militar
En el patio donde hago mis paseos entran a veces carros del ejército bien cargados de sacos o de viejas ropas militares –muchas veces aún ensangrentadas–, para ser descargados dentro de él […]. Hace poco llegó uno de esos carros que arrastraba no un tiro de caballos, sino un par de búfalos […] rumanos, capturados allí como botín […]. Acostumbrados a la libertad, dicen que es muy difícil capturarlos y después someterlos al trabajo. Así que los azotan cruelmente. Ya se sabe, ¡ay de los vencidos! Debe haber en Breslau un centenar robados a sus fértiles praderas y ahora obligados a comer sólo un pienso pesado y miserable, mientras se les somete sin piedad a un desmedido esfuerzo. Suelen venirse abajo a toda prisa… Hace unos días llegó uno de esos carros tan repleto de sacos que la carga subía hasta lo alto, y los animales no lograban rebasar el portón. El soldado que los dirigía, que era un tipo brutal, comenzó entonces a darles con las puntas de su látigo, tanto que, indignado, el vigilante le llegó a preguntar si no sentía compasión por aquellas pobres bestias. “¡Tampoco la sentimos por los hombres!”, le contestó riendo el carretero, y comenzó a arrearles aún más fuerte… Al tirar los búfalos entonces consiguieron pasar por el umbral, que es muy empinado, pero ¡cómo sangraba uno de ellos! Sonia, la piel de búfalo es famosa por su espesor y delicadeza, pero el bruto lo había desollado. Los animales estaban agotados; mientras que los hombres descargaban, el herido miraba fijamente y la expresión de su negro rostro y los ojos dulcísimos y negros eran como los de un niño que llora. Exactamente la expresión de un niño que ha sido castigado duramente y no sabe porqué ni para qué le aplican esa bárbara violencia […]. Y yo estaba ante él, y me miraba […]. ¡Pobre búfalo, pobre, amado hermano! Aquí estamos los dos, tan impotentes, unidos en el dolor y la nostalgia. Continuaron los presos descargando […] y el soldado se puso a pasear, tranquilo, con la mano en el bolsillo. Y la guerra, entera y verdadera, iba pasando, altiva, frente a mí
Prisión de Wronke, mediados de diciembre de 1917
Destinados a actuar contra la patria en cuanto les llegue la ocasión, se separa y aleja a los soldados del contacto con los ciudadanos, se les obliga a vivir entre ellos solos o se les acuartela, simplemente. Luego se les inspira un gran desprecio por cualquier estado o profesión que no sea el estado militar y, para hacerles sentir su preeminencia, se les otorgan ciertas distinciones. Habituados a vivir lejos del pueblo, muy pronto vienen a perder su espíritu; acostumbrados a despreciar al ciudadano, no desean ya sino oprimirlo; sometido así el pueblo a sus violencias, siempre están bien dispuestos a cargar sobre aquella parte del estado que pretendería sublevarse
Les Chaînes de l???esclavage
Armad al pueblo. Él es quien debe reinar
Discurso a la Convención, contra la protección militar de la Asamblea, 22-10-1792
La anarquía es la última esperanza de un pueblo oprimido; éste tiene derecho a preferirla antes que aceptar la esclavitud; antes se cansa de amos que de libertad, ¡estad seguros!
Discurso a la Convención, contra la protección militar de la Asamblea, 22-10-1792
La fuerza está en la magistratura, pero no en el legislador. Ciertamente la fuerza pertenece, no a vosotros, sino a vuestras leyes
Discurso a la Convención, contra la protección militar de la Asamblea, 22-10-1792
Oponed frente a los tiranos la facción de todos los franceses
Discurso a la Convención, contra la protección militar de la Asamblea, 22-10-1792
El pueblo no tiene interés en hacer la guerra. El ejecutivo encuentra en ella, al contrario, el aumento de su crédito, dado que le ofrece mil diversos medios de practicar la usurpación. Por eso mi intención es proponeros que el ministerio militar, desligado del ejecutivo, no dependa sino de vosotros y os quede sometido de inmediato. Si queréis que vuestra institución sea realmente duradera en un pueblo que ya no tiene órdenes, evitemos que la magistratura se encamine hacia una nueva orden, una especie de nuevo patriarcado, al dirigir las armas y el ejército libremente, según su voluntad. Pues la guerra no tiene ningún freno ni una regla fijada en unas leyes, con lo cual, en sus avatares, siempre se conforman sus acciones como actos de pura voluntad. Es preciso que no haya en el Estado más que una sola voluntad, y que la voluntad que hace las leyes dirija las acciones de la guerra
Discurso a la Convención sobre el Ministro de la Guerra, 28-1-1793
Los relieves narrativos sobrepuestos entre cuatro columnas triunfales que el arquitecto emplaza en las esquinas de una casa de campo, proclamaban la fama de las Madres, donadoras de vida, en vez de los vulgares monumentos que suelen dedicarse a las sangrientas y crueles victorias militares. Proyectando una obra tan extraña, el artista pretende dar las gracias a las mujeres que admiró en su vida
Von Ledoux bis Le Corbusier. Ursprung und Entwicklung der autonomen Architektur, (sobre el llamado Templo de Memoria �??�??Casa de las Mujeres�??�?? de Ledoux)
Lo más que puede lograr la insurrección en el terreno propio de la táctica es el construir y defender solamente una barricada. […] Ya en la época clásica de las luchas urbanas [...] la barricada tuvo en todo caso más efecto moral que material. Se trataba tan sólo de quebrar la firmeza de los militares. Si resistían hasta conseguirlo, se había alcanzado la victoria; de lo contrario, estaban derrotados
introducción a K. Marx, La lucha de clases en Francia
Los trazados de Haussmann eran arbitrarios por completo; no eran conclusiones rigurosas propias del urbanismo. Antes bien, se trataba de medidas de orden financiero y militar
Urbanisme
La colonización, tras apoyarse primero en la conquista militar y, luego, en el sistema policial, halla la justificación de su existencia y legitima su mantenimiento a través de sus obras
L???An V de la révolution algeriénne
Aún recuerdo esta horrible escena. Era en Orán, en el 1944. Desde el campo donde esperábamos el embarque, los militares lanzaban pedazos de pan hacia los chiquillos argelinos, que se los disputaban entre sí, llenos de rabia y odio. Probablemente los veterinarios podrían explicar ese fenómeno evocando el peck-order constatado en general en todos los corrales. El maíz ahí distribuido es objeto, en efecto, de una implacable competencia. Ciertas aves, más fuertes, devoran la mayor parte de los granos, mientras otras, menos agresivas, van adelgazando a ojos vistas. Toda colonia tiende a convertirse rápidamente en un corral inmenso, en un gran campo de concentración donde la única ley es el cuchillo
Les Damnés de la terre
Que el militarismo alemán decida de repente resolver sus problemas de fronteras por la fuerza, no es cosa que a nadie le sorprenda, pero que el pueblo angoleño o el argelino se decidan a tomar las armas prueba que algo ha pasado o se encuentra en trance de pasar. Los colonizados, los esclavos de los tiempos modernos, están impacientes, y saben ya que sólo esa locura les puede librar de la opresión
Les Damnés de la terre
El colonialismo y sus derivados ya no constituyen realmente los enemigos del África actual. En un plazo muy breve el continente estará totalmente liberado. Por mi parte, cuanto más conozco las culturas y círculos políticos más se me va imponiendo la certeza de que el peligro que amenaza a África hoy es la ausencia de ideología. […] Los países que en África actualmente van accediendo a la independencia son en realidad tan inestables como lo son sus nuevas burguesías o sus actuales nuevos príncipes. Tras algunos pasos inseguros en la arena internacional, al no sentir las burguesías nacionales ya actualmente la amenaza de la vieja potencia colonial, desarrollan grandes apetitos. Y, no teniendo aún práctica política, quieren impulsar todo ese ámbito tal como si fuera su negocio. Todo son prebendas y amenazas hasta el despojamiento de la víctima. El problema es aún más de lamentar porque muchos Estados no poseen más recurso que el de suplicar a la vieja metrópoli que se mantenga un poco aún entre ellos. Pero además, en éstos pseudo-Estados de tendencias neoimperialistas, una política militarista exacerbada acarrea la disminución de la inversión de carácter público en países que hoy aún parcialmente tienen una estructura medieval. Los obreros que muestran descontento sufren entonces una represión tan cruel y salvaje como en los períodos coloniales. Partidos de oposición y sindicatos se ven en seguida confinados a una casi-clandestinidad. Y ese pueblo que había dado todo en las horas difíciles de la lucha por la liberación, con las manos y el vientre vacíos, debe interrogarse sobre el grado de realidad de su victoria. […] Los Estados colonizados que han accedido a la independencia por la vía política no parecen tener más preocupación que encontrarse un campo de batalla, con sus heridas y sus destrucciones. […] Las burguesías ahora triunfantes son sin duda las más impetuosas, emprendedoras y anexionistas que actualmente se puedan concebir
�??Cette Afrique à venir�?�, fragmentos de notas de su diario privado durante el verano del 1960, no destinadas a la publicación