pueblo
Dijeron: “Vamos a edificar una ciudad y una torre con la cúspide en los cielos [...]”. Y Yaveh bajó a ver la ciudad y la torre que habían construido los humanos, y dijo Yaveh: “He aquí que todos son un solo pueblo con un mismo lenguaje, y éste es el comienzo de su obra. Ahora nada de cuanto se propongan les va a ser imposible. Bajemos y confundamos su lenguaje
Génesis, 11, 4-7
“Rey Felipe, natural español, hijo de Carlos, Lope de Aguirre, tu mínimo vasallo, […] en mi mocedad pasé el mar Océano a las partes del Pirú, por valer más con la lanza en la mano, […]; y así, en veinticuatro años, te he hecho muchos servicios en conquistas de indios, y en poblar pueblos en tu servicio, especialmente en batallas y reencuentros […]. Mira, mira, Rey español que no seas cruel ni ingrato a tus vasallos, pues estando tu padre y tú en los reinos de Castilla, sin ninguna zozobra, tus vasallos te han dado, a costa de su sangre, tantos reinos y señoríos como en estas partes tienes. Y mira, Rey y Señor, que no puedes llevar con título de Rey justo ningún interés destas partes donde no aventuraste nada […]. Por cierto tengo que van pocos reyes al infierno porque sois pocos, y aun si muchos fuésedes ninguno podría ir al cielo, porque creo que allá seríades peor que Lucifer, según tenéis sed y hambre y ambición de sangre humana; mas no me maravillo de vosotros, pues os llamais siempre menores de edad, […] y vuestro gobierno es aire”. Avísote […], Rey español, […] que por no poder sufrir más las crueldades de tus oidores […], he salido de hecho con mis compañeros, cuyos nombres diré, de tu obediencia, y desnaturándonos de nuestras tierras, que es España, para hacerte en estas partes la más cruel guerra. Y así a Dios solemnemente voto de no dejar ministro tuyo a vida. Hijo de fieles vasallos en tierra vascongada, rebelde hasta la muerte por tu ingratitud. Lope de Aguirre, el Peregrino”.
Carta a Felipe II
“Yo soy Caupolicán, que el hado mío
por tierra derribó mi fundamento,
y quien del araucano señorío
tiene el mando absoluto y regimiento.
[…]
Soy quien mató a Valdivia en Tucapelo
y quien dejó a Purén desmantelado,
soy el que puso a Penco por el suelo
y el que tantas batallas ha ganado.
[…]
Descalzo, destocado, a pie desnudo,
dos pesadas cadenas arrastrando,
con una soga al cuello y grueso nudo
de la cual el verdugo iba tirando,
cercado en torno de armas y el menudo
pueblo detrás, mirando y remirando
si era posible aquello que pasaba,
que, visto por los ojos, aún dudaba.
De esta manera, pues, llegó al tablado
que estaba un tiro de arco del asiento,
media pica del suelo levantado,
de todas partes a la vista exento,
donde con el esfuerzo acostumbrado,
sin mudanza y señal de sentimiento,
por la escala subió tan desenvuelto
como si de prisiones fuera suelto.
Puesto ya en lo más alto, revolviendo
a un lado y otro la serena frente,
estuvo allí parado un rato, viendo
el gran concurso y multitud de gente
que el increíble caso y estupendo
atónita miraba atentamente,
teniendo a maravilla y gran espanto
haber podido la fortuna tanto.
Llegóse él mismo al palo, donde había
de ser la atroz sentencia ejecutada,
con un semblante tal, que parecía
tener aquel terrible trance en nada,
diciendo: “Pues el hado y suerte mía
me tienen esta suerte aparejada,
venga, que yo la pido, yo la quiero,
que ningún mal hay grande si es postrero”.
[…]
No el aguzado palo penetrante,
por más que las entrañas le rompiese
barrenándole el cuerpo, fue bastante
a que al dolor intenso se rindiese,
que con sereno término y semblante,
sin que labio ni ceja retorciese,
sosegado quedó de la manera
que si asentado en tálamo estuviera.
En esto seis flecheros señalados,
que prevenidos para aquello estaban,
treinta pasos de trecho desviados
por orden y despacio le tiraban;
y, aunque en toda maldad ejercitados,
al despedir la flecha vacilaban,
temiendo poner mano en un tal hombre
de tanta autoridad y tanto nombre.
Mas Fortuna cruel, que ya tenía
tan poco por hacer y tanto hecho,
si tiro alguno avieso allí salía,
forzado el curso le traía derecho,
y en breve, sin dejar parte vacía,
de cien flechas quedó pasado el pecho,
por do aquel grande espíritu echó fuera,
que por menos heridas no cupiera.
[…]
Quedó abiertos los ojos, y de suerte
que por vivo llegaban a mirarle,
que la amarilla y afeada muerte
no pudo aun puesto allí desfigurarle;
era el miedo en los bárbaros tan fuerte
que no osaban dejar de respetarle,
ni allí se vio en alguno tal denuedo
que puesto cerca de él no hubiese miedo.
La voladora Fama presurosa
derramó por la tierra en un momento
la no pensada muerte ignominiosa
causando alteración y movimiento;
luego la turba incrédula y dudosa,
con nueva turbación y desaliento,
corre con prisa y corazón incierto
a ver si era verdad que fuese muerto.
Era el número tanto que bajaba
del contorno y distrito comarcano,
que en ancha y apiñada rueda estaba
siempre cubierto el espacioso llano;
crédito allí a la vista no se daba
si ya no le tocaban con la mano,
y, aun tocado, después les parecía
que era cosa de sueño o fantasía.
No la afrentosa muerte impertinente
para temor del pueblo ejecutada,
ni la falta de un hombre así eminente,
en que nuestra esperanza iba fundada,
amedrentó ni acobardó la gente;
antes, de aquella injuria provocada,
a la cruel satisfacción aspira
llena de nueva sabia y mayor ira”.
La Araucana, canto XXIV
“Kohlhaas, que crees ser el adalid enviado para mantener la espada de la justicia entre tus manos, ¿qué es lo que estás haciendo, criminal, en la loca pasión de tu ceguera?, ¡tú, injusticia hecha carne desde el pelo a las suelas de las botas! Como el señor al que debes obediencia te ha negado el que crees tu derecho –uno que no es sino el combate por una insignificante propiedad–, te levantas, impío, a sangre y fuego, e irrumpes, como el lobo del desierto, en la paz de ese pueblo que él protege. […] Pero, ¿cómo te atreves a decir que te han negado tu derecho, tú, cuyo pecho impío, arrebatado de odio y de venganza, de inmediato, al primer revés quisiste por ti mismo hacer justicia? […] Pues, ¿qué saben de ti tus superiores, si el señor contra el que te alzas no conoce tu nombre tan siquiera? […] Mira que la espada que levantas es la espada del crimen y del robo; no eres otra cosa que un rebelde, no un guerrero y campeón de Dios. Mira que tu destino en esta tierra es la rueda y la horca, y más allá la condenación”
Dado en Wittenberg, Martín Lutero.
[Kohlhaas va al encuentro de Lutero]
“El combate contra lo que fue mi comunidad, contra mi estado, sólo sería un crimen si no me hubieran expulsado de él”. “¿Expulsado?”, exclamó Lutero. “¡Qué inmenso delirio en lo que dices! ¿Quién te expulsó del estado en el que vivías? “. “Llamo expulsado –le respondió Kohlhaas– a aquel a quien le han negado el amparo efectivo de las leyes. Quien me niega esa protección –como a todos aquellos que me siguen– me expulsa al desierto y me pone la maza entre las manos!”
Michael Kohlhaas
“Nuestros señores y nuestros príncipes se hallan en el origen de cualquier tipo de usura y de robo, pues se apoderan de todo lo que existe como si fuera de su propiedad. […] Reducen a todos a la más vil miseria, desnudan y cercenan a los labriegos, los artesanos y todo lo que vive, y si alguno comete el más pequeño error de inmediato lo llevan a colgar en la horca. […] ¿Es que acaso han disminuido sus impuestos y su explotación? […] Ellos hacen que el pobre no sepa leer: “Un muro de hierro ha sido establecido contra los reyes y los príncipes […], y llegará milagrosa la victoria sobre los poderosos y sobre los tiranos” [Jeremías 1, 18-19]. “No he venido a traer la paz, sino la espada” [Mateo 10, 34]. “Todo árbol que no dé frutos convenientes ha de ser extirpado y echado en el fuego” [Mateo 7, 19]. ”Dios ha entregado a los señores y príncipes del mundo y, en su furor, quiere desposeerlos por completo” [Oseas 13, 11]. “Él ha derribado a los poderosos del trono” [Lucas 1, 52]. ¿Cuándo finalmente aprenderá a leer la Escritura el miserable? […] Por todo ello proclamo que hay que ser rebelde. […] ¿Por qué tendría que estar forzado el mundo a realizar un trabajo duro para servir a un saco de polvo? […] Como un diminuto centelleo […] para llegar a ser piedra de chispa […], los ángeles afilan ya sus hoces para esta tarea. […] Llegó el tiempo para la cosecha, he afilado mi hoz. […] Hay que matar a todos los gobernantes impíos […], el pueblo entero tiene el poder de la espada”. “Alemania, Francia, Italia ya han despertado. El Maestro quiere divertirse […]. Los campesinos de la Selva Negra disponen ya de más de tres mil hombres, y el grupo día a día va creciendo […[. ¡Combatid la batalla del Señor! […] ¡Excitad a pueblos y ciudades a la rebelión y, sobre todo, a los compañeros de las minas juntamente con todos los restantes compañeros que pueden ayudaros! […] ¡Ánimo, ánimo, ahora es vuestro turno! […] Pasad esta carta a los mineros. […] ¡Ánimo, ánimo, hasta que arda el fuego! ¡No dejéis que se enfríe vuestra espada! […] ¡Pank, pink, pank, golpead, dad sobre el yunque! ¡Destruid sus defensas! ¡No podréis libraros de temor mientras que vivan, mientras sean aún vuestros señores y ejerzan impunes su dominio! ¡Ánimo mientras la luz os acompaña! ¡Dios va al frente! […] ¡La historia ya está escrita! Mühlhausen, 1525. Thomas Müntzer, siervo de Dios contra los impíos”.
Tratados y sermones
“En una revolución (si es verdadera) o se vence o se muere”. “Por la presente renuncio formalmente a todos mis cargos en la dirección del partido, así como a mi puesto de ministro, a mi grado de comandante y a mi condición de cubano. Ya nada legal me liga a Cuba, sino sólo otros lazos que nunca podrán ser destruidos como los papeles oficiales. […] Dejo un pueblo que me acogió como a su hijo, y que seguirá constituyendo una buena parte de mi espíritu. Llevaré a los nuevos campos de batalla […] el espíritu revolucionario de mi pueblo junto al sentimiento de cumplir el más sagrado de todos los deberes: luchar contra el imperialismo en todas partes. Eso me reconforta y dulcifica cien veces cualquier tipo de desgarro”.
Carta de despedida a Fidel Castro, 1965
Siento de nuevo bajo los talones las costillas de mi Rocinante. Tomo escudo y camino una vez más. […] Creo en la lucha armada como única solución para los pueblos que combaten para liberarse, y he de mantenerme coherente con mis convicciones y creencias. Muchos me tratarán de aventurero, tal como efectivamente soy; cierto que de un tipo diferente: de los que se la juegan y se arriesgan por defender la verdad en la que creen. […] Y, de vez en cuando, recordad a este pequeño condottiero siglo XX. […] Vuestro hijo pródigo, Ernesto.
Carta a sus padres, sin fecha
La justicia es virtud que se diría plebeya y humilde que se arrastra bastante por debajo de los tronos reales, o quizá, mejor dicho, hay dos justicias: una justicia buena para el pueblo, que sobrevive puesto de rodillas y que, estando cargado de cadenas, no puede saltar el muro que lo encierra, y otra, la justicia de los príncipes, que es más noble que la de los plebeyos y más libre en sus movimientos, una para la cual viene a ser lícito simplemente todo cuanto quieran
Utopía
El Estado de Francia en esa época consistía en un conglomerado de privilegios contradiciendo toda idea, y hasta la razón en general, una más que absurda situación de una corrupción descomunal, un auténtico reino de injusticia. La opresión terriblemente dura que ejercía su peso sobre el pueblo, las dificultades del gobierno para garantizar a aquella corte los medios que le eran necesarios a su lujo y prodigalidad daban ocasión al descontento. El nuevo espíritu empezó a actuar: la opresión dio paso al libre examen. Y se hizo evidente que las enormes sumas arrancadas cada día al sudor del pueblo no eran realmente dedicadas a los fines propios del Estado, sino derrochadas locamente. Así, todo el sistema del Estado fue visto como injusta iniquidad
Lo que es obra de unas fuerzas ciegas no posee en sí una autoridad ante la cual la libertad deba inclinarse, sino que todo debe someterse a la superior finalidad que la razón indaga y determina. Así nace y así se justifica el intento de un pueblo que, alcanzando a ser mayor de edad, se ha decidido a transformar en Estado moral lo que era Estado de naturaleza
Cartas sobre la educación estética del hombre
El mal está en la cosa y el remedio es violento. Hay que dar con el hacha en la raíz. Hacer que el pueblo conozca sus derechos, comprometerlo así a reivindicarlos. Hay que ponerle las armas en la mano, proceder a apresar, en todo el reino, a los tiranuelos que lo oprimen, derribar el monstruoso edificio de nuestro gobierno y fundar uno nuevo sobre una base equitativa […]. Los que creen que el resto del género humano está hecho para servir su bienestar no aprobarán ese remedio, pero a ellos no hay que consultarlos: se trata de liberar a todo un pueblo de la injusticia de sus opresores
Les Aventures du Comte Potowsky
Todos los gobiernos que subsisten hoy día, al igual que aquellos de los cuales la Historia nos guarda algún recuerdo, se fundan en la usurpación o en la conquista o en una y otra al mismo tiempo, sin que sea posible pretextar por parte del pueblo ningún tipo de libre aceptación ni sujeción que sea voluntaria
Escritos políticos
Es una constante observación que en todos los países y naciones los degenerados y viciosos, las mujeres que ‘viven del comercio’, los criados, los pillos, los truhanes, los arbitristas y los jugadores y los espías y los ganapanes siguen siempre el bando de los príncipes, pues de la corte esperan su fortuna, de los dilapidadores de lo público, concusionarios y disipadores, siempre bien dispuestos a formar en el pelotón del despotismo. […] De ese modo, esa vida licenciosa que el pueblo denomina ‘libertad’ es una de las fuentes principales de su lamentable servidumbre
Les Chaînes de l???esclavage
Por mantener al pueblo sometido el gobierno le extirpa, juntamente con la libertad, todo lo mejor de sus derechos, y le obliga a que pague por sí mismo las manos que lo apresan y encadenan
Les Chaînes de l???esclavage
Pero el pueblo carece de proyecto. Lo llevan las impresiones del momento, lo arrastra la fuerza de los vientos, el curso arrebatado del torrente
Les Chaînes de l???esclavage
Aun siendo general el descontento, es raro que todo el pueblo se halle unido. El estado suele estar dividido, una división que constituye el gran recurso de la tiranía
Les Chaînes de l???esclavage
En los espacios de público recreo siempre guardan las puertas los soldados. En los lugares públicos de venta siempre guardan las puertas los soldados. En salas de exposiciones y de muestras siempre guardan las puertas los soldados…. Allí en donde el pueblo se reúne siempre hay soldados para vigilarlo, y si fuera nocturna la reunión de noche seguirá habiendo soldados. […] Los soldados empiezan a reconocer en exclusiva la voz de sus jefes, a fundar sobre ellos la totalidad de su esperanza, […] ya no son los soldados del estado, sólo son los del príncipe. Y después, en seguida, los que están puestos a la cabeza de las tropas han dejado de ser defensores del pueblo, sino sus peores enemigos. De ese modo se viene conformando un partido entregado a quien le guía, siempre en pie contra la nación, que no espera otra cosa que el momento de actuar contra su pueblo
Les Chaînes de l???esclavage
Destinados a actuar contra la patria en cuanto les llegue la ocasión, se separa y aleja a los soldados del contacto con los ciudadanos, se les obliga a vivir entre ellos solos o se les acuartela, simplemente. Luego se les inspira un gran desprecio por cualquier estado o profesión que no sea el estado militar y, para hacerles sentir su preeminencia, se les otorgan ciertas distinciones. Habituados a vivir lejos del pueblo, muy pronto vienen a perder su espíritu; acostumbrados a despreciar al ciudadano, no desean ya sino oprimirlo; sometido así el pueblo a sus violencias, siempre están bien dispuestos a cargar sobre aquella parte del estado que pretendería sublevarse
Les Chaînes de l???esclavage
No se limita el pueblo a encadenarse, él le presenta al yugo la cabeza. Si un bribón se gana su confianza, lo maneja a su antojo: lo impulsa, lo arrastra, le inspira las pasiones que desea
Les Chaînes de l???esclavage
No contento con ser pasto de bribones, el pueblo casi siempre se anticipa en establecer su servidumbre, forja sus propios hierros y cadenas
Les Chaînes de l???esclavage
Para lograr mantenerse libre, nunca debe el pueblo consentir el que alguien pueda eludir la ley: pero muy a menudo es el primero en violarla a favor del que venera
Les Chaînes de l???esclavage
¡Cuántas veces con el objetivo de asegurar su libertad ponen los pueblos en manos del príncipe el poder violento de oprimirlos!
Les Chaînes de l???esclavage
Plantad un poste coronado de flores en medio de una plaza, congregad al pueblo a su alrededor y tendréis una fiesta. Convertid a los espectadores en espectáculo, que sean sus propios actores; procurad que cada uno se vea en los otros, para que todos se hallen más unidos
Lettre a M. D???Alembert sur les spectacles
Para que una revolución pueda ser tal, ¿qué es lo que resulta imprescindible? Un pueblo que arranca con buen paso, una puesta en camino irreflexiva y que no había sido preparada, una esperanza nueva, un movimiento que va en dirección a una promesa: es la primera imagen de la fiesta
La Fête révolutionnaire
Decapitando al rey, la guillotina destruye, espectacularmente, una gran imagen. Las ceremonias nacionales a cielo abierto intentarán desplegar los movimientos de masas en que el pueblo pueda hallarse a sí mismo y percibirse
La invención de la libertad
Al no ser la Soberanía sino como tal el ejercicio de la voluntad general, no puede alienarse en ningún caso, tal como, no siendo el soberano sino un ser colectivo, sólo por sí puede ser representado. […] En cuanto un pueblo se da Representantes deja de ser libre y ya no existe
Si los hombres, en estado natural, nacen todos iguales en derecho, de hecho en cambio no nacen iguales, dado que la fuerza y el instinto, que también vienen por naturaleza, establecen entre ellos una gran desigualdad de suerte, pese a la igualdad en los derechos; mas su reunión y sus instituciones no pueden tener otro objetivo que mantener de hecho esa igualdad en el derecho, protegiendo al débil de la opresión del fuerte, y sometiendo así la industria de unos a la común utilidad de todos. El error más funesto y más cruel en que ha caído la Constituyente, al igual que la Legislativa y, por fin, que la Convención, al seguir en esto servilmente a los legisladores diferentes que las han precedido, es no haber señalado límites al derecho de propiedad y abandonar al pueblo a las especulaciones ávidas del rico
Manifeste des plébeiens
No se trata de hacer ningún proceso, dado que ni Luis es acusado ni vosotros tampoco sois jueces, sino hombres políticos, representantes, sí, de la nación. No debéis pronunciar una sentencia a favor o en contra de hombre alguno, sino adoptar una medida necesaria a la salud pública, ejecutando un acto de entera providencia nacional […]. No, Luis no puede ser juzgado; está ya condenado o, de otro modo, no estaría fundada la república. Realizar el proceso de Luis significa volver al despotismo, sea monárquico o constitucional; es una idea contrarevolucionaria, dado que cuestiona y pone en duda la revolución en cuanto tal […]. Pues los pueblos no juzgan a la manera de los tribunales, no promulgan sentencias; realmente fulminan, no condenan al rey, a saber, lo hunden en la nada, y esta justicia es superior a la del tribunal
Discurso a la Convención
Armad al pueblo. Él es quien debe reinar
Discurso a la Convención, contra la protección militar de la Asamblea, 22-10-1792
La anarquía es la última esperanza de un pueblo oprimido; éste tiene derecho a preferirla antes que aceptar la esclavitud; antes se cansa de amos que de libertad, ¡estad seguros!
Discurso a la Convención, contra la protección militar de la Asamblea, 22-10-1792
De pueblo a rey no conozco relación natural
Discursos a la Convención sobre el juicio al rey, 13-11-1792 y 27-12-1793
Oprimió a una nación libre. Abusó de sus leyes. Se declaró como su enemigo. ¿No le pasó revista a las tropas antes del combate? ¿No huyó, en lugar de impedirles tirar? ¿Qué hizo con objeto de evitar el furor criminal de sus soldados? Debe morir para asegurar el reposo del pueblo
Discursos a la Convención sobre el juicio al rey, 13-11-1792 y 27-12-1793
Luis debe por tanto ser juzgado en tanto enemigo y extranjero. Pero además no es necesario que su condena a muerte cuente con la sanción de todo el pueblo. […] Al no poder el pueblo borrar el crimen de la tiranía, el derecho que al hombre corresponde contra la tiranía es personal. No existe un acto de soberanía que pueda obligar, estrictamente, a perdonarlo a un solo ciudadano
Discursos a la Convención sobre el juicio al rey, 13-11-1792 y 27-12-1793
Ha combatido al pueblo y ha sido vencido. Es un extranjero prisionero de guerra. Habéis visto su ejército, habéis visto sus pérfidos propósitos. El traidor no era el rey de los franceses; era el rey de algunos conjurados. Reclutaba tropas en secreto, poseía sus propios magistrados. Veía a los ciudadanos como esclavos. Es el asesino de la Bastilla, de Nancy, del Campo de Marte, de Tournay, de las Tullerías…
Discursos a la Convención sobre el juicio al rey, 13-11-1792 y 27-12-1793
Intentan movernos a piedad, y en seguida comprarán las lágrimas. […] ¡Oye, pueblo, si fuera absuelto el rey […] podrás acusarnos de perfidia!
Discursos a la Convención sobre el juicio al rey, 13-11-1792 y 27-12-1793
Esa humanidad de la que os hablan no es más que crueldad hacia el pueblo. El perdón que intentan sugeriros es la muerte de la libertad
Discursos a la Convención sobre el juicio al rey, 13-11-1792 y 27-12-1793
Defensores del rey, ¿qué pedís realmente para él? Si es inocente, es culpable el pueblo
Discursos a la Convención sobre el juicio al rey, 13-11-1792 y 27-12-1793
Comparad el ejemplo que debéis a la tierra, el impulso que debéis a la libertad, la justicia que debéis al pueblo con la piedad criminal que ahora reclama el que nunca la tuvo. Decid a Europa: sirve tú a tus reyes contra nosotros, que somos rebeldes. Pronunciad la verdad, sí, sed sinceros
Discursos a la Convención sobre el juicio al rey, 13-11-1792 y 27-12-1793
No se levanta el pueblo cuando el príncipe es justo, no se embravece el mar si el aire está calmado
Discursos a la Convención sobre el juicio al rey, 13-11-1792 y 27-12-1793
El pueblo no tiene interés en hacer la guerra. El ejecutivo encuentra en ella, al contrario, el aumento de su crédito, dado que le ofrece mil diversos medios de practicar la usurpación. Por eso mi intención es proponeros que el ministerio militar, desligado del ejecutivo, no dependa sino de vosotros y os quede sometido de inmediato. Si queréis que vuestra institución sea realmente duradera en un pueblo que ya no tiene órdenes, evitemos que la magistratura se encamine hacia una nueva orden, una especie de nuevo patriarcado, al dirigir las armas y el ejército libremente, según su voluntad. Pues la guerra no tiene ningún freno ni una regla fijada en unas leyes, con lo cual, en sus avatares, siempre se conforman sus acciones como actos de pura voluntad. Es preciso que no haya en el Estado más que una sola voluntad, y que la voluntad que hace las leyes dirija las acciones de la guerra
Discurso a la Convención sobre el Ministro de la Guerra, 28-1-1793
La patria de un pueblo libre se halla abierta a todos los hombres de la tierra
Proyecto para la Constitución
La fuerza pública es el pueblo en masa, armado para hacer cumplir las leyes
Proyecto para la Constitución
El pueblo francés es el amigo de todos los pueblos, […] y a todos los hombres dará asilo. […] Los extranjeros, como sus costumbres, han de ser igualmente respetados. […] La República protege a quienes hayan sido desterrados de su patria por la causa […] de la libertad […] La República francesa en ningún caso procederá a tomar las armas para sojuzgar a ningún pueblo con el objetivo de oprimirlo. No se firmará ningún tratado cuyo objeto no sea la paz y felicidad de las naciones
Proyecto para la Constitución
El pueblo francés alza su voto por la total libertad del mundo
Proyecto para la Constitución
La voluntad del pueblo soberano no puede equivocarse
Discurso sobre los girondinos detenidos, 8-7-1793
¡Haga el destino que hayamos visto las últimas tempestades de la libertad! […] Ya es hora de que el pueblo espere días felices y que la libertad sea algo más que el furor de un partido
Discurso sobre los girondinos detenidos, 8-7-1793
En cuanto el pueblo manifiesta su libertad cuanto se le oponga queda fuera, cuanto queda fuera es enemigo. [….] Entre el pueblo y sus enemigos nada hay en común sino la espada
Informe sobre la necesidad de declarar el Gobierno Revolucionario hasta la paz, 10-10-1793
Hay que gobernar mediante el hierro al que no se puede gobernar aplicándole sólo la justicia. […] Que el pueblo reine sobre sus opresores. […] Es preciso oprimir a los tiranos
Informe sobre la necesidad de declarar el Gobierno Revolucionario hasta la paz, 10-10-1793
Ciertamente, el pueblo se equivoca, mas se equivoca menos que los hombres
Informe sobre la necesidad de declarar el Gobierno Revolucionario hasta la paz, 10-10-1793
El pan que dan los ricos es amargo; compromete nuestra libertad. El pan pertenece al pueblo por derecho en un Estado reglamentado con prudencia
Informe sobre la necesidad de declarar el Gobierno Revolucionario hasta la paz, 10-10-1793
Nos hemos casado con todos los pueblos, todas las fronteras han mezclado su sangre
Informe sobre la ley contra los ingleses, 16-10-1793
¿Permaneceréis lejos del pueblo cuando él es vuestro único amigo?
Informe sobre los encarcelados, 26-2-1794
Las revoluciones marchan siempre desde el crimen hacia la virtud, de la debilidad hacia la audacia. […] Quien hace a medias la revolución no hace más que cavar su propia tumba […]. ¡Sólo con la espada se podrá crear por fin la libertad del pueblo! […] ¡Que la nación se levante en armas! […] ¡Atreveos! Toda la política de la que brota la revolución vive al interior de esa palabra
Informe sobre los encarcelados, 26-2-1794
El pobre es quien empuja la carreta y defiende la revolución. La opulencia, en cambio, está en las manos de los que pretenden destruirla. […] La mayor parte de nuestros empleos son acaparados por bribones que se enriquecieron justamente con el pretexto de la libertad; son contables que hacen guerra permanente a la justicia […]. La necesidad sujeta al pueblo, a los trabajadores, entre manos de aquellos que son sus enemigos
Informe sobre los encarcelados, 26-2-1794
¡Vengad al pueblo de mil años de crímenes!
Informe en relación con el decreto contra los enemigos de la revolución, 3-3-1794
Si la influencia de los magistrados llega a ser mayor que la del pueblo, la democracia estará perdida
Informe sobre las facciones en el extranjero, 13-3-1794
No traicionaremos nunca al pueblo […], vuestra causa es común, y sin él no es posible ser felices. No podríais jamás sobrevivir a la pérdida de la libertad. Vosotros y la causa popular habéis de tener el mismo carro triunfal o la misma tumba
Informe sobre las facciones en el extranjero, 13-3-1794
Los que poseen más son justamente los que insultan al pueblo, mientras viven y medran a su costa. Pues, ¿qué mérito tiene ser patriota cuando se está colmado de riquezas?
Informe sobre las facciones en el extranjero, 13-3-1794
Las facciones eran necesarias para aislar el despotismo y debilitar la tiranía. Hoy, por el contrario, son un crimen al debilitar la libertad y reducir el poder del pueblo. Su soberanía necesita que el pueblo esté unido; se opone por tanto, a las facciones. Toda facción es, en consecuencia, un atentado a la soberanía
Informe sobre las facciones en el extranjero, 13-3-1794
La insurrección es la garantía de los pueblos
Informe sobre las facciones en el extranjero, 13-3-1794
La revolución es una hazaña, es como tal una empresa heroica cuyos autores marchan entre el peligro y la inmortalidad […], mas la Revolución no pertenece a la fama que tengan unos pocos. La Revolución está en el pueblo
Informe sobre la conjura, 31-3-1794
Federalismo es pueblo dividido. […] Hemos de hacer hermanos, ciudadanos. Es preciso hacer una ciudad
Favoreced la justicia empleando todas vuestras fuerzas. Que todo abuso sea fulminado. Que todo hombre injusto con el pueblo sea enjuiciado y castigado
Actuad con la audacia y con el genio propios de la verdad y la justicia. […] Justicia favorable para el pueblo, y terrible con sus enemigos
La exaltación está, efectivamente, en la resolución irreductible de defender siempre los derechos propios del pueblo y de la Convención. La exaltación está en el desprecio por la posesión de las riquezas
Todo cuanto no sea amor al pueblo y a la libertad tendrá mi odio
Discurso para la defensa de Robespierre, 27-7-1794
Las instituciones son la garantía del gobierno de un pueblo libre […], asientan el reino de la justicia […], son garantía de la libertad
Fragmentos póstumos
Lo que finge Platón en su República o lo que rige ahora en Utopía es mejor que lo nuestro en todo caso […]; aquí domina la propiedad privada, mientras allí todo es en común […]. En donde exista la propiedad privada, donde todo se mida por dinero, no podrán reinar en el Estado la prosperidad y la justicia, a menos que sea justo aquel Estado en que lo mejor pertenece a los peores, y que sea próspero un país donde sólo unos pocos individuos copan entre sí todos los bienes […] mientras los más están en la miseria. […] La distribución de los bienes por igual permite a todos vivir en la abundancia […] No hay otro modo de salvar a un pueblo que la plena igualdad de condiciones poseyendo los bienes entre todos […]. Es preciso abolir la propiedad
Utopía
Seleccionando cuatro candidatos, todos ellos propuestos por el pueblo, escogen entre ellos a su príncipe por voto secreto. Cada cuarterón de la ciudad nombra además un candidato para ir al Senado. […] Las cuestiones de más importancia se remiten de ahí a la Asamblea, […] y algunas veces la cuestión, cuando resulta aun más trascendente, se somete a la isla en su conjunto a través del Consejo General
Utopía
La Ciudad se encuentra dividida formando siete círculos enormes que, a través de cuatro grandes vías, se comunican sucesivamente. […] Son un pueblo oriundo de la India entre el cual había muchos hombres dedicados a filosofar. Huyendo de las tropelías de los tártaros y el abuso de toda clase de tiranos, fueron a parar a aquella ; […] Resolviendo organizar allí su vida la planificaron en común, tal como enseña la filosofía. […] Una de las costumbres principales es la comunidad de las mujeres, como también ocurre con las cosas. Todo es allí de propiedad común […] de manera que todos participan del alimento en forma equitativa, tal como lo hacen con las ciencias, los honores y las diversiones, sin que nadie pueda en ningún caso apropiarse de nada en exclusiva. En su opinión, toda propiedad ha surgido de que cada individuo quiere para él solo una mujer y una familia y una casa, de lo que viene todo el egoísmo […], con lo cual viene cada uno a robarle a la comunidad. […] Les parece de lo más extraño que consideremos como innoble al que practica un arte manual, mientras que creemos que son nobles los que, sin tener ningún oficio y rodeados de enjambres de sirvientes, se abandonan al ocio y la lascivia, con un daño evidente para el bienestar de la república. […] Ahora bien, al que sabe más oficios es al que consideran el más noble […], y además los trabajos fatigosos de entre los trabajos productivos son también los más considerados, por lo que ninguno los rechaza. […] Todos tratan sin duda de quedar primero en el trabajo […], pues a todo aquel que sobresale en la actividad que realiza le conceden el título de rey (uno que se reserva a los mejores, no a los que no saben hacer nada). […] La superioridad, cada seis meses, determina quién ha de dormir habitando en uno u otro círculo y ocupando tal o cual estancia, después de lo cual vuelve a cambiar […], y cada actividad u ocupación – manual o especulativa– es común a los ciudadanos, sin que importe ser de uno u otro sexo. […] Cada círculo tiene sus cocinas y sus grandes despensas colectivas […], comen en grandes mesas, reunidos, […]se afanan todos por servir […] porque nadie cree rebajarse al prestar los servicios necesarios en los comedores y cocinas, o en los almacenes y talleres, […] y cada uno tiene su porción. […]Todos visten de blanco, con un traje determinado por las estaciones. […] La planta baja de los edificios se dedica a graneros y talleres, guardarropas, despensas, comedores y lavanderías comunales; […] allí adentro se ejercen los oficios, mientras que los espacios superiores –todos adornados con pinturas– se reservan a la actividad de carácter especulativo, sobre cuya materia se realizan, en los atrios, los cursos y lecciones. [….] Y así, como todas las tareas, las artísticas como las manuales, se reparten y se hacen entre todos, cada ciudadano no trabaja sino cada día cuatro horas, dedicándose luego todo el resto a perfeccionarse en cuanto hace a los aspectos físico y moral. […] No hay allí esclavitud ni servidumbre […], ni hay avidez alguna de riquezas ni por poseer plata ni oro –que tan sólo se encuentran destinados a fabricar algunos utensilios que también emplean en común– […], porque nadie carece de cuanto le sea necesario –y aun lo que su capricho le sugiera–. […] La posesión de bienes, en efecto, no les despierta la menor codicia, puesto que realmente todo el mundo tiene allí cuanto necesita, más aquello que pueda recibir en calidad de premio o galardón, dado que la república acostumbra hacer ciertos regalos a sus héroes. […] De este modo, la vida colectiva hace a cada uno, al tiempo, rico y pobre: rico porque lo posee todo, pobre porque nada es sólo suyo; pero nadie se afana o se preocupa de servir a las cosas, sino, al contrario, de servirse de ellas. […] Cierto que no ignoran el dinero, acuñando moneda destinada a las actividades exteriores de sus embajadores y emisarios. Pero, al contrario, de los mercaderes que, procedentes de los demás países, han llegado hasta allí, interesados por el exceso de su producción, nunca les piden que les den dinero, sino las diferentes mercancías de las cuales carezca la Ciudad. […] Deliberan, reunidos en Consejo, sobre lo que el pueblo necesita, e invisten a los magistrados designados para cada cargo en la Asamblea General, relevándolos luego, en su momento, por acuerdo del pueblo en su conjunto. […] Tratan muy bien a los extranjeros […], enseñándoles todo aquel Estado para que vean el orden que allí reina (porque están firmemente convencidos de que al final el mundo entero no tendrá otro destino y solución que adoptar aquel modo de vida), y permiten que vayan al Consejo y a sentarse en la mesa colectiva. Y, si quieren unirse a aquel Estado, los someten a prueba y luego adoptan la resolución correspondiente. […] En lo que hace a la procreación, todo el mundo se encuentra sometido a lo que ordenan las autoridades, pues la progenie es considerada como bien público, no particular
La Ciudad del Sol
Calles-salón: las más amplias y mejor situadas entre ellas (a saber, las calles-galería) se adornaron con gusto, amueblándolas suntuosamente. Se cubrieron las paredes y los techos con [...] bellos mármoles y hermosas doraduras [...], con espejos y cuadros; se guarnecieron todas las ventanas con colgaduras magníficas y cortinas bordadas con dibujos; luego sillas, sillones y butacas [...] ofrecieron cómodos asientos a los paseantes fatigados [...]. El Gobierno buscaba que las calles pertenecientes al pueblo de París superaran en magnificencia a los salones de los soberanos
Paris en l???an 2000
Se habla una y otra vez de utilidad, de comodidad y de confort, buena comida y buena educación […], de ferrocarriles, de retretes y, naturalmente, de cañones, bombas y otros pertrechos homicidas. ¡PUEBLOS DE EUROPA! ¡CREAD BIENES SAGRADOS! ¡CONSTRUID! […] ¡Nada práctico, nada con ninguna utilidad! Pues, ¿acaso lo útil nos ha hecho felices?
Cartas de la Gläserne Kette, 24 de noviembre de 1919
Para la autoridad, el miedo al pueblo es la más terrible enfermedad; para el poder, el pueblo es, directamente, el enemigo
Confessions d???un révolutionnaire
¡Nuevos Josués, al pie de cada torre,
por detener el curso de la hora
iban tirando contra los relojes.
[Los autores añaden esta nota]: «Es un rasgo único, creemos, en la historia de una insurrección; es el único acto de vandalismo ejercido por el pueblo contra los monumentos ciudadanos, pero, ¡qué vandalismo!, uno que expresa el estado de ánimo reinante el día 28 por la tarde. ¡Con qué rabia veían, en efecto, el aproximarse de la sombra y, junto a ello, la impasible aguja que se deslizaba hacia la noche como en los días ordinarios! Y lo más singular del episodio es que se dio a la misma hora en distintos lugares de la villa. No fue por tanto una idea aislada ni tampoco un capricho excepcional, sino, bien al contrario, un sentimiento en cierto modo generalizado»
"L’insurrection. Poème dédié aux Parisiens"
El 18 de marzo quizá debimos golpear mejor. La cuestión fue: elecciones o marchar sobre Versalles. La respuesta debió ser: ambas cosas. […] No esperen más de la Comuna que lo que esperen de sí mismos. Publiquemos todos los discursos, comuniquemos nuestra insuficiencia, demos publicidad a cuanto hagamos, porque nada tenemos que temer si no es a nosotros ; La liberación de la Comuna de París es la de todas las de la República. […] La república de la gran revolución del 92 era un soldado, pero la república de la Comuna ha de ser un trabajador; “El Estado es el pueblo que se rige a sí mismo”. “La estatura de un pueblo corresponde a la del último de sus ciudadanos”. “Considerando que la meta de la vida reside en el completo desarrollo de nuestro ser físico, espiritual y moral, la propiedad no ha de ser sino el derecho a que cada uno participe, en la medida de su colaboración, en el producto común y colectivo del trabajo de todos. En talleres y fábricas, se organizará el trabajo colectivo”. [Estos últimos textos de Beslay, entrecomillados, corresponden a su proclama de apertura de la sesión inaugural de la Comuna, el 29 de marzo de 1871]
Los días de la Comuna
Si París pudo resistir fue porque, a consecuencia del asedio, se había deshecho del ejército, sustituido por una Guardia Nacional cuyo contingente principal ahora lo formaban los obreros […]. El primer decreto de la Comuna suprimía el ejército permanente, sustituyéndolo por el pueblo armado. La Comuna estaba conformada por los consejeros municipales elegidos en cada distrito mediante sufragio universal, todos responsables y revocables en todo momento. […] Desde los Consejeros para abajo, todos los cargos públicos debían ejercer su trabajo con salarios obreros […]. Como los restantes funcionarios, todos los magistrados y jueces eran revocables y electivos […]. Formada la Asamblea Nacional, los delegados serían igualmente todos revocables y electivos, sometidos a mandato imperativo de sus respectivos electores. […] Entre las reformas laborales, se suprimieron las multas de la empresa impuestas directamente a los obreros, y se prohibieron ciertos tipos de trabajos nocturnos. En lo que hace a la educación, todas las instituciones de enseñanza fueron abiertas gratuitamente al pueblo y emancipadas de la Iglesia –se eliminó la subvención del culto y quedó separada del Estado–
La guerra civil en Francia
Como gobierno del pueblo por el pueblo, […] la Comuna aspiraba ciertamente a expropiar a los expropiadores
La guerra civil en Francia
África, he guardado tu memoria. África,
estás en mí
tal como la espina está en la herida.
[…]
SIN EMBARGO
no quiero ser sino de vuestra raza,
campesinos y obreros de todos los países…
…obrero blanco de Detroit, peón negro de Alabama,
innumerable pueblo de las galeras del capitalismo,
el destino nos alza, hombro con hombro
y, renegando del viejo maleficio del tabú de la sangre,
hollamos los escombros de nuestras soledades.
Si el torrente es frontera,
le hemos de arrancar la cabellera a la arroyada
inagotable.
Si la Sierra es frontera,
le partiremos la mandíbula al volcán
Bois d???ébène
En la expresión ‘pueblo negro’, influencias culturales excluidas, ciertamente no hay nada. Pues existe tanta diferencia entre dakarianos y antillanos como entre brasileños y españoles. Lo que se busca cuando se pretende englobar a los negros bajo el término de ‘pueblo negro’ es arrebatarles todo intento de expresión individual
�??Antillanos y africanos�?�
Civilización negra, pueblo negro, pero ¿qué historia es ésa? […] ¿Qué de hacer yo con un imperio negro? […] “No me debo atar a revivir civilización negra alguna que haya sido ignorada injustamente. No soy el hombre de ningún pasado. No quiero cantar ningún pasado a costa de mi futuro y mi presente
Peau noire, masques blancs
Lo que el burgués humanista en nuestro siglo no le perdona a Hitler no es el crimen en sí, sino el crimen contra el hombre blanco, el haber aplicado a Europa procedimientos colonialistas que hasta entonces nunca se habían aplicado sino a los árabes de Argelia, o a los coolies de la India o a los pueblos negros africanos
Discours sur le colonialisme
En lugar de una táctica y de una estrategia continental se utilizan formas limitadas: luchas electorales reducidas, un pequeño progreso electoral obtenido en uno u otro sitio; dos diputados, un senador y cuatro alcaldes; una gran manifestación dispersada a golpe de fusil; otra elección perdida, aunque hoy sea por unos votos menos; una huelga ganada, diez perdidas; un paso adelante y diez atrás; una victoria dentro de un sector, diez derrotas en otro; y, de pronto, te cambian las reglas del juego y se vuelve a empezar desde el principio […] ¿Por qué todo este gasto de energías? […] Donde se dan tan graves errores, moviliza el pueblo sus legiones un año tras otro para impulsar acciones que le cuestan inmensos sacrificios
"La estrategia y la táctica de la revolución latinoamericana", octubre de 1962
Las revoluciones no se exportan, estamos firmemente convencidos. Nacen en el seno de los pueblos. Son engendradas por la explotación que los gobiernos ejercen sobre el pueblo. Sólo entonces se puede dar apoyo a un movimiento de liberación
�??Discurso en las Naciones Unidas�?�, diciembre de 1964
No hay fronteras en esta lucha a muerte. No podemos ser indiferentes ante lo que pasa hoy en el mundo, porque toda victoria de un país sobre las fuerzas del imperialismo es por sí misma ya nuestra victoria, como toda derrota frente a él de una nación, cualquiera que ella sea, se convertirá en nuestra derrota. El internacionalismo proletario no es sólo un deber para los pueblos en su lucha por el porvenir, sino una necesidad incontestable
�??Discurso de Argel�?�, febrero de 1965
Sostenemos sin duda que las armas no pueden ser meras mercancías; han de ser entregadas –en las cantidades necesarias– gratuitamente a aquellos pueblos que las piden para utilizarlas contra el enemigo, que es común
�??Discurso de Argel�?�, febrero de 1965
Cada pueblo que logra liberarse es etapa ganada en la batalla por la liberación de otro pueblo
�??Crear dos, tres�?� muchos Vietnams�?�, mayo de 1967
A escala del individuo y del derecho de gentes, ¿qué es el fascismo sino el colonialismo establecido en el seno de países tradicionalmente colonialistas? […] ¿Qué es el estatuto colonial sino el sometimiento organizado y sistemático de todo un pueblo?
Les Damnés de la terre
El colonial es un régimen instaurado mediante la violencia. Siempre se ha implantado por la fuerza. Contra la voluntad de algunos pueblos, otros más avanzados en las técnicas de destrucción o más poderosos por su número han logrado imponerse. Un sistema así, establecido mediante la violencia, no puede ya sino ser fiel a sí mismo: su duración en el tiempo está en función del mantenimiento de la violencia. Pero esa violencia nunca es una forma de violencia abstracta, no es solamente una violencia intelectualmente percibida, sino que es también una violencia del comportamiento cotidiano ejercido por el colonizador con respecto al colonizado: apartheid en África del Sur, trabajos forzados en Angola, racismo en Argelia… Desprecio y política del odio, manifestación de una violencia dolorosa y concreta
“Pourquoi nous employons la violence”, discurso de Accra, abril de 1960
El 8 de mayo del 1945, pronto hará quince años, el pueblo argelino desfiló por las principales ciudades de Argelia reclamando la liberación de los presos políticos y la aplicación ejecutiva de los derechos humanos en el territorio nacional. Al llegar la noche, se contaban muertos argelinos
�??Pourquoi nous employons la violence�?�, discurso de Accra, abril de 1960
En las luchas armadas suele haber un punto de no retorno. Uno que casi siempre coincide con la gigantesca represión de la totalidad de los sectores del pueblo colonizado que la emprende. Ese punto se alcanzó en Argelia con las 12000 víctimas de Philippeville en 1955, y la instalación de las milicias armadas y rurales del gobierno en 1956
Les Damnés de la terre
El colonialismo no es un tipo de relaciones individuales, sino la conquista de un territorio nacional y la opresión de un pueblo
�??Les intellectuels et les démocrates français devant la révolution algérienne�?�
Un pueblo colonizado no sólo es un pueblo dominado. […] En Argelia no sólo hay dominación, sino decisión de no ocupar, literalmente, más que un territorio. Argelinos […], palmerales y camellos forman estrictamente el panorama, el telón de fondo natural de la presencia humana, que es francesa
Les Damnés de la terre
Hay que combatir no solamente por la libertad de nuestro pueblo. Ya, mientras que dura ese combate, hay que lograr que el pueblo reaprenda –y primero hacer que uno a su vez reaprenda por sí mismo– eso que es la dimensión del hombre. Remontar los caminos de la historia, de la historia del hombre que fue condenado por los hombres, para provocar, hacer posible, el encuentro de nuestro propio pueblo con todos los demás hombres del mundo
Les Damnés de la terre
Por mantenerse en forma y mantener su capacidad revolucionaria, el pueblo emplea ciertos episodios de la vida de la colectividad. Por ejemplo, el bandido que consigue aguantar por varios días el acoso feroz de los gendarmes […], o el que, en combate singular, sucumbe después de haber tumbado a unos cuatro o cinco policías, o el que se suicida por no dar, torturado, los nombres de sus cómplices, constituyen faros para el pueblo, esquemas de acción, héroes reales. Y no sirve de nada decir que ese héroe era un ladrón, un crápula o un tipo depravado. Si la acción por la que ese hombre es perseguido por las fuerzas de los colonialistas estuvo estrictamente dirigida contra un hombre o un bien colonial, la demarcación es absoluta. El proceso de identificación es automático
Les Damnés de la terre
Es en el pueblo de los bidonvilles, en el seno del lumpen-proletariado, donde va a encontrar la insurrección su punta de lanza en las ciudades. El lumpen-proletariado es una de las fuerzas más radical y espontáneamente revolucionarias en un pueblo que esté colonizado
Les Damnés de la terre
Los hombres dejen de tener razón. Las mujeres, de ser silenciosas […]. La libertad del pueblo argelino se identifica con la liberación de la mujer, con su entrada en la historia
L???An V de la révolution algeriénne
En un país subdesarrollado que se encuentra en la fase de combate las tradiciones fundamentalmente son muy inestables y están llenas de tendencias centrífugas. Y por eso el intelectual corre el riesgo a menudo de encontrarse cogido a contratiempo. [..] Querer seguir en exceso al pueblo muchas veces viene a revelarse como la acción de un vulgar oportunista e, incluso, de un retardatario
Les Damnés de la terre
Que el militarismo alemán decida de repente resolver sus problemas de fronteras por la fuerza, no es cosa que a nadie le sorprenda, pero que el pueblo angoleño o el argelino se decidan a tomar las armas prueba que algo ha pasado o se encuentra en trance de pasar. Los colonizados, los esclavos de los tiempos modernos, están impacientes, y saben ya que sólo esa locura les puede librar de la opresión
Les Damnés de la terre
En los países coloniales, se decía, entre el pueblo colonizado y la clase obrera del concreto país colonialista se da una efectiva comunidad de intereses. La historia de las guerras de liberación declaradas por los pueblos colonizados es la historia de la no-verificación de esa tesis
�??Les intellectuels et les démocrates français devant la révolution algérienne�?�
El proceso de liberación del hombre […] engloba y concierne al conjunto de la humanidad. […] En el curso de las guerras de liberación nacional que en los últimos veinte años se han venido librando y sucediendo, no ha sido raro constatar un cierto matiz de hostilidad, e incluso de odio, del obrero del país colonialista con respecto al colonizado. Pues sucede, en efecto, que el retroceso del imperialismo y la reconversión de las estructuras subdesarrolladas específicas del Estado colonial de manera inmediata se acompañan de las distintas crisis económicas que los obreros de los países colonialistas siempre son los primeros en sentir. Los capitalistas ‘metropolitanos’ se dejan entonces arrancar ventajas sociales y algún aumento de salarios para contentar a sus obreros en la exacta medida en que el Estado colonialista les permite saquear y explotar los territorios ocupados. En el momento crítico en el que los pueblos colonizados finalmente se lanzan a la lucha y exigen su plena independencia comienza un período difícil en el curso del cual, paradójicamente, el interés real de los obreros y campesinos ‘metropolitanos’ parece hallarse en oposición al de los pueblos que están colonizados. Los problemas y daños que produce esa ‘inesperada’ alienación deben ser conocidos y enérgicamente combatidos
�??La guerre d�??Algérie et la libération des hommes�?�
La enorme victoria del pueblo vietnamita en Dien-Bien-Phu ya no es, estrictamente hablando, sólo una victoria vietnamita. Desde julio de 1954, el problema que se han planteado muchos de los pueblos coloniales ha sido el siguiente: ‘¿Cómo realizar un Dien-Bien-Phu?’ De que sea posible no se duda. Eso no modifica solamente a los colonizados, sino también a los colonialistas, que toman conciencia de los múltiples Dien-Bien-Phu que son posibles
Les Damnés de la terre
En el marco institucional […] la burguesía, dada su insuficiente potencia económica, no pudiendo imponer en consecuencia relaciones sociales coherentes que garanticen su dominio como clase, elige la solución que le resulta más fácil, a saber, el partido único. […] Así, no crea un Estado que asegure y ampare al ciudadano, sino uno que lo persigue, que lo inquieta. Ese Estado que, en su discreción, debía desarmar y dar confianza, se impone espectacularmente, se exhibe, arrolla, brutaliza, haciendo saber al ciudadano que se encuentra en peligro permanente. El partido único es la forma moderna de la dictadura burguesa sin máscara, sin escrúpulos y sin disfraz. […] En algunas regiones, el partido se organiza como un gang, donde el tipo más duro pasa a asumir la dirección. […] Para ocultar ese marasmo y enmascarar esa regresión, para asegurarse y ofrecer un pretexto del que enorgullecerse, la burguesía no tiene otro recurso que levantar en la capital unas cuantas grandiosas construcciones y realizar gastos de prestigio. Así, la burguesía nacional vuelve crecientemente las espaldas a la realidad del interior, a las realidades del país, y se inclina hacia la metrópoli, a los capitalistas extranjeros que se aseguran sus servicios. Como no comparte sus beneficios con el pueblo y no le deja disfrutar de las prebendas que entonces le otorgan las grandes compañías extranjeras, pronto descubre la necesidad de contar con un líder popular al que le toca hacer el doble esfuerzo de estabilizar el nuevo régimen y perpetuar a la burguesía en su dominio. La dictadura burguesa de los países subdesarrollados funda toda su fuerza y solidez en la existencia de un líder, […] uno a cuyo abrigo y protección la burguesía de la joven nación de inmediato procede a enriquecerse. […] Así los circuitos económicos de ese joven Estado se deslizan de modo irreversible en la estructura neocolonialista La economía nacional, que antes se encontraba protegida, ahora es literalmente dirigida, y el presupuesto es alimentado por donaciones y préstamos continuos
Les Damnés de la terre
Pero los pueblos no son ya rebaños, no es preciso que nadie les conduzca. […] Hay que hacer comprender hoy a las masas que no hay un demiurgo, un hombre ilustre responsable de todo. El demiurgo es, simplemente, el pueblo
Les Damnés de la terre
La unidad africana no es posible sino bajo el impulso y dirección de los pueblos, es decir, sin atender al interés de la burguesía
Les Damnés de la terre
El colonialismo y sus derivados ya no constituyen realmente los enemigos del África actual. En un plazo muy breve el continente estará totalmente liberado. Por mi parte, cuanto más conozco las culturas y círculos políticos más se me va imponiendo la certeza de que el peligro que amenaza a África hoy es la ausencia de ideología. […] Los países que en África actualmente van accediendo a la independencia son en realidad tan inestables como lo son sus nuevas burguesías o sus actuales nuevos príncipes. Tras algunos pasos inseguros en la arena internacional, al no sentir las burguesías nacionales ya actualmente la amenaza de la vieja potencia colonial, desarrollan grandes apetitos. Y, no teniendo aún práctica política, quieren impulsar todo ese ámbito tal como si fuera su negocio. Todo son prebendas y amenazas hasta el despojamiento de la víctima. El problema es aún más de lamentar porque muchos Estados no poseen más recurso que el de suplicar a la vieja metrópoli que se mantenga un poco aún entre ellos. Pero además, en éstos pseudo-Estados de tendencias neoimperialistas, una política militarista exacerbada acarrea la disminución de la inversión de carácter público en países que hoy aún parcialmente tienen una estructura medieval. Los obreros que muestran descontento sufren entonces una represión tan cruel y salvaje como en los períodos coloniales. Partidos de oposición y sindicatos se ven en seguida confinados a una casi-clandestinidad. Y ese pueblo que había dado todo en las horas difíciles de la lucha por la liberación, con las manos y el vientre vacíos, debe interrogarse sobre el grado de realidad de su victoria. […] Los Estados colonizados que han accedido a la independencia por la vía política no parecen tener más preocupación que encontrarse un campo de batalla, con sus heridas y sus destrucciones. […] Las burguesías ahora triunfantes son sin duda las más impetuosas, emprendedoras y anexionistas que actualmente se puedan concebir
�??Cette Afrique à venir�?�, fragmentos de notas de su diario privado durante el verano del 1960, no destinadas a la publicación
Uno de los motivos que aparecen con mayor insistencia en los movimientos revolucionarios europeos a lo largo del siglo XVII, aunque sea a través de remitirse a las tradiciones e instituciones del pasado, es la petición de paridad de representantes del pueblo y la nobleza a nivel nacional y ciudadano. Un motivo que tiene como origen un análisis crítico de las jerarquías existentes. Una revisión de las funciones de los estratos sociales y la relación de gobierno y sociedad cuya elaboración conceptual hunde firmemente sus raíces en la revolución dada en la ciencia y el debate teórico-político que acompaña las luchas religiosas a mediados del siglo XVI
Ribelli e riformatori dal XVI al XVIII secolo
La revolución: una explosión, una fuerza […] que surge no de la cabeza del poder sino de las entrañas de los pueblos
Confessions d???un révolutionnaire
La explosión de las revoluciones casi siempre ha tomado por sorpresa a los grupos y partidos revolucionarios, como también a todos los restantes; no hay una realmente que pueda imputarse a las actividades de esos grupos […]. Es así como Lenin, en el 1905, pudo exaltar la ‘creatividad revolucionaria del pueblo’ con casi total sinceridad
De la Revolución
Poco importa sin duda si la revolución de un pueblo animoso que hemos visto darse en nuestros días triunfa o fracasa, tal como importa poco si acumula atrocidad y miserias –hasta el punto de que un hombre sensato, que la corregiría en la esperanza de llevarla en la buena dirección, nunca en cambio estaría decidido a intentar la experiencia a dicho precio–; esa revolución, tal como digo, ciertamente encuentra en todo caso en los espíritus de los espectadores (que no hayan entrado en ese juego) una simpatía hacia el intento que casi raya con el entusiasmo, y cuya simple manifestación ya comporta un peligro; dicha simpatía, en consecuencia, no posee otra causa que una disposición moral que es propia del género humano. Causa moral que es […], en primer término, el derecho de un pueblo a no verse impedido por otros poderes a darse una constitución política a su gusto
El conflicto de las facultades
En un pueblo libre, la razón en verdad se encuentra efectivamente realizada
Fenomenología del espíritu
Comisionado de la Guardia Nacional.- “Vea que la sala es muy pequeña y que el enemigo nos espía.” El anciano.- “Que nos espíe el pueblo es lo importante. Dejen la puerta abierta.” Langevin.-“Publiquemos todos los discursos, comuniquemos nuestra insuficiencia, demos publicidad a cuanto hagamos, porque nada tenemos que temer si no es a nosotros mismos.” Langevin.- “¿También se garantiza la libertad de mentir?”
Los días de la Comuna
Coro.- “Lo realmente importante es comprender.
Muchos responden: sí,
pero en ellos no existe aceptación,
porque no ha existido entendimiento.
Muchos no han sido nunca consultados.
Muchos están de acuerdo erróneamente,
falsamente. Por ello,
lo realmente importante es comprender”.
El maestro.-“No puedes andar, estás enfermo, de manera que, para seguir hasta la ciudad, a pedir ayuda, y regresar al pueblo con socorros con los que curar nuestra epidemia, vamos a tener que abandonarte. Pero la costumbre nos exige que te preguntemos si lo aceptas, como también exige que tu respuesta sea afirmativa”.
El chico.- “Lo comprendo”.
El maestro.-“¿Pides que volvamos?”
El chico.- “No lo hagáis, no debéis volver”.
El maestro.- “¿Aceptas quedar ahí abandonado?”
El chico.- “Sí, estoy conforme”.
Los compañeros.- “Ha dicho sí”.
[…]
El chico.- “Todavía debo decir algo. No quiero quedarme aquí tirado para morir sólo en la montaña. Me tenéis que arrojar al valle”.
Los compañeros.- “No podemos”.
El chico.- “Lo exijo”.
[…]
Coro.- “Entonces los amigos lo tomaron
y, aun lamentando
los amargos caminos de este mundo
y sus amargas leyes,
arrojaron al chico.
Muy apretados unos junto a otros,
acercándose al borde del barranco
y cerrando los ojos, lo arrojaron.
Así, no hubo ninguno más culpable”
El que dice sí
Campo de conflictos. El impoder lucha con la potencia, […] el sí con el no […]. Los pueblos dicen no y organizan como pueden su esperanza
Peuples en larmes, peuples en armes
¡A las armas! ¡La patria está en peligro! […] Ciudadanas de París, descendientes de las mujeres de la gran Revolución que, en nombre del pueblo y la justicia, marcharon sobre Versalles y trajeron cautivo a Luis XVI, nosotras, madres, mujeres y hermanas del pueblo francés, ¿continuaremos soportando que la ignorancia y la miseria hagan a nuestros hijos enemigos? ¿Que se mate el padre contra el hijo y los hermanos se maten entre sí por capricho de nuestros opresores que buscan la destrucción de la ciudad tras haberla entregado al extranjero? ¡Ciudadanas, llegó la hora decisiva! ¡Queremos ser libres! ¡Hay que acabar con el viejo mundo!
Appel aux citoyennes de Paris firmado por �??Un grupo de ciudadanas�??, en el Diario Oficial de la República Francesa bajo la Comuna, 11 de abril de 1871
La sociedad depende de las mujeres. Todo pueblo que tiene la desgracia de encerrarlas se vuelve insociable.
dedicatoria a le Chevalier Falkener en Zaïre
Risueños están los mozos,
gozosos están los viejos
porque dicen, compañeras,
que hay libertad para el pueblo.
¡Libertad! ¿qué nos importa?
¿qué ganamos, qué tendremos?
¿un encierro por tribuna
y una aguja por derecho?
¡Libertad! ¿de qué nos vale
si son los tiranos nuestros
no el yugo de los monarcas,
el yugo de nuestro sexo?
Los mozos están ufanos,
gozosos están los viejos,
igualdad hay en la patria,
libertad hay en el reino.
Pero, os digo, compañeras,
que la ley es sola de ellos,
que las hembras no se cuentan
ni hay Nación para este sexo.
Por eso aunque los escucho
ni me aplaudo ni lo siento;
si pierden ¡Dios se lo pague!
y si ganan ¡buen provecho!
�??Libertad�?�
En la lucha para conquistar los derechos humanos fundamentales se conmina a ser pacientes a los negros, y se nos dice y se nos aconseja que, mientras seamos fieles al orden democrático existente, el momento de gloria en que nos convirtamos en seres humanos de pleno derecho habrá de llegar tarde o temprano. Una amarga experiencia nos dice que existe una explosiva incongruencia entre la democracia y la economía capitalista, que es fuente de todos nuestros males. […] El pueblo no es fundamento de las leyes y del sistema por el que se gobiernan –ni lo es el pueblo afroamericano ni otros tantos pueblos oprimidos, ni siquiera la masa de los blancos–. El pueblo no posee un poder decisivo sobre los factores que gobiernan su vida.
�??Political Prisoners, Prisons and Black Liberation�?�