverá a crecer, pues sus raíces son numerosas y profundas!
La revolución haitiana
La libertad cívica y política sigue siendo y será, eternamente, sin duda el más sagrado de los bienes, el fin más digno de cualquier esfuerzo y, de toda cultura, ciertamente el centro principal.
carta al duque de Augustenburg, 13 de julio de 1793
Pregunta: Si todo se hundiera en el caos hasta no quedar ya ni un ser vivo, [...] ¿suscribirías aún ese combate?”.
Respuesta: Sin duda.
Pregunta: ¿Por qué?
Respuesta: Porque a Dios le complace que los hombres quieran morir por su libertad.
Pregunta: ¿Qué le repugna?
Respuesta: Los esclavos vivos
Catecismo alemán
Risueños están los mozos,
gozosos están los viejos
porque dicen, compañeras,
que hay libertad para el pueblo.
¡Libertad! ¿qué nos importa?
¿qué ganamos, qué tendremos?
¿un encierro por tribuna
y una aguja por derecho?
¡Libertad! ¿de qué nos vale
si son los tiranos nuestros
no el yugo de los monarcas,
el yugo de nuestro sexo?
Los mozos están ufanos,
gozosos están los viejos,
igualdad hay en la patria,
libertad hay en el reino.
Pero, os digo, compañeras,
que la ley es sola de ellos,
que las hembras no se cuentan
ni hay Nación para este sexo.
Por eso aunque los escucho
ni me aplaudo ni lo siento;
si pierden ¡Dios se lo pague!
y si ganan ¡buen provecho!
�??Libertad�?�
Mostrando el modo en que el capital nos ha mantenido divididos (el capital ha disciplinado a través de nosotras a los hombres y a nosotras a través de ellos, yendo cada una contra el otro), nosotras –sus muletas, sus esclavas, sus cadenas– abrimos el proceso de su liberación.
Caballeros, vosotros, que queréis someternos a la esclavitud, ¿no habéis jurado respetar la Constitución francesa? […] Y, ¿cuál es la ley fundamental? ¿Olvidásteis vuestro compromiso con respecto a la Declaración de los Derechos del Hombre, en donde se dice que los hombres nacieron libres e iguales en derechos, y que sus derechos naturales incluyen la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión? Pero dado que no podéis negar el haber jurado todo eso, el derecho está de nuestra parte, como de la vuestra está el perjurio. Vuestros decretos han reconocido que los hombres son libres y que todos lo son, sin excepción, pero queréis mantener la servidumbre de seres humanos que os permiten tener y disfrutar de lo que son vuestras posesiones.
J-F. Biassou y T. L�??Ouverture ante la Asamblea General, 1792