derecho
“Yo soy Caupolicán, que el hado mío
por tierra derribó mi fundamento,
y quien del araucano señorío
tiene el mando absoluto y regimiento.
[…]
Soy quien mató a Valdivia en Tucapelo
y quien dejó a Purén desmantelado,
soy el que puso a Penco por el suelo
y el que tantas batallas ha ganado.
[…]
Descalzo, destocado, a pie desnudo,
dos pesadas cadenas arrastrando,
con una soga al cuello y grueso nudo
de la cual el verdugo iba tirando,
cercado en torno de armas y el menudo
pueblo detrás, mirando y remirando
si era posible aquello que pasaba,
que, visto por los ojos, aún dudaba.
De esta manera, pues, llegó al tablado
que estaba un tiro de arco del asiento,
media pica del suelo levantado,
de todas partes a la vista exento,
donde con el esfuerzo acostumbrado,
sin mudanza y señal de sentimiento,
por la escala subió tan desenvuelto
como si de prisiones fuera suelto.
Puesto ya en lo más alto, revolviendo
a un lado y otro la serena frente,
estuvo allí parado un rato, viendo
el gran concurso y multitud de gente
que el increíble caso y estupendo
atónita miraba atentamente,
teniendo a maravilla y gran espanto
haber podido la fortuna tanto.
Llegóse él mismo al palo, donde había
de ser la atroz sentencia ejecutada,
con un semblante tal, que parecía
tener aquel terrible trance en nada,
diciendo: “Pues el hado y suerte mía
me tienen esta suerte aparejada,
venga, que yo la pido, yo la quiero,
que ningún mal hay grande si es postrero”.
[…]
No el aguzado palo penetrante,
por más que las entrañas le rompiese
barrenándole el cuerpo, fue bastante
a que al dolor intenso se rindiese,
que con sereno término y semblante,
sin que labio ni ceja retorciese,
sosegado quedó de la manera
que si asentado en tálamo estuviera.
En esto seis flecheros señalados,
que prevenidos para aquello estaban,
treinta pasos de trecho desviados
por orden y despacio le tiraban;
y, aunque en toda maldad ejercitados,
al despedir la flecha vacilaban,
temiendo poner mano en un tal hombre
de tanta autoridad y tanto nombre.
Mas Fortuna cruel, que ya tenía
tan poco por hacer y tanto hecho,
si tiro alguno avieso allí salía,
forzado el curso le traía derecho,
y en breve, sin dejar parte vacía,
de cien flechas quedó pasado el pecho,
por do aquel grande espíritu echó fuera,
que por menos heridas no cupiera.
[…]
Quedó abiertos los ojos, y de suerte
que por vivo llegaban a mirarle,
que la amarilla y afeada muerte
no pudo aun puesto allí desfigurarle;
era el miedo en los bárbaros tan fuerte
que no osaban dejar de respetarle,
ni allí se vio en alguno tal denuedo
que puesto cerca de él no hubiese miedo.
La voladora Fama presurosa
derramó por la tierra en un momento
la no pensada muerte ignominiosa
causando alteración y movimiento;
luego la turba incrédula y dudosa,
con nueva turbación y desaliento,
corre con prisa y corazón incierto
a ver si era verdad que fuese muerto.
Era el número tanto que bajaba
del contorno y distrito comarcano,
que en ancha y apiñada rueda estaba
siempre cubierto el espacioso llano;
crédito allí a la vista no se daba
si ya no le tocaban con la mano,
y, aun tocado, después les parecía
que era cosa de sueño o fantasía.
No la afrentosa muerte impertinente
para temor del pueblo ejecutada,
ni la falta de un hombre así eminente,
en que nuestra esperanza iba fundada,
amedrentó ni acobardó la gente;
antes, de aquella injuria provocada,
a la cruel satisfacción aspira
llena de nueva sabia y mayor ira”.
La Araucana, canto XXIV
“Kohlhaas, que crees ser el adalid enviado para mantener la espada de la justicia entre tus manos, ¿qué es lo que estás haciendo, criminal, en la loca pasión de tu ceguera?, ¡tú, injusticia hecha carne desde el pelo a las suelas de las botas! Como el señor al que debes obediencia te ha negado el que crees tu derecho –uno que no es sino el combate por una insignificante propiedad–, te levantas, impío, a sangre y fuego, e irrumpes, como el lobo del desierto, en la paz de ese pueblo que él protege. […] Pero, ¿cómo te atreves a decir que te han negado tu derecho, tú, cuyo pecho impío, arrebatado de odio y de venganza, de inmediato, al primer revés quisiste por ti mismo hacer justicia? […] Pues, ¿qué saben de ti tus superiores, si el señor contra el que te alzas no conoce tu nombre tan siquiera? […] Mira que la espada que levantas es la espada del crimen y del robo; no eres otra cosa que un rebelde, no un guerrero y campeón de Dios. Mira que tu destino en esta tierra es la rueda y la horca, y más allá la condenación”
Dado en Wittenberg, Martín Lutero.
[Kohlhaas va al encuentro de Lutero]
“El combate contra lo que fue mi comunidad, contra mi estado, sólo sería un crimen si no me hubieran expulsado de él”. “¿Expulsado?”, exclamó Lutero. “¡Qué inmenso delirio en lo que dices! ¿Quién te expulsó del estado en el que vivías? “. “Llamo expulsado –le respondió Kohlhaas– a aquel a quien le han negado el amparo efectivo de las leyes. Quien me niega esa protección –como a todos aquellos que me siguen– me expulsa al desierto y me pone la maza entre las manos!”
Michael Kohlhaas
“Ya que, según parece, el corazón que late por la libertad no tiene derecho sino a algo de plomo, ¡exijo mi parte!”
Alegato ante el tribunal, París, 16 de diciembre de 1871
Cualquiera que se ponga a analizar las constituciones políticas presentes o las que la Historia nos menciona verá que nunca han sido obra de algún acuerdo o reflexión, sino fruto tan sólo del azar o bien de una opresión violenta. Todas se fundan en el derecho del más fuerte
Consideraciones sobre la Revolución francesa
El mal está en la cosa y el remedio es violento. Hay que dar con el hacha en la raíz. Hacer que el pueblo conozca sus derechos, comprometerlo así a reivindicarlos. Hay que ponerle las armas en la mano, proceder a apresar, en todo el reino, a los tiranuelos que lo oprimen, derribar el monstruoso edificio de nuestro gobierno y fundar uno nuevo sobre una base equitativa […]. Los que creen que el resto del género humano está hecho para servir su bienestar no aprobarán ese remedio, pero a ellos no hay que consultarlos: se trata de liberar a todo un pueblo de la injusticia de sus opresores
Les Aventures du Comte Potowsky
Por mantener al pueblo sometido el gobierno le extirpa, juntamente con la libertad, todo lo mejor de sus derechos, y le obliga a que pague por sí mismo las manos que lo apresan y encadenan
Les Chaînes de l???esclavage
En materia política, nunca se llama a las cosas por su nombre. […] A lo que es fidelidad a las leyes, los príncipes lo llaman rebelión; revuelta a la resistencia a la opresión; discurso sedicioso a la reclamación de los derechos del hombre; facción al cuerpo de ciudadanos reunidos para defender sus derechos, y a la oposición a la tiranía la llaman crimen de lesa majestad, mientras que llaman cargas del estado a las dilapidaciones de la corte, contribuciones públicas a lo que no son sino exacciones, guerra de conquista al bandidaje realizado por medio del ejército, arte de negociar a la perfidia, las hipocresías y traiciones, golpe de estado a los asesinatos, oficiales del rey a sus satélites, observadores a sus confidentes, su cuerpo de delatores y de espías, medidas de seguridad a los abusos y actuaciones inquisitoriales, súbditos fieles a los partidarios y secuaces que tiene el despotismo, y castigo de los sediciosos a la cruel y bárbara masacre de los que luchan por la libertad
Les Chaînes de l???esclavage
La fortuna no es un buen garante […]. Basta con que abramos los anales del senado británico para poder juzgar del patriotismo de sus muchos miembros opulentos. Esos que dejaron en las manos de Enrique VII, de Enrique VIII y de María los sagrados derechos de sus conciudadanos, ¿no eran todos ricos propietarios? Y aquellos que se prostituyeron a la voluntad y a los caprichos de Jaime I, de Carlos I, de Carlos II y de Jaime II, ¿no eran, todos, ricos propietarios? Los que tan vilmente se vendieron a Guillermo III y a Jorge III, ¿no eran todos ricos propietarios? Escoger nuestros diputados entre hombres de mérito y fortuna se podría ver como prudente, pero realmente cuando el lujo, el desorden, la venalidad, la lujuria y la disipación son las únicas marcas características de la clase rica, ¿por qué no elegir sólo a los hombres que parecen ser más virtuosos, más prudentes, más sabios, los que brillan en otras clases de la sociedad?
Les Chaînes de l’esclavage
Si los hombres, en estado natural, nacen todos iguales en derecho, de hecho en cambio no nacen iguales, dado que la fuerza y el instinto, que también vienen por naturaleza, establecen entre ellos una gran desigualdad de suerte, pese a la igualdad en los derechos; mas su reunión y sus instituciones no pueden tener otro objetivo que mantener de hecho esa igualdad en el derecho, protegiendo al débil de la opresión del fuerte, y sometiendo así la industria de unos a la común utilidad de todos. El error más funesto y más cruel en que ha caído la Constituyente, al igual que la Legislativa y, por fin, que la Convención, al seguir en esto servilmente a los legisladores diferentes que las han precedido, es no haber señalado límites al derecho de propiedad y abandonar al pueblo a las especulaciones ávidas del rico
Manifeste des plébeiens
La gran Revolución francesa comenzó con la triunfal proclamación de la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano; pero ese derecho, –proclamado para toda la humanidad– no era realmente sino sólo un derecho de clase para aquello que era el ciudadano como código de la burguesía (a saber, el Código Civil). Ese Código de Napoleón, formulación en abreviatura de la naturaleza, real e histórica, de la gran Revolución francesa, revolución burguesa como tal. Proclamado derecho natural como el del ciudadano –el propietario–, como derecho innato estrictamente”. “La burguesía se representa la revolución burguesa, más o menos, como ‘un señor de traje oscuro’ que, bajo el nombre de ‘revolución’, realiza un ‘milagro’ al poner en práctica los principios del derecho natural y al derribar, al mismo tiempo, a los odiados señores feudales, instaurando así la libertad y la garantía de la libertad de la propiedad privada. Si además se producen algunas tensiones, es decir, los calificados como “males de la revolución”, “el terror” y las ejecuciones –unas que ni siquiera se detienen ante la sagrada persona del rey–, constituyen casos desgraciados que habrá que olvidar a toda prisa o, incluso, negarlos, borrarlos del todo de los libros de historia–
La función revolucionaria del Derecho y el Estado
La anarquía es la última esperanza de un pueblo oprimido; éste tiene derecho a preferirla antes que aceptar la esclavitud; antes se cansa de amos que de libertad, ¡estad seguros!
Discurso a la Convención, contra la protección militar de la Asamblea, 22-10-1792
No existían leyes para juzgar a Numa o a Tarquino. Tampoco las había en Inglaterra cuando se juzgó a Carlos I. Pero fueron juzgados aplicando el derecho de gentes. Se rechazó la fuerza, justamente por medio de la fuerza. Se rechazó a un enemigo, un extranjero. Eso legitimó su ejecución
Discursos a la Convención sobre el juicio al rey, 13-11-1792 y 27-12-1793
Luis debe por tanto ser juzgado en tanto enemigo y extranjero. Pero además no es necesario que su condena a muerte cuente con la sanción de todo el pueblo. […] Al no poder el pueblo borrar el crimen de la tiranía, el derecho que al hombre corresponde contra la tiranía es personal. No existe un acto de soberanía que pueda obligar, estrictamente, a perdonarlo a un solo ciudadano
Discursos a la Convención sobre el juicio al rey, 13-11-1792 y 27-12-1793
Apresuraos a juzgar al rey. No existe ni un solo ciudadano que no tenga de hecho sobre él el derecho de Bruto sobre César
Discursos a la Convención sobre el juicio al rey, 13-11-1792 y 27-12-1793
El que haya violado los derechos del hombre será castigado
Proyecto para la Constitución
El pan que dan los ricos es amargo; compromete nuestra libertad. El pan pertenece al pueblo por derecho en un Estado reglamentado con prudencia
Informe sobre la necesidad de declarar el Gobierno Revolucionario hasta la paz, 10-10-1793
Los desgraciados tienen el derecho de hablar como amos a los gobiernos cuando los olvidan
Informe sobre los encarcelados, 26-2-1794
La exaltación está, efectivamente, en la resolución irreductible de defender siempre los derechos propios del pueblo y de la Convención. La exaltación está en el desprecio por la posesión de las riquezas
Los proyectos trazados por Ledoux ocupan un lugar característico en la ensoñación arquitectónica producida por la revolución [...]. El cubo del proyecto del “Pacífero” le parece legitimado como símbolo de la Justicia y de la Permanencia, y eso por cuanto la totalidad de las formas elementales geométricas eran signos cargados, según él, cada uno con sus propias referencias a una evidencia interna perceptible. La Ville naissante [la Ciudad naciente], ciudad donde una vida elevada y auténtica [...] debía encontrar su lugar, va rodeada por el puro contorno de la elipse [...]. Sobre el nuevo edificio del Derecho –que bautiza Pacífero– nos dice dentro del texto de su Architecture: “La construcción que ideó mi fantasía ha de ser en efecto tan sencilla como el Derecho que allí ha de dictarse.”
Von Ledoux bis Le Corbusier. Ursprung und Entwicklung der autonomen Architektur
La naturaleza no produce propietarios, tal como no produce nobles; sólo produce seres desprovistos, y unos que son enteramente iguales en necesidades y en derechos. La sociedad, al formarse, ha tenido que reconocer esa igualdad en los derechos, por la evidente igualdad de necesidades respectivas
Manifeste des plébeiens
La igualdad perfecta es en sí de derecho primitivo; el pacto social, lejos de atacar a ese derecho natural, debe dar a cada individuo la garantía de que ese derecho nunca será violado, que desde aquel momento no hubiera debido haber instituciones que favorecieran la desigualdad y la codicia, permitiendo que aquello que es para unos necesario pueda ser secuestrado para ser lo superfluo de los otros. […] La rebelión de pobres contra ricos se convierte así en necesidad
Manifeste des plébeiens
“¡El derecho a la propiedad! Pero, decid, ¿cuál es ese derecho? ¿Es la facultad ilimitada de que, como tal, el propietario pueda disponer a gusto de ella? Entenderla así es admitir la ley del más fuerte, defraudar el objeto declarado de la asociación, devolver a los hombres al ejercicio de los derechos naturales y provocar finalmente la disolución inevitable del cuerpo político
Manifeste des plébeiens
En la fase madura y elevada de una sociedad ya comunista, cuando al fin el servil sometimiento de los individuos al sistema de división del trabajo hoy imperante, y por lo mismo la contradicción entre trabajo intelectual y manual, hayan realmente desaparecido, cuando el trabajo se haya convertido no en un mero medio de vivir sino en la primera de las necesidades de la vida, cuando a través del desarrollo multipolar de los individuos también crezcan las fuerzas productivas [...], tan sólo entonces ha de superarse el estrecho horizonte del derecho que es el propio de la burguesía, para al fin escribir en las banderas correspondientes a esa sociedad: ¡De cada uno por su capacidad! ¡A cada uno por sus necesidades!
Randglossen zum Programm der deutschen Arbeiterpartei
El 18 de marzo quizá debimos golpear mejor. La cuestión fue: elecciones o marchar sobre Versalles. La respuesta debió ser: ambas cosas. […] No esperen más de la Comuna que lo que esperen de sí mismos. Publiquemos todos los discursos, comuniquemos nuestra insuficiencia, demos publicidad a cuanto hagamos, porque nada tenemos que temer si no es a nosotros ; La liberación de la Comuna de París es la de todas las de la República. […] La república de la gran revolución del 92 era un soldado, pero la república de la Comuna ha de ser un trabajador; “El Estado es el pueblo que se rige a sí mismo”. “La estatura de un pueblo corresponde a la del último de sus ciudadanos”. “Considerando que la meta de la vida reside en el completo desarrollo de nuestro ser físico, espiritual y moral, la propiedad no ha de ser sino el derecho a que cada uno participe, en la medida de su colaboración, en el producto común y colectivo del trabajo de todos. En talleres y fábricas, se organizará el trabajo colectivo”. [Estos últimos textos de Beslay, entrecomillados, corresponden a su proclama de apertura de la sesión inaugural de la Comuna, el 29 de marzo de 1871]
Los días de la Comuna
En la época de las “guerras campesinas”, sólo sobre los cadáveres de los campesinos rebeldes –tildados de ladrones y bandidos– logró consolidarse finalmente un derecho romano en versión feudal o un derecho feudal en expresión romana como derecho feudal de propiedad
La función revolucionaria del Derecho y el Estado
El señor feudal era juez y juzgaba en beneficio propio, convirtiendo también el tribunal en fuente de ingresos personales
La función revolucionaria del Derecho y el Estado
La guerra finalizó en todas partes (salvo en el caso de Suecia) con la victoria total de los señores, siendo de una brutal ferocidad. Se calcula que, en el caso de Alemania, el número de campesinos ejecutados en un solo año, tras la derrota de la insurrección, se elevó a cien mil personas, sin hablar de los centenares de aldeas que fueron incendiadas. Las crónicas contienen páginas horribles sobre masacres de campesinos indefensos, por no citar las sentencias de condena a numerosos años de trabajos forzados
La función revolucionaria del Derecho y el Estado
El derecho feudal se caracteriza por la forma particularmente clara que asume en su seno la relación de dominio-servidumbre
La función revolucionaria del Derecho y el Estado
Los milagros de la autoconstrucción de la sociedad capitalista han ido cegando a millones de hombres, impidiéndoles ver los torrentes de sangre y los horrores que la acompañaron
La función revolucionaria del derecho y el estado
Donde el derecho, bajo la denominación de derecho privado, viene a separarse de la política adquiere relevancia política mayor que la importancia misma de la política, porque se convierte en elemento de la sociedad en cuanto tal
System der erworbenen Rechte
Proclamado [el derecho Civil] derecho natural como el del ciudadano –el propietario–, como derecho innato estrictamente
La función revolucionaria del Derecho y el Estado
Desde cientos de años antes de la gran revolución francesa se había ido elaborando, bajo la denominación de ‘derecho natural’, la consciencia jurídica de la burguesía en ascenso, una que finalmente, con la Declaración de los derechos del hombre y, posteriormente, el Código civil, se convirtió en derecho positivo
La función revolucionaria del Derecho y el Estado
El Código civil no ha creado la sociedad burguesa contemporánea. La sociedad burguesa, al contrario, encuentra expresión jurídica en ese código. Tan pronto como deje de corresponder a las relaciones sociales imperantes, se transformará, pura y simplemente, en un mero pedazo de papel
La función revolucionaria del Derecho y el Estado
Sólo consideramos esencial y efectivamente derecho el llamado derecho civil o económico. Tras la primacía de dicho derecho, en el derecho constitucional se incluye el ordenamiento del Estado, es decir, el derecho público correspondiente a la economía. Viene a continuación el derecho penal, instrumento auxiliar para la conservación del orden político y social establecido, y las instituciones y las normas que con él están relacionadas
La función revolucionaria del Derecho y el Estado
La ley no incluye en sí todo el derecho, y no se identifica meramente con él […]. En efecto, no todos los derechos se hallan formulados en las leyes vigentes, y sin duda no todas las leyes ‘vigentes’ se encuentran dotadas de vigencia
La función revolucionaria del Derecho y el Estado
En octubre de 1918, apenas un año después de la llegada de los bolcheviques al poder, el Comité Ejecutivo Central del Soviet, máximo órgano legislativo, ratificó un completo Código sobre Matrimonio, Tutela y Familia. El Código reflejaba legalmente una visión revolucionaria de las relaciones sociales basadas en la igualdad de las mujeres y la ‘evaporación’ de la familia. Según Alexander Goikhbarg, joven […] autor del nuevo Código de Familia, éste preparaba el camino para un tiempo en que ‘los grilletes de marido y mujer’ iban a quedarse ‘obsoletos’. En consecuencia, el Código se redactó con su propia obsolescencia en mente. Goikhbarg escribió: ‘El poder proletario construye sus códigos y sus leyes dialécticamente, con lo que cada día de existencia va minando su necesidad’. En resumen, el objetivo del derecho era ‘hacer que la ley fuera superflua’
Women, the State and Revolution: Soviet Family Policy and Social Life, 1917-1936
La República Soviética no dejó piedra sobre piedra de las leyes que colocaban a la mujer en situación de sometimiento. Me refiero en particular a las leyes que aprovechaban sobre todo la débil situación de la mujer, para así privarla de derechos y colocarla en condiciones humillantes; es decir, a las leyes de divorcio, la cuestión de los hijos ilegítimos y el derecho de la mujer a demandar jurídicamente al padre del niño para que asegure su sustento
Las tareas del movimiento obrero femenino en la República Soviética
Todo ordenamiento jurídico es un amplio sistema de relaciones de poder formadas en el interior de una nación en el curso de un desarrollo histórico. Los intereses de las clases dominantes, si su poder se mantiene largamente, se convierten en normas jurídicas y derechos sancionados y reconocidos como dato objetivo por los restantes miembros del Estado. Si en un período concreto cambian las relaciones de poder, las sancionadas normas y derechos pierden esa ‘base natural’, para entonces de nuevo convertirse en intereses y lucha de intereses
Das Bürgerliche Recht und die besitzlosen Volksklassen
El derecho es un sistema (u ordenamiento) de relaciones sociales correspondiente a los intereses de la clase dominante y tutelado por la fuerza organizada de esa clase
Primer esbozo de codificación penal soviético, en P. I. Stucka, La función revolucionaria del Derecho y el Estado
La tarea que me fue encomendada: poner fin al viejo ordenamiento judicial y abolir el derecho [...]. No limitarse a ‘cambiar el nombre de las calles’ y ‘poner los letreros del revés’, sino trabajar en una demolición y reorganización radicales” […]. En la ciencia, tal como en la vida, aún está muy de moda limitarse a cambiar el nombre de las calles en vez de rehacer el empedrado, o pintar de rojo las viejas paredes que se derrumban, en vez de rehacerlas
La función revolucionaria del Derecho y el Estado
Tal como no es posible construir una casa nueva en un solar en el que se hallan unas ruinas inutilizables hasta que los escombros hayan sido convertidos en cal y hayan sido apartados del lugar, en vano se intentará construir una nueva teoría sin haber destruido antes la vieja, porque entonces dicha teoría como tal será una construcción hecha en paralelo a la anterior, o quizá será una construcción meramente superflua, o se habrá reducido a presentar una fachada nueva para un edificio arruinado
La función revolucionaria del Derecho y el Estado
Dar la batalla por una concepción –una nueva, clasista– del derecho”. “Proclamar una auténtica guerra civil en lo que es el frente del derecho
La función revolucionaria del Derecho y el Estado
Hay que superar el prejuicio del carácter conservador de toda ley […], y además hay que hacer que toda ley vaya en todo caso por delante
La función revolucionaria del Derecho y el Estado
La legalidad revolucionaria no es un freno a la revolución en su conjunto […], continúa la revolución. La alternativa hoy no se corresponde a la consigna de “revolución o legalidad revolucionaria”. La consigna actual es esta otra: “revolución y legalidad revolucionaria”
La función revolucionaria del Derecho y el Estado
No hemos sido nosotros los primeros en pasar a quemar las viejas leyes. También la gran revolución francesa, y hasta la expresión ‘quemar las leyes’ pertenece a Voltaire. La revolución francesa sustituyó las malas leyes por las leyes ‘mejores’ del nuevo gobierno, procediendo después a instituir lo que era su ‘Nuevo Testamento’, el del Código de Napoleón. Así quedaron declaradas nulas “todas las leyes, ordenanzas, costumbres e interpretaciones” propias de los regímenes anteriores, y se añadió el explícito mandato de “decidir todas las causas con arreglo a este Código”. ¿No era esto una modificación del primer mandamiento de Moisés: “No tendrás otro Dios que yo”?
La función revolucionaria del Derecho y el Estado
Cuando las mujeres de clase trabajadora entraron a formar entre las filas de los que vendían su trabajo […], siendo forzadas por la necesidad a entrar en el mercado laboral, pues su padre o marido estaba en paro, los trabajadores empezaron a entender que dejar atrás a las mujeres entre las filas de los «no-conscientes» era dañar su causa y evitar sin duda que avanzara. ¿Qué nivel de conciencia puede poseer una mujer que se encuentra sentada ante el fogón y no tiene derechos en la sociedad, ni en el estado o en la familia?
Día de la mujer
Conmemorando el día de la mujer, las mujeres organizadas se manifiestan en contra de su falta de derechos. Pero dicen algunos: ¿por qué ha de haber tal separación?; ¿por qué ha de haber un día de la mujer, panfletos especiales para trabajadoras, conferencias y mítines?; ¿no es una concesión a las feministas y sufragistas burguesas? Solamente aquellos que no entiendan la radical diferencia que se da entre el movimiento de mujeres socialistas y las sufragistas burguesas pueden argumentar de esa manera. En efecto, ¿cuál es el objetivo de las feministas burguesas? Conseguir las mismas ventajas, el mismo poder y los mismos derechos en la sociedad capitalista que ahora poseen sus maridos, y sus padres y hermanos. Pero, ¿cuál es en cambio el objetivo para las obreras socialistas? Abolir todo tipo de privilegios que deriven del nacimiento o la riqueza. A la mujer obrera nada importa si su patrón es hombre o es mujer. […] El día de la mujer es un eslabón en la larga y sólida cadena de la mujer en el movimiento obrero
Día de la mujer
Los derechos no bastan por sí solos. Hay que aprender a usarlos. El derecho a voto es un arma que hemos de aprender a utilizar para nuestro propio beneficio y el de la república de los trabajadores. […] Las mujeres obreras y campesinas no alcanzarán la igualdad real, es decir, no sólo en la ley, si no ponen toda su energía en hacer de Rusia una sociedad verdaderamente comunista
El día internacional de la mujer
No tengo el derecho de encerrarme en un mundo de reparaciones retroactivas
Peau noire, masques blancs
No, no tengo el derecho, en tanto que hombre de color, de andarme buscando en qué es mi raza superior o inferior a otra raza
Peau noire, masques blancs
Pues ahora esa masa anónima, la de toda esa América de color, esa masa sombría, taciturna, que con igual tristeza e inquietud canta a través de todo el continente, esa masa va ahora a penetrar definitivamente ya en su historia; pues ahora comienza a reescribirla con letras de sangre, sí, ahora que empieza a sufrir y morir; porque ahora en efecto en las montañas y los campos de América, en los flancos de sus cordilleras, en sus bosques como en sus llanuras, en la soledad o animación de sus tantas villas y ciudades, al borde de sus océanos enormes y en las orillas de sus grandes ríos vibra todo ese mundo lleno de corazones que palpitan, con los ardientes puños que se encienden del ardiente deseo de morir por aquello que es suyo, conquistar sus derechos pisoteados por unos y otros a lo largo ya de cinco siglos. La historia ha de contar en adelante con los pobres de América, los explotados y los despreciados que han decidido escribir ya por sí mismos, para siempre, su historia. Ya se han puesto en camino, ya los vemos cómo van avanzando, día tras día, realizando una marcha interminable, una marcha de cientos de kilómetros que los lleva al olimpo del gobierno para obtener con ello sus derechos. ¡Ahí los vemos ahora! Van armados de piedras y de palos, de machetes, y avanzan día a día, surgen de todas partes para ocupar las tierras, adherirse a las tierras que son suyas, a esas tierras que les pertenecen y defienden al precio de sus vidas; ahí los vemos alzando sus pancartas, levantando banderas y consignas para hacerlas que floten en el viento. Esa ola de rabia y de coraje, de justicia exigida y de derechos que le han sido negados y robados, que hoy comienza por fin a levantarse en las tierras de América Latina, esa ola ya no se detendrá. […]. Porque toda esa masa, porque toda esa enorme humanidad que de pronto ha gritado “¡basta ya!” ha iniciado una marcha de gigante
�??Discurso en las Naciones Unidas�?�, diciembre de 1964
A escala del individuo y del derecho de gentes, ¿qué es el fascismo sino el colonialismo establecido en el seno de países tradicionalmente colonialistas? […] ¿Qué es el estatuto colonial sino el sometimiento organizado y sistemático de todo un pueblo?
Les Damnés de la terre
El 8 de mayo del 1945, pronto hará quince años, el pueblo argelino desfiló por las principales ciudades de Argelia reclamando la liberación de los presos políticos y la aplicación ejecutiva de los derechos humanos en el territorio nacional. Al llegar la noche, se contaban muertos argelinos
�??Pourquoi nous employons la violence�?�, discurso de Accra, abril de 1960
La concepción de un futuro y nuevo orden como objeto y justificación de la revolución se halla igualmente en las formas del milenarismo religioso como en las formas secularizadas correspondientes al racionalismo y a las doctrinas de los derechos naturales
�??Prolegomena to the comparative history of revolution in early modern Europe�?�
La idea de una evolución mediante el derecho y por tanto de una evolución exclusivamente pacífica en dirección a la nueva sociedad […] se ha convertido en todo el mundo en leitmotiv de los oportunistas
La función revolucionaria del derecho y el estado
La lucha contra y la lucha por constituyen dos tareas propias para toda real revolución: tareas destructora y constructora
La función revolucionaria del derecho y el estado
Por debajo de las clases populares y conservadoras se encuentra el substrato de los parias y outsiders, de las otras razas y los otros colores, las clases explotadas y perseguidas, los que están en el paro y los no susceptibles de emplearse. Situados pues al exterior del proceso democrático, […] su oposición es revolucionaria, aunque su conciencia no lo sea. Su oposición golpea el sistema desde fuera, por lo cual el sistema no puede integrarlos; constituye una fuerza elemental que viola realmente las reglas de juego, mostrando, al hacerlo, que es juego trucado. Cuando avanzan reunidos por las calles, carentes de armas y de protección, para reclamar de esa manera lo que son los más básicos derechos civiles, saben que se exponen a los perros, a las piedras, las bombas, las prisiones, los campos de internamiento e incluso la muerte
Eros y civilización
Poco importa sin duda si la revolución de un pueblo animoso que hemos visto darse en nuestros días triunfa o fracasa, tal como importa poco si acumula atrocidad y miserias –hasta el punto de que un hombre sensato, que la corregiría en la esperanza de llevarla en la buena dirección, nunca en cambio estaría decidido a intentar la experiencia a dicho precio–; esa revolución, tal como digo, ciertamente encuentra en todo caso en los espíritus de los espectadores (que no hayan entrado en ese juego) una simpatía hacia el intento que casi raya con el entusiasmo, y cuya simple manifestación ya comporta un peligro; dicha simpatía, en consecuencia, no posee otra causa que una disposición moral que es propia del género humano. Causa moral que es […], en primer término, el derecho de un pueblo a no verse impedido por otros poderes a darse una constitución política a su gusto
El conflicto de las facultades
La idea y el concepto de derecho se afirmaron de golpe y el viejo edificio de la injusticia no pudo resistirlo. En función de la idea del derecho se construyó una constitución, de manera que todo lo demás reposó en adelante en esa base
Porque todos los hombres reconocen como tal el derecho a la revuelta, es decir, a negarse a obedecer, resistiendo a un gobierno que demuestra […] tiranía e incapacidad. […] Éste es el momento en que los hombres de bien han de revolucionarse y rebelarse
Desobediencia civil
Los emigrantes venidos […] a establecerse en los territorios de los países del Norte entran como fuera de la ley estando privados de todo derecho, expuestos a cualquier explotación, disponibles de hecho en consecuencia para todas las formas de esclavismo
Combats avec Méduse
¿Sabe, general […], cómo se hizo la revolución del 18 de marzo? La han realizado las mujeres. […] ¿Creen poder hacer la revolución sin las mujeres? Hace ochenta años que se intenta y no se consigue. La primera revolución les concedió el título de ciudadanas, pero no los derechos. Las dejó excluidas de la libertad y la igualdad
“La révolution sans la femme,” La Sociale, 8 de mayo de 1871
Nuestro dogma procede del Sinaí de la gran Revolución; grande porque fue reveladora; grande, menos que por lo hecho que por lo dicho. Quien se pretende demócrata data su origen en la Declaración de los Derechos Humanos. Realmente, nadie la rechaza, e incluso son los liberales quienes más hablan del 1789. Bien, pero, ¿qué dice? Dice «libres e iguales».
Sé que yo soy la esclava, usted el señor. La ley de este país le convierte en mi dueño. Puede atar mi cuerpo, atar mis manos, gobernar mis acciones. Tiene el derecho del más fuerte, aprobado por la sociedad; sobre mi voluntad no puede nada. ¡Busque pues una ley, una mazmorra, un instrumento de tortura que le otorgue un poder sobre mí! Es como si quisiera controlar el aire, aprehender el vacío.
Indiana
¿No han violado el principio de igualdad al haber despojado del derecho de participar, al crear las leyes, a la mitad de la raza humana, cuando han excluido a las mujeres del derecho de ciudadanía?
Sur l???admission des femmes au droit de cité
¡Mujer, despierta, conoce tus derechos! […] Mira que el hombre esclavo, que ha aumentado su fuerza, ha necesitado de la tuya para poder romper con sus cadenas pero, una vez libre, se ha hecho injusto con su compañera. ¡Oh, mujeres, mujeres!, ¿cuándo saldréis de vuestra ceguera? ¿Qué ventajas habéis obtenido de la Revolución?
�??Postambule à la Déclaration des Droits de la Femme et de la Citoyenne�?�, 1791
Del comportamiento actual de la mujer, de su debilidad por un placer que sustituye en ella la ambición y las pasiones que abren y engrandecen noblemente el espíritu, puede deducirse con justicia que la educación que hasta ahora ha recibido, en concordancia con la constitución de lo que es la sociedad civil, solamente ha buscado convertirla en insignificante objeto de deseo y procreadora de bufones
Desarrollad la mente de la mujer y acabará la obediencia ciega. Pero, como el poder intenta siempre verse ciegamente obedecido, los tiranos y los libertinos saben bien lo que hacen cuando se esfuerzan en tener y mantener en la oscuridad a las mujeres. Los primeros no quieren sino esclavas, los segundos juguetes.
Risueños están los mozos,
gozosos están los viejos
porque dicen, compañeras,
que hay libertad para el pueblo.
¡Libertad! ¿qué nos importa?
¿qué ganamos, qué tendremos?
¿un encierro por tribuna
y una aguja por derecho?
¡Libertad! ¿de qué nos vale
si son los tiranos nuestros
no el yugo de los monarcas,
el yugo de nuestro sexo?
Los mozos están ufanos,
gozosos están los viejos,
igualdad hay en la patria,
libertad hay en el reino.
Pero, os digo, compañeras,
que la ley es sola de ellos,
que las hembras no se cuentan
ni hay Nación para este sexo.
Por eso aunque los escucho
ni me aplaudo ni lo siento;
si pierden ¡Dios se lo pague!
y si ganan ¡buen provecho!
�??Libertad�?�
Sé que ver levantarse a una mujer de color para hablarles de cómo son las cosas y de derechos para las mujeres causa como un cierto resquemor e incluso deseos de silbar. […] Luego hablan de eso en la cabeza; ¿cómo dicen?, ¿razón?, eso es, cariño. Pero eso ¿qué tiene que ver con los derechos de las mujeres o los negros? […] Si la primera mujer que hizo Dios fue tan fuerte como para poner ella sola el mundo al revés, ¡todas estas mujeres aquí juntas deben ser capaces de ponerlo otra vez al derecho! Y ahora que piden hacerlo, más les valdría a los hombres que lo hicieran.
�??Ain�??t I a Woman?�?� (1851), en History of woman suffrage
Caballeros, vosotros, que queréis someternos a la esclavitud, ¿no habéis jurado respetar la Constitución francesa? […] Y, ¿cuál es la ley fundamental? ¿Olvidásteis vuestro compromiso con respecto a la Declaración de los Derechos del Hombre, en donde se dice que los hombres nacieron libres e iguales en derechos, y que sus derechos naturales incluyen la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión? Pero dado que no podéis negar el haber jurado todo eso, el derecho está de nuestra parte, como de la vuestra está el perjurio. Vuestros decretos han reconocido que los hombres son libres y que todos lo son, sin excepción, pero queréis mantener la servidumbre de seres humanos que os permiten tener y disfrutar de lo que son vuestras posesiones.
J-F. Biassou y T. L�??Ouverture ante la Asamblea General, 1792
La campaña abolicionista supuso para las mujeres un refugio donde podían verse valoradas por trabajos concretos. La intensidad, el apasionamiento y el carácter incondicional de su compromiso en la batalla contra la esclavitud quizá se deban a que experimentaban una alternativa emocionante a sus vidas domésticas, y al oponerse a una opresión que guardaba semejanza con la suya. (…) Al cursar peticiones manifestando su oposición a la esclavitud, las mujeres se vieron conminadas a defender simultáneamente su derecho a implicarse al interior del trabajo político. ¿De qué otro modo podían –privadas como estaban todavía del derecho a votar– convencer al gobierno de que aceptara sus firmas si no era impugnando de modo violento la validez de su exilio de la actividad política?
En la lucha para conquistar los derechos humanos fundamentales se conmina a ser pacientes a los negros, y se nos dice y se nos aconseja que, mientras seamos fieles al orden democrático existente, el momento de gloria en que nos convirtamos en seres humanos de pleno derecho habrá de llegar tarde o temprano. Una amarga experiencia nos dice que existe una explosiva incongruencia entre la democracia y la economía capitalista, que es fuente de todos nuestros males. […] El pueblo no es fundamento de las leyes y del sistema por el que se gobiernan –ni lo es el pueblo afroamericano ni otros tantos pueblos oprimidos, ni siquiera la masa de los blancos–. El pueblo no posee un poder decisivo sobre los factores que gobiernan su vida.
�??Political Prisoners, Prisons and Black Liberation�?�