ley
Creonte.- Dí, ¿sabías que estaba prohibido?
Antígona.- Lo sabía. La cosa estaba clara.
Creonte.- Y, ¿te atreviste a violar las leyes?
Antígona.- No dictó tales leyes la Justicia. [...] Que había de morir ya lo sabía, aunque no me lo hubieras anunciado. [...] Sucumbir a ese lance no me duele.
[...]
Creonte.- Esta insolente ha sabido ir y violar las leyes decretadas. ¡Y aún mayor la insolencia de jactarse! [...] ¿No te avergüenzas de pensar distinto a como lo hacen todos los restantes?
Antígona.- Yo no comparto odio, amor comparto. [...]Si los dioses dan esto por bueno, no reconoceré que haya pecado sino cuando decidan castigarme. [...] Honrar a los hermanos no es vergüenza
Antígona
“Kohlhaas, que crees ser el adalid enviado para mantener la espada de la justicia entre tus manos, ¿qué es lo que estás haciendo, criminal, en la loca pasión de tu ceguera?, ¡tú, injusticia hecha carne desde el pelo a las suelas de las botas! Como el señor al que debes obediencia te ha negado el que crees tu derecho –uno que no es sino el combate por una insignificante propiedad–, te levantas, impío, a sangre y fuego, e irrumpes, como el lobo del desierto, en la paz de ese pueblo que él protege. […] Pero, ¿cómo te atreves a decir que te han negado tu derecho, tú, cuyo pecho impío, arrebatado de odio y de venganza, de inmediato, al primer revés quisiste por ti mismo hacer justicia? […] Pues, ¿qué saben de ti tus superiores, si el señor contra el que te alzas no conoce tu nombre tan siquiera? […] Mira que la espada que levantas es la espada del crimen y del robo; no eres otra cosa que un rebelde, no un guerrero y campeón de Dios. Mira que tu destino en esta tierra es la rueda y la horca, y más allá la condenación”
Dado en Wittenberg, Martín Lutero.
[Kohlhaas va al encuentro de Lutero]
“El combate contra lo que fue mi comunidad, contra mi estado, sólo sería un crimen si no me hubieran expulsado de él”. “¿Expulsado?”, exclamó Lutero. “¡Qué inmenso delirio en lo que dices! ¿Quién te expulsó del estado en el que vivías? “. “Llamo expulsado –le respondió Kohlhaas– a aquel a quien le han negado el amparo efectivo de las leyes. Quien me niega esa protección –como a todos aquellos que me siguen– me expulsa al desierto y me pone la maza entre las manos!”
Michael Kohlhaas
“[Hasta 1788] el Estado francés –como todos los demás Estados– era un ‘Estado de naturaleza’, un cuerpo político cuya organización originaria se basaba en la fuerza, no en las leyes
Cartas sobre la educación estética del hombre
Los tiranos no nacen jamás en la anarquía: no los veréis alzarse sino a la sombra de las leyes o autorizándose con ellas
Histoire de Juliette
En materia política, nunca se llama a las cosas por su nombre. […] A lo que es fidelidad a las leyes, los príncipes lo llaman rebelión; revuelta a la resistencia a la opresión; discurso sedicioso a la reclamación de los derechos del hombre; facción al cuerpo de ciudadanos reunidos para defender sus derechos, y a la oposición a la tiranía la llaman crimen de lesa majestad, mientras que llaman cargas del estado a las dilapidaciones de la corte, contribuciones públicas a lo que no son sino exacciones, guerra de conquista al bandidaje realizado por medio del ejército, arte de negociar a la perfidia, las hipocresías y traiciones, golpe de estado a los asesinatos, oficiales del rey a sus satélites, observadores a sus confidentes, su cuerpo de delatores y de espías, medidas de seguridad a los abusos y actuaciones inquisitoriales, súbditos fieles a los partidarios y secuaces que tiene el despotismo, y castigo de los sediciosos a la cruel y bárbara masacre de los que luchan por la libertad
Les Chaînes de l???esclavage
Para lograr mantenerse libre, nunca debe el pueblo consentir el que alguien pueda eludir la ley: pero muy a menudo es el primero en violarla a favor del que venera
Les Chaînes de l???esclavage
La nación es quien ha de sancionar leyes hechas por sus representantes, y no quieren dejarle otro papel que el de obedecer, estrictamente
Les Chaînes de l???esclavage
El corazón de nuestros senadores, tan cerrado a la voz del deber o del remordimiento, no se abre sino ante el interés. Es que no conocen más que el oro, y no piensan en nada que no sea el ir siempre aumentando su fortuna aunque lo hagan a costa de su honor y, por supuesto, a expensas de la patria. Siempre están bien dispuestos a apoyar las medidas desastrosas de los que, al timón de los negocios, de esas leyes obtienen su ventaja: no esperemos pues del parlamento otro fruto que su corrupción
Les Chaînes de l???esclavage
La fuerza está en la magistratura, pero no en el legislador. Ciertamente la fuerza pertenece, no a vosotros, sino a vuestras leyes
Discurso a la Convención, contra la protección militar de la Asamblea, 22-10-1792
Oprimió a una nación libre. Abusó de sus leyes. Se declaró como su enemigo. ¿No le pasó revista a las tropas antes del combate? ¿No huyó, en lugar de impedirles tirar? ¿Qué hizo con objeto de evitar el furor criminal de sus soldados? Debe morir para asegurar el reposo del pueblo
Discursos a la Convención sobre el juicio al rey, 13-11-1792 y 27-12-1793
Juzgar consiste en aplicar la ley. Una ley lo es tan sólo cuando es relación de justicia. ¿Qué relación de justicia puede haber entre la humanidad y los reyes?
Discursos a la Convención sobre el juicio al rey, 13-11-1792 y 27-12-1793
No existían leyes para juzgar a Numa o a Tarquino. Tampoco las había en Inglaterra cuando se juzgó a Carlos I. Pero fueron juzgados aplicando el derecho de gentes. Se rechazó la fuerza, justamente por medio de la fuerza. Se rechazó a un enemigo, un extranjero. Eso legitimó su ejecución
Discursos a la Convención sobre el juicio al rey, 13-11-1792 y 27-12-1793
Realeza no es gobierno de uno solo. Es la radical independencia del poder que gobierna. Si el poder que gobierna es independiente de vosotros, ahí tenemos una realeza; y esa realeza es peligrosa en las manos de aquellos exentos de leyes, ya que sustituyen dichas leyes por lo que es su propia voluntad
Discurso a la Convención sobre el Ministro de la Guerra, 28-1-1793
Nuestro orden presente es el mismo desorden puesto en leyes. No se salva a la patria con clamores […]. Que acusen algunos como quieran a los que ahora son vuestros ministros, ¡yo los acuso a ellos! Si pretendéis que el orden surja del caos, queréis un imposible
Discurso a la Convención sobre el Ministro de la Guerra, 28-1-1793
El pueblo no tiene interés en hacer la guerra. El ejecutivo encuentra en ella, al contrario, el aumento de su crédito, dado que le ofrece mil diversos medios de practicar la usurpación. Por eso mi intención es proponeros que el ministerio militar, desligado del ejecutivo, no dependa sino de vosotros y os quede sometido de inmediato. Si queréis que vuestra institución sea realmente duradera en un pueblo que ya no tiene órdenes, evitemos que la magistratura se encamine hacia una nueva orden, una especie de nuevo patriarcado, al dirigir las armas y el ejército libremente, según su voluntad. Pues la guerra no tiene ningún freno ni una regla fijada en unas leyes, con lo cual, en sus avatares, siempre se conforman sus acciones como actos de pura voluntad. Es preciso que no haya en el Estado más que una sola voluntad, y que la voluntad que hace las leyes dirija las acciones de la guerra
Discurso a la Convención sobre el Ministro de la Guerra, 28-1-1793
La fuerza pública es el pueblo en masa, armado para hacer cumplir las leyes
Proyecto para la Constitución
Ha de haber una forma de gobierno constante que descanse en las leyes
Discurso sobre los girondinos detenidos, 8-7-1793
Las leyes son revolucionarias, pero no los que las ejecutan. […] Resultará imposible ejecutar nuestras leyes revolucionarias si el gobierno no se constituye de manera revolucionaria
Informe sobre la necesidad de declarar el Gobierno Revolucionario hasta la paz, 10-10-1793
No se puede fundar una República sin poseer el valor preciso para limpiarla de intrigas y facciones
Informe sobre la ley contra los ingleses, 16-10-1793
Deberemos, pues, permanecer en constante estado de energía
Informe sobre la ley contra los ingleses, 16-10-1793
Nos hemos casado con todos los pueblos, todas las fronteras han mezclado su sangre
Informe sobre la ley contra los ingleses, 16-10-1793
Siempre, la primera entre las leyes es la conservación de la República
Informe sobre los encarcelados, 26-2-1794
En mi ciego entusiasmo, erigí un templo a la felicidad amontonando piedra sobre piedra. […] La Ville naissante [la Ciudad naciente], donde cada edificio habrá de ser caso a caso del todo motivado, llegará quizá a ser habitada por hombres que sean menos criminales, donde la razón y el interés llegarán a ejercer un cierto imperio. De manera que, antes de guiarlos en dirección a la felicidad, deberán hacerse dignos de ella. […] Construyámosles pues un monumento dedicado a la Conciliación. […] Ha de ser tan sencillo como las leyes que allí deben fallarse […]. Los consejos de un árbitro experto, con su amor por la paz y la justicia, les infundirán dulce concordia
L???Architecture considerée sous le rapport de l???art, des moeurs et de la législation, (texto sobre el �??Pacífero�?�)
“¡El derecho a la propiedad! Pero, decid, ¿cuál es ese derecho? ¿Es la facultad ilimitada de que, como tal, el propietario pueda disponer a gusto de ella? Entenderla así es admitir la ley del más fuerte, defraudar el objeto declarado de la asociación, devolver a los hombres al ejercicio de los derechos naturales y provocar finalmente la disolución inevitable del cuerpo político
Manifeste des plébeiens
“¿No es simple realmente la ilusión de un juez imparcial, cuando el legislador es ya parcial? ¿Cómo puede ser desinteresada la sentencia si la ley es interesada?
Escritos de juventud
No se basa en la ley la sociedad –eso es fantasía de juristas–. Al contrario, es la ley la que se basa en la sociedad siendo expresión de sus intereses y las necesidades procedentes de un modo de producción determinado
El capital
La ley no incluye en sí todo el derecho, y no se identifica meramente con él […]. En efecto, no todos los derechos se hallan formulados en las leyes vigentes, y sin duda no todas las leyes ‘vigentes’ se encuentran dotadas de vigencia
La función revolucionaria del Derecho y el Estado
En octubre de 1918, apenas un año después de la llegada de los bolcheviques al poder, el Comité Ejecutivo Central del Soviet, máximo órgano legislativo, ratificó un completo Código sobre Matrimonio, Tutela y Familia. El Código reflejaba legalmente una visión revolucionaria de las relaciones sociales basadas en la igualdad de las mujeres y la ‘evaporación’ de la familia. Según Alexander Goikhbarg, joven […] autor del nuevo Código de Familia, éste preparaba el camino para un tiempo en que ‘los grilletes de marido y mujer’ iban a quedarse ‘obsoletos’. En consecuencia, el Código se redactó con su propia obsolescencia en mente. Goikhbarg escribió: ‘El poder proletario construye sus códigos y sus leyes dialécticamente, con lo que cada día de existencia va minando su necesidad’. En resumen, el objetivo del derecho era ‘hacer que la ley fuera superflua’
Women, the State and Revolution: Soviet Family Policy and Social Life, 1917-1936
La República Soviética no dejó piedra sobre piedra de las leyes que colocaban a la mujer en situación de sometimiento. Me refiero en particular a las leyes que aprovechaban sobre todo la débil situación de la mujer, para así privarla de derechos y colocarla en condiciones humillantes; es decir, a las leyes de divorcio, la cuestión de los hijos ilegítimos y el derecho de la mujer a demandar jurídicamente al padre del niño para que asegure su sustento
Las tareas del movimiento obrero femenino en la República Soviética
Las reivindicaciones que derivan de los intereses generales de una clase solamente pueden realizarse mediante la conquista del poder justamente por parte de esa clase, a partir de lo cual les conferirá a sus pretensiones validez de carácter general hecha en forma de ley. Toda clase en lucha ha de formular sus pretensiones como reivindicaciones de carácter jurídico concretadas en forma de programa
�??Correspondencia�?�
Hay que superar el prejuicio del carácter conservador de toda ley […], y además hay que hacer que toda ley vaya en todo caso por delante
La función revolucionaria del Derecho y el Estado
No hemos sido nosotros los primeros en pasar a quemar las viejas leyes. También la gran revolución francesa, y hasta la expresión ‘quemar las leyes’ pertenece a Voltaire. La revolución francesa sustituyó las malas leyes por las leyes ‘mejores’ del nuevo gobierno, procediendo después a instituir lo que era su ‘Nuevo Testamento’, el del Código de Napoleón. Así quedaron declaradas nulas “todas las leyes, ordenanzas, costumbres e interpretaciones” propias de los regímenes anteriores, y se añadió el explícito mandato de “decidir todas las causas con arreglo a este Código”. ¿No era esto una modificación del primer mandamiento de Moisés: “No tendrás otro Dios que yo”?
La función revolucionaria del Derecho y el Estado
Los Tribunales locales (populares) deciden las causas en nombre de la República rusa, y en sus decisiones y sentencias siguen las leyes de los gobiernos derribados exclusivamente en la medida en que éstas no han sido abrogadas por la revolución y que además no se contraponen a la consciencia revolucionaria. Nota: se consideran abrogadas todas las leyes que se contraponen a los decretos del Comité ejecutivo central del Soviet de diputados obreros, soldados y campesinos y del gobierno obrero y campesino, así como a los programas mínimos del Partido obrero socialdemócrata ruso y del Partido socialista revolucionario
Los derechos no bastan por sí solos. Hay que aprender a usarlos. El derecho a voto es un arma que hemos de aprender a utilizar para nuestro propio beneficio y el de la república de los trabajadores. […] Las mujeres obreras y campesinas no alcanzarán la igualdad real, es decir, no sólo en la ley, si no ponen toda su energía en hacer de Rusia una sociedad verdaderamente comunista
El día internacional de la mujer
Aún recuerdo esta horrible escena. Era en Orán, en el 1944. Desde el campo donde esperábamos el embarque, los militares lanzaban pedazos de pan hacia los chiquillos argelinos, que se los disputaban entre sí, llenos de rabia y odio. Probablemente los veterinarios podrían explicar ese fenómeno evocando el peck-order constatado en general en todos los corrales. El maíz ahí distribuido es objeto, en efecto, de una implacable competencia. Ciertas aves, más fuertes, devoran la mayor parte de los granos, mientras otras, menos agresivas, van adelgazando a ojos vistas. Toda colonia tiende a convertirse rápidamente en un corral inmenso, en un gran campo de concentración donde la única ley es el cuchillo
Les Damnés de la terre
Revolución, en sentido pleno, no se hizo posible antes del final del XVIII, es decir, antes que la gente no mirara al futuro antes que al pasado para radicar sus esperanzas, antes a la tierra que no al cielo, a constituciones escritas y no a eternas y divinas leyes naturales
�??The preconditions of revolution in early modern Europe: did really exist?�?�
Cuando triunfa la revolución puede ahorcarse a sus enemigos, pero no se debe pronunciar contra ellos sentencia judicial. En efecto, se puede destruir a los enemigos vencidos, pero no es necesario condenarlos como criminales. Tras una revolución, o tras una contrarrevolución, no hay que aplicar las leyes destruidas contra los defensores de esas leyes. Eso es la vil hipocresía de lo que llaman la legalidad
El capital
Los emigrantes venidos […] a establecerse en los territorios de los países del Norte entran como fuera de la ley estando privados de todo derecho, expuestos a cualquier explotación, disponibles de hecho en consecuencia para todas las formas de esclavismo
Combats avec Méduse
La mentira viaja con gastos pagados por el gobierno; vuela sobre el viento; recorre, en un abrir y cerrar de ojos, un vasto imperio; se encuentra a la vez en las ciudades y en el campo, en los palacios y en las cabañas; en todas partes está bien aposentada y servida: se la cubre de caricias, favores, dinero… La verdad, al contrario, va caminando a pie y a pasos lentos; se arrastra con pena y a su cargo, de ciudad en ciudad, de aldea a aldea; se encuentra obligada a sustraerse a la mirada celosa del gobierno; ha de evitar, de modo simultáneo, a los funcionarios, los jueces y los agentes de la policía; y es odiosa a todas las facciones. Todos los prejuicios y los vicios se amotinan a fin de ultrajarla. La necedad la desconoce o la rechaza. Y aunque brilla con belleza celestial, el odio y la ambición afirman de ella que es tan fea como horripilante. La hipócrita moderación la califica de exagerada e incendiaria, y la falsa cordura la moteja de temeraria y de extravagante, mientras que la maligna tiranía la acusa de violar las leyes y de trastornar la sociedad. La cicuta como los puñales son el precio ordinario a sus lecciones, y con frecuencia expía en el patíbulo sus servicios a la humanidad
Manifeste des plébeiens
Coro.- “Lo realmente importante es comprender.
Muchos responden: sí,
pero en ellos no existe aceptación,
porque no ha existido entendimiento.
Muchos no han sido nunca consultados.
Muchos están de acuerdo erróneamente,
falsamente. Por ello,
lo realmente importante es comprender”.
El maestro.-“No puedes andar, estás enfermo, de manera que, para seguir hasta la ciudad, a pedir ayuda, y regresar al pueblo con socorros con los que curar nuestra epidemia, vamos a tener que abandonarte. Pero la costumbre nos exige que te preguntemos si lo aceptas, como también exige que tu respuesta sea afirmativa”.
El chico.- “Lo comprendo”.
El maestro.-“¿Pides que volvamos?”
El chico.- “No lo hagáis, no debéis volver”.
El maestro.- “¿Aceptas quedar ahí abandonado?”
El chico.- “Sí, estoy conforme”.
Los compañeros.- “Ha dicho sí”.
[…]
El chico.- “Todavía debo decir algo. No quiero quedarme aquí tirado para morir sólo en la montaña. Me tenéis que arrojar al valle”.
Los compañeros.- “No podemos”.
El chico.- “Lo exijo”.
[…]
Coro.- “Entonces los amigos lo tomaron
y, aun lamentando
los amargos caminos de este mundo
y sus amargas leyes,
arrojaron al chico.
Muy apretados unos junto a otros,
acercándose al borde del barranco
y cerrando los ojos, lo arrojaron.
Así, no hubo ninguno más culpable”
El que dice sí
Coro.- “Lo realmente importante es comprender.
Muchos responden: sí,
pero en ellos no existe aceptación,
porque no ha existido entendimiento.
Muchos no han sido nunca consultados.
Muchos están de acuerdo erróneamente,
falsamente. Por ello,
lo realmente importante es comprender”.
El maestro.- “No puedes andar, estás enfermo, y nosotros debemos continuar. Como sabes, la vieja ley exige que al que enferma en un viaje como éste se le ha de arrojar al precipicio. De ese modo, la muerte es inmediata. Mas la costumbre impone que se le pregunte si lo acepta, como también impone que su respuesta sea afirmativa”.
El chico.- “Lo comprendo”.
El maestro.- “¿Pides que volvamos o te muestras de acuerdo en que te arrojemos al barranco tal como lo exige la costumbre?”
El chico.- “No, no estoy de acuerdo”.
Los compañeros.- “¡Ha dicho no! ¿Cómo es que no aceptas lo que tiene dispuesto la costumbre? Aceptaste antes de partir cuanto resultara de este viaje y dijiste que te conformarías… ¡Quien dijo a debe decir b!”
El chico.- “Mi aceptación fue equivocada, pero la pregunta más aún. ¡Quien dice a no ha de decir b! He salido de viaje para volver con unas medicinas y curar a mi madre que está enferma, pero ahora soy yo el que está enfermo. Vuestro viaje es de estudios y lo podéis hacer más adelante. Y además, si hay algo que aprender, es a valorar exactamente la situación en que nos encontramos. De la vieja costumbre, me parece que es equivocada. Hemos de imponernos una nueva, y además imponerla cuanto antes: la de que a cada nueva situación hay que replantearse lo que hacer”.
Los compañeros.- “Lo que nos dice el chico no es heroico, pero en cambio parece razonable […]. Una antigua costumbre como ésa no nos debe impedir aceptar la verdad de un pensamiento…”.
Coro.- “Entonces los amigos lo tomaron
para fundar ahora un nuevo uso
y promulgar una nueva ley.
Lo llevaron de vuelta, caminando
apretados unos junto a otros,
afrontando las burlas, los escarnios,
con los ojos cerrados, y ninguno
entre ellos era más cobarde”.
El que dice no
Sé que yo soy la esclava, usted el señor. La ley de este país le convierte en mi dueño. Puede atar mi cuerpo, atar mis manos, gobernar mis acciones. Tiene el derecho del más fuerte, aprobado por la sociedad; sobre mi voluntad no puede nada. ¡Busque pues una ley, una mazmorra, un instrumento de tortura que le otorgue un poder sobre mí! Es como si quisiera controlar el aire, aprehender el vacío.
Indiana
¿No han violado el principio de igualdad al haber despojado del derecho de participar, al crear las leyes, a la mitad de la raza humana, cuando han excluido a las mujeres del derecho de ciudadanía?
Sur l???admission des femmes au droit de cité
Risueños están los mozos,
gozosos están los viejos
porque dicen, compañeras,
que hay libertad para el pueblo.
¡Libertad! ¿qué nos importa?
¿qué ganamos, qué tendremos?
¿un encierro por tribuna
y una aguja por derecho?
¡Libertad! ¿de qué nos vale
si son los tiranos nuestros
no el yugo de los monarcas,
el yugo de nuestro sexo?
Los mozos están ufanos,
gozosos están los viejos,
igualdad hay en la patria,
libertad hay en el reino.
Pero, os digo, compañeras,
que la ley es sola de ellos,
que las hembras no se cuentan
ni hay Nación para este sexo.
Por eso aunque los escucho
ni me aplaudo ni lo siento;
si pierden ¡Dios se lo pague!
y si ganan ¡buen provecho!
�??Libertad�?�
Caballeros, vosotros, que queréis someternos a la esclavitud, ¿no habéis jurado respetar la Constitución francesa? […] Y, ¿cuál es la ley fundamental? ¿Olvidásteis vuestro compromiso con respecto a la Declaración de los Derechos del Hombre, en donde se dice que los hombres nacieron libres e iguales en derechos, y que sus derechos naturales incluyen la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión? Pero dado que no podéis negar el haber jurado todo eso, el derecho está de nuestra parte, como de la vuestra está el perjurio. Vuestros decretos han reconocido que los hombres son libres y que todos lo son, sin excepción, pero queréis mantener la servidumbre de seres humanos que os permiten tener y disfrutar de lo que son vuestras posesiones.
J-F. Biassou y T. L�??Ouverture ante la Asamblea General, 1792
En la lucha para conquistar los derechos humanos fundamentales se conmina a ser pacientes a los negros, y se nos dice y se nos aconseja que, mientras seamos fieles al orden democrático existente, el momento de gloria en que nos convirtamos en seres humanos de pleno derecho habrá de llegar tarde o temprano. Una amarga experiencia nos dice que existe una explosiva incongruencia entre la democracia y la economía capitalista, que es fuente de todos nuestros males. […] El pueblo no es fundamento de las leyes y del sistema por el que se gobiernan –ni lo es el pueblo afroamericano ni otros tantos pueblos oprimidos, ni siquiera la masa de los blancos–. El pueblo no posee un poder decisivo sobre los factores que gobiernan su vida.
�??Political Prisoners, Prisons and Black Liberation�?�